Una película con una ambientación formidable, cuando la ví por primera vez, me genero mucho miedo, ya que en México es muy común la brujería, la santería y el chamanismo, elementos que vemos en esta muy buena película. Que más allá de los efectos limitados y el bajo presupuesto, nos traslada a una parte de nuestra psique que se perturba; Alejandra una amenaza silenciosa, poco o nada aterradora físicamente, destruye la estabilidad de una familia, sin tentarse el corazón acaba con su familia, de maneras crueles, un reflejo de la oscuridad de su alma, nadie sabe como obtuvo su poder, cuantos años tiene, de dónde viene, quien es en realidad y sí ella -Alejandra- realmente se fue. Saber que alguien puede dañar ¨sin dañar¨ a alguien es aterrador.
Una buena trama, demostrando las creencias que aún siguen arraigadas en México, sobre magia negra, brujería, santería, espiritismo, desde tiempo prehispánico. Una actriz que sabe manejarse dentro de su papel, estremeciendo con intrigas, odio y falsedades. Un final aceptable pero inesperado ¿Por amor es justificable un asesinato?.
Nos encontramos ante lo que la critica especializada conoce como una ¨rara avis¨, una película mexicana que no es enteramente una película de terror, si no que se trata de una película turbia, que despierta sensaciones incomodas y extrañas.
La Tia Alejandra es sin duda una mujer bastante extraña, sus cambios de humor, las conversaciones que tiene con la hija menor e incluso sus propios secretos, la convierten indiscutiblemente en uno de los personajes góticos preferidos de los fans del cine de horror. Una mujer de aspecto dulce que puede convertirse en la peor pesadilla de una familia.
Algo que debo destacar es la increíble atmósfera que envuelve a la anciana. Te sientes horrorizado con sus acciones pero al mismo tiempo te mantienes interesado por las características secretas de la vida de esta mujer. No por nada es una cinta de culto actualmente, una película que no trata de espantarte con montones de sangre, si no con las consecuencias de las malas acciones que toman los personajes que rodean a la Tía.
Completamente recomendable.
Despues de leer la sinopsis,ya practicamente no hay nada mas que añadir,ya que ella misma cuenta toda la historia.Yo la acabo de ver y es una buena pelicula,sin mas.La setentona tia Alejandra que es un verdadero diablo,ya de por si tiene un poco cara de bruja.Las interpretaciones estan bien,Martita, a pesar de no tener ni 5 años actua muy bien,y el resto del reparto cumple su cometido.La peli no aburre en ningun momento y tiene buenos momentos de tension.Pero eso de que es la mejor pelicula mexicana de todos los tiempos,como dice el anterior critico,sera para el
La mejor película mejicana de todos los tiempos.
Mucho mejor que esas porquerías de el santo y mejor que hasta el viento tiene miedo.
No hay sobresaltos innecesarios ni efectos especiales por eso a muchos fantamas no les gustará.
La historia se desarrolla a un ritmo fluido tiene un argumento sólido y el terror fluye naturalmente de la personalidad de los personajes. La bruja da miedo de verdad. Chapeu.
Cinta algo sobrevalorada dentro de lo que es el ¨terror mexicano¨.
Me fascinan las de Taboada, asi que un conocido me recomendo (con enfasi) esta La tia Alejandra.
Una familia que tiene tres hijos, hospedan a esta tia (tia abuela), que es medio extraña. Obviamente en seguida se ve que es una bruja, y comienzan a pasar cosas malas.
En si esta bastante bien la peli, pero la noto que esta ¨hiper estirada¨. La escena final, la madre que tarda en darse cuenta, lo de la hija menor con el medico, etc.
Las muertes son muy simples, muy sutiles, pero esta bien con lo que va el film.
Eso le baja mucho el nivel de la pelicula, ya que te das cuenta enseguida de lo que va, se hace previsible, y lo alarga (medio al dope). Al estar tan estirado le quita el poco suspenso piola que habia logrado.
