Ficha Extraña Ilusión


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Críticas de Extraña Ilusión (1)




Mad Warrior

  • 14 Jun 2022

7



Los sueños nos transportan a épocas pasadas o quizás trazan un camino alternativo a través de éstas, inventando situaciones que pudieron suceder pero jamás lo hicieron...
a veces también actúan de presagio y premonición, a veces con la sombra de la muerte planeando sobre ellos...

¨Barba-azul¨ abre un nuevo periodo en la difícil carrera de Edgar Ulmer; si bien aun le queda bastante que aguantar en el seno de la PRC, la calidad de sus próximas obras a partir de aquí va a ir en clara disonancia con los presupuestos de los cuales dispone para realizarlas...la clave será por supuesto su talento e imaginación. Están por llegar algunos de los más recordados títulos de su filmografía; de hecho a finales de 1.945 quedaría inmortalizado gracias a su ¨Desvío¨, pero ya dejaba claro unos meses antes que podía ser todo un gran director de cine negro poniéndose al frente de ¨Extraña Ilusión¨.
Proviene de un guión de Adele Comandini, nominada al Oscar años atrás por su trabajo en ¨Three Smart Girls¨, y el austrohúngaro sólo cuenta con unos pocos días de rodaje y reutilizando varios decorados y escenarios, pero esto ya es su habitual mecánica de trabajo; no tarda en embelesarnos con su magia desde el mismísimo comienzo. Sus influencias del expresionismo vuelven a aparecer a lo largo de un prólogo tan heredado de Lang, Siodmak o Wiene; la niebla todo lo cubre al igual que la oscuridad perpetua, sólo unas siluetas se distinguen...

Un muchacho camina, pero por la senda figurada de una pesadilla, por lo que a su alrededor nada es real, ¿o tal vez sí? Familiares se agolpan, frases extrañas, surgen los primeros temores de un desastre venidero, la niebla vuelve a arropar estos secretos, que no podrán ser desvelados más que en la realidad; sin que lo sepamos todavía, Ulmer ha empezado a esbozar las claves de una enrevesada intriga que tendrá como protagonista a un chico torturado (Paul) cuyo padre murió en un trágico y misterioso accidente tiempo antes, y lo mejor es que lo ha hecho a partir de la interpenetración psicológica del personaje.
No obstante jamás se intentará llevar a la película por caminos ilógicos o incoherentes, sino cuidadosamente hilvanados; aunque el resorte del suspense es la interpretación de los sueños, como sucedía en ¨Recuerda¨ (importante referencia estrenada en el mismo año), éste se desarrolla alrededor del nuevo amante de Virginia (la madre de Paul), un tipo llamado Brett demasiado afable pero de quien es fácil sospechar. Las huellas de Hitchcock y Siodmak se hacen más notables cuando el joven se pretende un investigador criminal tomando así la figura del padre perdido (entablará una conversación con Brett acerca del asesinato perfecto que por su malicia suspicaz parece sustraída de cualquier obra del inglés...).

Con el tiempo y el presupuesto en su contra, Ulmer sabe tejer una atmósfera de constante sospecha, conspiración y desasosiego, máxime cuando no hay nadie que le crea (salvo el mayordomo Benjamin, de cierto peso dramático en la historia)...no obstante el mayor error del guión de Comandini tarda poco en asomar, y es durante esa secuencia que nos revela, de un plumazo, las pérfidas intenciones de Brett y su amistad con el psiquiatra Muhlbach; desde luego podría haberse retrasado más y no llegar a poco pasada la media hora de metraje...
Lo que sí se agradece de este complot de asesinatos, codicia y herencias que pueden cambiar de manos (en cuyas maniobras se aprecia, y mucho, la influencia de la entonces reciente ¨Perdición¨...sólo que esta vez la viuda no tiene ni idea de lo que pasa) es la mínima información que se nos da acerca de la auténtica identidad de Brett, los motivos de su asociación con Muhlbach y la relación que ambos pudieran tener con la muerte del padre de Paul; todo esto queda en suspenso, sugerido y se deja a la imaginación, todo un acierto de la guionista. Lo restante es una carrera a contrarreloj para que los personajes descubran lo que nosotros ya sabemos.

Y en esto Ulmer nunca falla; siempre fue un hombre que, pese a su manía de los planos frontales tan teatrales y excederse con el protagonismo de la música (estridente y usada para dar a sus obras ese toque de grandioso melodrama clásico), supo entender el tiempo del metraje y establecer un ritmo que mantuviera al espectador entretenido. Preso de las normas y las paredes del manicomio de Muhlbach, no tardamos en ponernos en la piel de Paul, luchando por descubrir la verdad...si bien de vez en cuando nos anticipamos a sus averiguaciones (otro detalle que debería haber sido mejor vigilado: hacer que descubriéramos las pistas al mismo tiempo que él).
Warren William, estrella incontestable del Hollywood de los primeros tiempos y muy conocido por sus viles personajes, encarna de maravilla al rastrero cobarde, mentiroso y además depravado que hace lo posible por disfrazarse de elegante caballero; contra él está un James Lydon como una especie de joven versión de los tipos acorralados y perspicaces que James Stewart interpretó para Hitchcock. Y en absoluto desmerecen Regis Toomey, la también popular actriz de los 30 Sally Eilers (quien a sus casi 40 años sigue manteniendo una belleza abrumadora) y ese George Reed que logra brindar, aun en un papel muy secundario, una actuación magistral basada en la sutileza de las expresiones y emociones.

Si bien en aquel momento destacaban muchas obras negras en el panorama cinematográfico (nada menos que ¨Mi Nombre es Julia Ross¨, ¨Fallen Angel¨, ¨Retorno al Abismo¨, ¨Uncle Harry¨ o la inmortal ¨Perversidad¨), sería injusto condenar al ostracismo a esta humilde contribución de Ulmer, de sobrada valía para ser reconocida.
Aunque lo mejor que dio al género estaba a punto de llegar, el gran ¨desvío¨ de su carrera...



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