Floja actuación de Drew Barrymore que no me convenció en absoluto un formato de historia que si bien enfocada un poco mal conducida por no imprimir un poco más de tensión y ritmo a un guión que a veces cojea.
Pero cosas peores sobre este tipo de historias se hicieron, se salva de una manera correcta pero sin sobresalir en prácticamente ningún concepto técnico, quitando los efectos especiales del final del metraje, que llegan a sorprender.
Película para pasar un rato sin esperar mucho a cambio, no tiene nada que ofrecer pero tampoco le sobran motivos para acabar muy al fondo del cajón de los recuerdos.
Entretenida muy buena la historia el guion aceptable y con algo de tension
Deficiente intento de imitar los thrillers psicológicos de Brian de Palma (especialmente significativos son los paralelismos argumentales con Hermanas).
El guión es retorcido y tiene posibilidades, pero el mísero presupuesto (unos 3 millones de dólares) repercute de forma espectacularmente negativa en el resultado final; una calidad de imagen bajísima (estilo telefilm, y si llega ....), unos cutrísimos interiores y exteriores en los que desarrolla la acción, y sobre todo, un reparto que roza el ridículo (a excepción de Drew Barrymore, convincente como femme fatale).
No obstante, el israelí Avi Nesher (que venía de firmar la bastante más compacta 30 minutos para morir), crea una impactante escena de arranque (el primer asesinato), mueve la cámara con soltura, y hace avanzar la trama como puede, salvando la película del desastre absoluto.
El brusco giro final, que nos traslada del terreno de lo psicológico al de lo fantástico, resulta algo risible, aunque los efectos especiales son curiosos. El gore es otro puntito a favor.
Prescindible, aunque puede resultar curiosa, por poco conocida.
Críticas: 4
mahotsukai
6
Discreto thriller sobrenatural del desconocido director israelí Avi Nesher basado en el fenómeno “Doppelganger”, término alemán que significa “doble andante” y que se utiliza para designar al doble fantasmagórico de una persona viva, que contó en el protagónico con Drew Barrymore, estrella de “E.T” (1982), “Scream” (1996) y “Charlie’s Angels” (2000).
De acuerdo al folcklore mundial, todos tenemos un doble en algún lugar del mundo, y ello ha sido abordado por diferentes culturas a través de los siglos, desde el ka o “doble espíritu” del Antiguo Egipto, pasando por los vardøger de la mitología nórdica, hasta los etiäinen fineses, términos que en cualquier caso han cedido ante el vocablo alemán “doppelgänger” para definir este fenómeno de ciertas implicancias parapsicológicas. De hecho, de acuerdo a algunas leyendas nórdicas y germánicas, que una persona vea su propio Doppelgänger es decididamente augurio de muerte, y que sea visto por amigos y parientes puede significar desde mala suerte hasta enfermedad.
Y ha sido la literatura la rama de las artes que más ha incursionado en su exposición, a partir de la novela “Das Leben des Quintus Fixlein” (1796) de Johann Paul Friedrich Richter, en la que un hombre infelizmente casado recurre al consejo de su doppelgänger para fingir su muerte y así librarse de su martirio, y una considerable lista de referencias literarias entre las que destacan el cuento “William Wilson” (1839) del maestro Edgar Allan Poe y “Strange Case of Dr. Jekyll and Mr. Hyde” (1886) del gran Robert Louis Stevenson.
En el cine, concretamente, el fenómeno Doppelgänger ha sido últimamente abordado de forma recurrente en el último tiempo, como “El Ladrón de Orquídeas” (2002) de Spike Jonze, “Moon” (2009) de Duncan Jones, “El Cisne Negro” (2010) de Darren Aronofsky y “Enemy” (2013) de Denis Villeneuve, entre otras. Sin embargo, en el siglo pasado, la temática había sido abordada de una forma parcial o meramente referencial en uno que otro film, como en “El Resplandor” (1980) de Stanley Kubrick, “Inseparables” (1988) de David Cronenberg o “El Club de la Pelea” (1999) de David Fincher.
Y dentro de este reducido grupo de ejemplos, encontramos ¨Doppelgänger¨ (1993) Avi Nesher, en donde no deja de ser interesante la forma explícita en que se trata esta temática, entremezclando mentes retorcidas y el fenómeno en cuestión, pero indudablemente algo no terminó por cuajar completamente para que esta película fuese recordada. El film comienza bastante bien con una primera escena de asesinato a los 5 minutos de metraje para luego empezar a decaer paulatinamente por casi todo el metraje, “reactivándose” cuando aparece el supuesto padre de Holly, y ya el clímax. Lamentablemente, ya sea por falta de experiencia o de experticia, la película tiene deficiencias de ritmo y tensión en general, lo que es una lástima porque la temática del Doppelgänger tiene un potencial realmente digno de investigarse y exponer.
Con todo, el director logra mantener el interés del espectador y una sensación de ambigüedad cuando éste no sabe si Holly tiene una psicosis de personalidad múltiple, hay otro asesino aprovechándose de su desequilibrio mental o de plano efectivamente su doppelganger es quien se encarga de asesinar gente. Pero en el entretanto, la película cae un poco en la irritante romanticismo de la relación de Holly y Patrick, un escritor nobel que muestra poca inteligencia para resolver la encrucijada en la que se ve envuelto al relacionarse con Holly y una fascinación estúpida por un fenómeno al que no toma muy en serio, en realidad.
La película tiene deficiencias técnicas también, con pobres decorados y ambientaciones, recurriendo mucho a exteriores como callejones sucios y abandonados, el destartalado departamento de Patrick y una mansión abandonada. La fotografía de Sven Kirsten, de la misma forma, no es de la calidad que se esperaría, teniendo más que un aire de independiente -que en realidad no debería tener- uno a descuido y poca profesionalidad.
Los efectos especiales a cargo de la empresa K.N.B. EFX Group para su época están correctos, pero han envejecido mal en nuestros días y reflejan la falta de presupuesto de un film que insisto, pudo haber tenido mejor técnica. Reconocer que el giro argumentativo al final le da más dignidad al asunto, pero de todas formas no deja de tener cierta esencia mediocre. La escena en que unas supuestas ramas se azotan en la ventana durante la tormenta son irrisorias, notándose que alguien las está azotando directamente desde las sombras.
Las actuaciones son, en realidad, flojas, comenzando con Drew Barrymore (“E.T”, 1982; “Scream”, 1996; y “Charlie’s Angels”, 2000), que se ve sobreactuada en varias ocasiones, a pesar de no tener mayores problemas para mostrar su hermosa figura al desnudo. George Newberne (¨Father of the Bride¨, 1991) está bastante sonso y poco acertado como Patrick Highsmith, el escritor que se enamora de Holly y trata de ayudarla, aunque más bien sea por principios hormonales. Los demás personajes son realmente prescindibles, a excepción de uno más, que será determinante en el giro al final de la película, siendo medianamente bien “escondido” por el guión. Como anécdota, mencionar que aparece un joven Danny Trejo (“Machete”, 2010; “Machete kills”, 2013)
Entre los puntos a destacar, el compositor polaco Jan A.P. Kaczmarek, ganador del Óscar por “Finding Neverland” (2004) entrega buenas dosis de música de suspenso, que por momentos recuerdan al maestro Goldsmith y su trabajo en “The Omen” (1976).
En resumen, una película curiosa por su temática, ya que no son muchas las películas que se conocen de este fenómeno, aceptable, que entretiene con lo justo.
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