Pasable
Pierden de vista que el director es Arturo Ripstein; un radiógrafo de la miseria humana, y esta película bajita la mano y de una manera no tan cruda como en sus otras películas la explora. Una familia medioclasera pobre miserable con problemas económicos se ve sometida por su tirana benefactora, con las terribles consecuencias que esto conlleva. La brujería es solo un pretexto, uno muy bueno ya que era y sigue siendo un tema tabú. Los desnudos si son algo transgresivos pero hasta cierto punto justificables, y tiene escenas bastante crudas con el toque Ripstein, que la hacen mas que una película de terror de horror psicológico como Veneno para Las Hadas de Carlos Enrique Taboada. Para mi es una película excelente, asfixiante y macabra.
La historia en si, se basa en una mujer que práctica la santería y la brujería que se solía ver en México prehispánico, por tal motivo, la película es muy buena, sin embargo, carece de ciertos elementos en la historia que podrían aburrir a una persona que no esté acostumbrada a mirar cine de bajo presupuesto.
Buena ambientación, pero la historia se me hace algo muy infantil, sobre todo las partes de los titeres, XD, hay ratos que se me hace muy larga. Se ve misteriosa pero le faltan cosas.
Spoiler, no lean si no han visto: Y al final da mas miedo la que mata a la tia Alejandra, digamos semejantes golpes que le da en la cabeza, la deja sangrante, la asfixia y luego la quema, da mas miedo que cualquier brujeria que haya hecho la pobre tia. Digo, parece mas psicópata la que mata a la Tia, parece narco moderno, jaja.
Actuaciones aceptables, historia medio inverosimil.
Me encantó ésta película que conserva el toque de suspenso de las películas mexicanas de la época, una película que me sorprendió en muchas cosas y en otras no tanto pero aquí viene la crítica.
Una historia bastante agradable, sencilla y fácil de digerir, actuaciones muy buenas sobre todo la tía Alejandra que solo de verla te da entre asco y rabia jaja.
Todo un escandalo en su época por mostrar desnudos femeninos frontales nada agradables por cierto y a mi parecer uno de ellos innecesario, el ambiente bastante sensitivo y bien logrado, la música regular pues creo que pudo haber sido mejor pero en general muy entretenida.
Recomendable.
muy buena pelicula mexicana de venganza familiar y de brujeria, muy entretenida y muy bien llevada para el tiempo que tiene
tiene unas escenas muy curradas y una historia muy chula
De la escasa producción cinematográfica de terror (de aceptable calidad) hecha en México, sin duda ésta es de las mejores películas. Sostenida con un guión sólido, la historia se desarrolla a buen ritmo contando lo que tiene que contar sin mayores pretensiones. No hay efectos innecesarios, ni susto fácil, todo fluye por medio del terror impuesto a los personajes. Uno se encuentra con escenas poco vistas o quizá inéditas por aquellas fechas en el ámbito y eso eleva su estatus. Aunado a eso, se toca el tema de la brujeria, algo no muy común y que casi siempre ha resultado incómodo para algunos (la Iglesia, por ejemplo). La escenografía también ayuda bastante, le inspira un aire muy inquietante al metraje.
En algunos sitios de internet, nacionales y extranjeros, la consideran de las mejores cintas del género (en méxico), junto con Macario, Hasta el viento tiene miedo, El esqueleto de la señora Morales y El Vampiro, entre otras pocas. No le pide nada a otras películas de la época, véanla, y se llevarán una buena sorpresa.
buena pelicula mexicana para su epoca, entiendo a la gente que critica muchas cosas de esta pelicula, pero que querian ver en una pelicula de esos años? para mi esta muy bien,la tia alejandra es un personaje de temer, y como en tan poco tiempo logra engendrar el caos en una casa familiar.
si bien lo que le critico es el final tan abrupto que te deja con dudas, pero es lo unico que a mi parecer podria haberse cambiado.
Pelicula mexicana correctamente dirigida y actuada pero muy plana.Una mujer mayor se va a vivir con la familia de su sobrina, la mujer resulta ser una malvada bruja.A esta pelicula le hace falta algo pues es tediosa y pesada por momentos.No vale la pena.
Me esparaba mas de esta peli, porque los primeros minutos dejaba entre ver unas buenas dosis de terror poco sofisticado, de aspecto natural, con unas actuaciones extremadamente sencillas y bien interpretadas. Pero a medida que se desarrollaba la historia me iba sumergiendo en un profundo aburrimiento. La actuacion de la mala malisima Tia Alejandra es bastante aceptable, acjonante, pero la falta de ritmo y simpleza excesiva del metraje, me resultó decepcionante en muchos momentos del film. Si minimamente se hubieran lucido en algunas escenas, con mas terror y crudeza, en muchas necesarias, estariamos hablando de una gran pelicula de terror, pues la verdad que tiene una buena historia, muy bien ambientada, pero muy inocente y poco aprovechable, una lastima. Un 6.
Me esparaba mas de esta peli, porque los primeros minutos dejaba entre ver unas buenas dosis de terror poco sofisticado, de aspecto natural, con unas actuaciones extremadamente sencillas y bien interpretadas. Pero a medida que se desarrollaba la historia me iba sumergiendo en un profundo aburrimiento. La actuacion de la mala malisima Tia Alejandra es bastante aceptable, acjonante, pero la falta de ritmo y simpleza excesiva del metraje, me resultó decepcionante en muchos momentos del film. Si minimamente se hubieran lucido en algunas escenas, con mas terror y crudeza, en muchas necesarias, estariamos hablando de una gran pelicula de terror, pues la verdad que tiene una buena historia, muy bien ambientada, pero muy inocente y poco aprovechable, una lastima. Un 6.
Bueno, tanto como una maravilla no es... mas bien pasable y poquito más. Una historia normalita, actuaciones maluchas pero bastante misterio y la trama sigue un buen ritmo. En ningún momento se explica qué es lo que pretende en sí la bruja (para mí que no pretende nada, solo que se carga a todo el que le hace algo malo...). Por cierto, aparte de la escena de la chica desnuda (que supongo que en la época pudo pasar, pero hoy día alguien iría a la cárcel por eso) también hay otra donde el padre le da una paliza al niño con el cinturón, toma ya, malos tratos explícitos (lo dicho, que en la época pegarle al niño era enseñarle educación... no te jode...).
Esta pilicula me sorprende, en verdad el cine Mexicano hace cosas estupendas, esta peli la vi uuuuuuuuuu hace mucho y me encanto tiene una excelente trama y un final espelusnante.
LA RECOMIENDO
excelente pelicula, muy claustrofobico el ambiente, y el final esta para ponerse de nervios, muy buena la actuacion de isabela corona
Críticas: 21
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mahotsukai
8
Destacable film de horror sobrenatural, dirigido por Arturo Ripstein (“Profundo Carmesí”, 1996).
La anciana y malhumorada Tía Alejandra se muda a la casa de su sobrino, Rodolfo, su esposa Lucía y sus tres hijos. Apesadumbrado por las deudas, Rodolfo verá con buenos ojos la llegada de la tía, quien tiene una considerable fortuna que pondrá a su disposición, sin saber la tragedia que ello acarreará.
Tras consolidar su carrera como uno de los mejores directores mexicanos de la década de los 70s, con films dramáticos y crudos como “El Castillo de la Pureza” (1972), “El Lugar Sin Límites” (1977) y “Cadena Perpetua” (1978), Arturo Ripstein se embarcó en su primera y única incursión en el género de horror con “La Tía Alejandra” (1979). Se trata de un interesante y sólido acercamiento a las temáticas de brujería, ocultismo y magia negra cuando el género intentaba sobrevivir entre la impronta del cine de ficheras y el “cabrito western” a mediados de los 70s y 80s, convirtiéndose en digna heredera de importantes clásicos de similar temática como “El Espejo de la Bruja” (1962) de Chano Urueta, “El Libro de Piedra” (1969) de Carlos Enrique Taboada, “Doña Macabra” (1972) de Roberto Gavaldón y “Alucarda” (1977) de Juan López Moctezuma, por nombrar algunas.
El guión firmado por Delfina Careaga (“Cosas del Tiempo y Otros Fantasmas”, 1984) y Sabina Berman (““La mujer que buceó dentro del corazón del mundo”, 2013), propone y expone una sugerente, modernista y brutal historia de maleficios, conjuros, obsesión y venganza que bien vale la pena analizar. Entre los puntos más interesantes del guión está precisamente el desarrollo de la historia en un contexto urbano y contemporáneo, en plena Ciudad de México de fines de los 70s, a diferencia de la mayoría de los clásicos del género ambientados en épocas pasadas, por lo general en la época colonial y la Revolución Mexicana y zonas esenciales rurales donde existía una mayor tradición brujeril desde siglos. De esta forma, al insistir en la figura femenina de la anciana para construir el personaje de la bruja, Ripstein tiene éxito en trasladar también la figura de la hechicera a la ciudad en donde existe más bien incredulidad respecto a su existencia y, por tanto, puede actuar de una forma más impune y sin sospechas, de forma contraria a lo que sucede en zonas rurales o provinciales en las que se cree firmemente en ellas y, además, se les teme.
Por otra parte, encontramos el tratamiento de la familia, una de las claves en la filmografía de Ripstein. Mientras en el “El Castillo de la Pureza” (1972) retrata el frágil equilibrio emocional del núcleo familiar en manos del celo obsesivo del padre y en “El Lugar Sin Límites” (1977) mostraba cruda realidad de las familias disfuncionales y azotadas por la violencia, la prostitución y vicios, en “La Tía Alejandra” (1979) aborda los males modernos que atormentan y tensionan a las familias modernas de la capital, reflejado en deudas, trabajos frustrantes y mal pagados y sueños postergados. En ello, la llegada de la Tía Alejandra supondrá, por un lado, la necesidad de que la familia, tradicionalmente mexicana y, por tanto, respetuosa del matriarcado, de acoplarse a su nueva integrante y, por otra, la conveniente ayuda económica que la anciana ofrecerá al padre de familia producto de la venta de gran parte de sus bienes y que le permitirá al padre, inicialmente, abandonar el trabajo que tanto detesta para dedicarse a lo que realmente le gusta.
Este punto se enlaza directamente con otra arista narrativa fundamental en la trama, que es el abordaje de la relación de la bruja con adolescentes y niños. A pesar de mostrarse agresiva luego de que Malena la sorprenda realizando un ritual oscuro en su habitación, la Tía Alejandra no tardará en mostrar interés en la adolescente, primero, con la intención de iniciarla en las artes brujeriles. Sin embargo, la desconfianza y hostilidad que la muchacha mostrará por la anciana en todo momento, sumado al obvio comportamiento infantil y burlesco del pequeño Andrés, responsable del futuro accidente que sufrirá Alejandra, despertarán en la anciana un oscuro y perverso deseo de venganza que contrastará con la conducta frágil, inocente y amable que había demostrado desde su llegada. Su interés, en consecuencia, se direccionará hacia la tercera hija del matrimonio, la pequeña Marta, quien se mostrará más receptiva a los constantes intentos de la anciana por iniciarla en la brujería, aprovechando la poca comunicación que la niña tiene con los padres para concretar su verdadero y malévolo plan.
Asimismo, fiel a su estilo crudo de su gran parte de su filmografía, en “La Tía Alejandra” (1979) Ripstein muestra un particular estilo de violencia en gran parte de la trama. Hay varias secuencias interesantes en este sentido y probablemente censurables incluso para nuestros días, entre las que podemos mencionar el desnudo completo en la tina de Malena, interpretada por una Lilian Davis por entonces de 13 años edad, tras la irrupción de la Tía Alejandra sin su consentimiento; la golpiza que el padre, Rodolfo, le propina al pequeño Andrés luego de que según él fuese su culpa que la anciana cayera por las escaleras; la arrebatada expulsión de la Tía Alejandra a manos de Rodolfo después de que éste sospeche que la anciana está detrás de las dos tragedias familiares que enlutan al matrimonio; y, por supuesto, el brutal desenlace que termina con una violenta muerte y una peor y muy emblemática eliminación del cadáver, que de paso da cuenta de la importancia de los rituales y las supersticiones aun en tiempos modernos como los que vivimos.
Otro aspecto interesante de “La Tía Alejandra” (1979) es la utilización de símbolos para dar cuenta de la existencia de magia negra y brujería y que ayudan a crear una ambientación misteriosa y amenazante en donde el espectador no tendría por qué identificarla. Encontraremos desde algunas señales sutiles como la compra de velas y hierbas santeras en un mercado tradicional de México hasta uno que otro ritual con collares y otros objetos deudores de las tradiciones de hechicería y chamanismo de los aztecas, pasando por la compra de aves que van adquiriendo colores rojizos a medida que las tragedias se van sucediendo una tras una, hasta escenas espeluznantes como la aparición de los títeres que acosan a Rodolfo en su taller, el espantoso incendio que consume el segundo piso de la casa y, por supuesto, el epílogo, el punto evidentemente más emblemático de toda la película, que Ripstein corona con una escena final tan sugerente como inteligente.
“La Tía Alejandra” (1979) tiene una puesta en escena bastante sencilla y sobria, pero realmente eficiente. La fotografía del michoacano José Ortiz Ramos (“Una familia de tantas”, 1949) de tenues colores grises y sepias por momentos parece ser de blanco y negro, lo que unido a la austeridad y minimalismo de los escenarios (la acción transcurre prácticamente en la casa de la familia), la desasosegante presencia de una notable Isabela Corona, la banda sonora de Luis Hernández Bretón (“El Vampiro Sangriento, 1962) y un enfoque naturalista en las escenas de sahumerio y santería y el aquelarre, le confieren al film un evidente mal rollo. Respecto a la casa, bien podría decirse que se convierte por varios momentos en un intérprete más. Se trata de un inmueble lúgubre, apagado y amenazante en sus habitaciones, con varios niveles en su interior pasillos y patios amplios, pero que también tiene una fachada cerrada, puertas con verjas y rejas en su exterior que distan del prototipo de casa embrujada y refuerzan una falsa idea de seguridad y certidumbre.
Esto nos lleva al personaje principal, la Tía Alejandra, interpretado notablemente por la experimentada actriz Isabela Corona (“El Espejo de la Bruja”, 1962). Amenazante desde el principio y en todo el relato, la figura de la Tía Alejandra representa, por supuesto, la fuerza, sabiduría y fuerza del matriarcado, pero también la de la mujer dominante que está decidida a establecer un orden propio y manejar a a su antojo la balanza de la justicia que cree tiene derecho a imponer. Y a pesar de que no deja de haber cierto dejo machista en el estereotipo de la figura de la anciana lúgubre y malhumorada que termina siendo una bruja en el inconsciente de la sociedad mexicana, también es cierto que Ripstein propone como fuerza antagonista a la bruja otra fémina que, contra todo pronóstico, se convierte en su némesis. Por supuesto que este antagonismo se sustentará cuando prevalezca el amor de la madre por sobre cualquier otro sentimiento, incluso el de solidaridad de género o respeto a la figura matriarcal, cuando ésta finalmente muestra su verdadero rostro y se vuelva consciente de que debe acabar con esta amenaza.
Tras la enorme performance de Isabela Corona, no se queda atrás una competente Diana Bracho (“Actas de Marusia, 1975), quien encarna a Lucía, esposa del sobrino de Alejandra, y que experimenta un viaje sin retorno en su relación con la anciana. Manuel Ojeda (Romancing the Stone”, 1984) interpreta a Rodolfo e Ignacio Retes al ambiguo médico. Los hijos de la pareja fueron personificados por Lilan Davis como Malena, Adonay Somoza Jr. (“Zapata en Chinameca”, 1987) como Andrés y María Rebeca (“La niña de la mochila azul”, 1979) como Martha.
“La Tía Alejandra” (1979) fue filmada entre 6 de noviembre y el 15 de diciembre de 1978 en Ciudad de México y estrenada en forma limitada en 1979 y reestrenada el 28 de febrero de 1980. Recibió el Premio Ariel de la Academia de Artes Cinematográficas por Mejor Argumento Original en 1980.
En resumen, un interesante, eficiente y reivindicable film de misterio y horror, que tiene en su austera pero funcional factura, la gran actuación de Isabela Corona, un buen ritmo narrativo y un lenguaje sugerente sus mejores cartas.
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