Alfred Hitchcock nos lleva a dar un paseo por la campiña inglesa, tralalí, tralalá… Pero es un paseo campestre a su manera, claro.
Y es que nos encontramos siguiendo las desventuras campestres de Erica Burgoyne y Robert Tisdall, la espabilada hija de un comisario de policía y un guionista de cine acusado sin casi fundamento alguno del asesinato de una actriz americana. En su segundo trabajo con Hitchcock, Nova Pilbeam se muestra graciosa como Erica, que se encuentra en la incómoda posición de ser la única que cree en la inocencia de Tisdall - y ser al mismo tiempo quien más posibilidades tiene de arrestarlo -, a quien Derrick de Marney interpreta con gracia y con convicción: ser un sospechoso de asesinato fugitivo en busca de pruebas que demuestren su inocencia no hace mella en su carácter chistoso. El tema aquí es que ambos se han enamorado visiblemente a primera vista, creando tanta tensión como situaciones cómicas. El tercer personaje principal se incorpora al final: un viejo mendigo llamado Will (el veterano Edward Rigby) que se metido de lleno en la trama sin comerlo ni beberlo por el tema del MacGuffin. El anciano vivirá emociones fuertes e incluso llega a convertirse en el protagonista masculino durante el clímax.
Hitchcock y su imprescindible Charles Bennett nos tienen reservada una proto-road movie muy en la vena de su versión de ¨39 escalones¨. Adaptada, como de costumbre, muy libremente en una popular novela de la autora Josephine Tay, está constantemente salpicada del humor - se pone seria hacia el final, como de costumbre, pero sorprendentemente la comedia retorna para el clímax final - y del suspense marca de la casa: sabemos que Tisdall es inocente y Erica lo apoya desde la tercera escena que comparten, y, como pasará en ¨Con la muerte en los talones¨, lo que deja al público en vilo es cómo escapará la pareja de las situaciones que se les presentan: Polis dignos de la Keystone, maleantes de baja estofa, las sospechas de la familia de Erica, etcétera (por supuesto son mucho más prosaicas que las andanzas de Roger Thornhill). No es de lo mejor ni más memorable del orondo director, y como le hacía - vaya, al menos yo creo que era deliberado - gracia en aquella época, el final es muy repentino pero lo que tenemos aquí es bueno.
Como fue una constante en su etapa en la Gaumont-British, Hitchcock combina lo cotidiano y en las escenas de día con toques expresionistas en las escenas de noche y creando escenarios complejos - como el conato de persecución de coches - con bellas maquetas. En interiores destaca un famoso plano panorámico que fue de los primeros donde se usó una grúa para desplazarse por un escenario entero solo para acabar en un primer plano. Sin cortes: un plano-secuencia continuo.
No es una película especialmente memorable en el canon hitchcockiano, pero resulta un visionado muy agradable.
El destino de un hombre está en juego, y ya sea a pie o en coche, es preciso llegar hasta el final para probar su inocencia.
Un pobre desgraciado perseguido, una joven que cree en su palabra, lanzados a una frenética y divertida caza, de playas a moteles, de minas abandonadas a bares de mala muerte...
Alfred Hitchcock rueda cada vez proyectos más ambiciosos desde que ha conocido el gran éxito debido a ¨39 Escalones¨, piedra de toque en su carrera que será la semilla para futuros ¨thrillers¨, y sus recientes ¨El Agente Secreto¨ y ¨Sabotaje¨, las cuales le permiten llevar a su conclusión lógica el interés que siente por el tema del chivo expiatorio; la primera podría estar lastrada por ese error de casting llamado John Gielgud así como por las improvisaciones de Peter Lorre, pero la segunda pasa con buena nota y se convierte en un ejercicio negro de enorme virtuosismo.
Va entonces a proponer una ¨deliciosa variación¨ de la película que tenía a Robert Donat y Madeleine Carroll a partir de ¨A Shilling for Candles¨, novela publicada tan solo un año antes de Elizabeth MacKintosh, una de las escritoras de misterio inglesas más respetadas que han existido; por desgracia, como viene siendo costumbre, lo que hace el de Essex, junto con otros tantos, es coger algunas cosas del texto original, las que le interesan, y lo transforma en algo casi completamente distinto. El protagonista, Alan Grant, un sagaz y veterano inspector que ocuparía varias de sus historias, ni siquiera aparece en el guión, escrito a seis manos.
Sí, se mantendrán muchas situaciones y el esqueleto de la trama, pero nada tiene que ver una cosa con la otra. Un pequeño prólogo, a modo de explicación, presenta una fuerte pelea matrimonial entre George Curzon y Pamela Carme, ambos magníficos; la violencia y tensión interior contrasta con el agitado temporal exterior en un clima de fatalidad excedido en lo dramático que se acerca más a las raíces expresionistas de Lang o Siodmak. Secuencia magistralmente filmada y fotografiada cuya inmediatez y fuerza jamás volverá a estar presente; en su lugar una playa iluminada y en calma sirve de escenario para averiguar las consecuencias de lo anteriormente visto.
Presagiando en 35 años a la mujer de ¨Frenesí¨ ahogada en el Támesis, el cuerpo de Christine Clay flota en la orilla y es descubierto por un joven Robert cuya huida en busca de ayuda desata el malentendido; así adopta el papel y de paso el nombre del protagonista de ¨39 Escalones¨ mientras se regresa al motivo del asesino sospechoso de ¨El Enemigo de las Rubias¨. Acusado por la muerte de la estrella de cine, parte a encontrar una gabardina que le robaron en un motel; en esta huida un tanto descontrolada el director establece el contrapunto con su film anterior y todo lo que tenía aquél de oscuro y serio es sustituido por la aventura y la ligereza.
Eliminadas las jugosas subtramas de la novela y el gran personaje del inspector, las numerosas situaciones y accidentes giran alrededor del sospechoso fugado y de la hija del jefe de la policía de la ciudad (Erica), pareja más dicharachera y desde luego menos carismática que la de sus homólogos Richard y Pamela; bien mirado, ¨Inocencia y Juventud¨ podría ser ¨39 Escalones¨ sin el tema del espionaje y reconvertida en una aventuresca comedia basada en la guerra de sexos, anticipando todos los ingredientes que tendrán los futuros ¨thrillers¨ de parejas a la fuga.
El coche estropeado, los policías incompetentes, la oportuna fiesta, el escondite amoroso, el padre severo y agente de la ley, incluso el simpático perro; todo en esta peripecia de rebotes argumentales ilógicos adquiere un tono tan inocente y liviano que jamás nos llegamos a creer que los personajes estén bajo una auténtica amenaza que no puedan superar. Sólo queda deleitarse con sus interacciones, resueltas en diálogos ágiles, afilados y llenos de palabrería insulsa y sarcasmo más propio de las ¨screwball¨, algo en lo que se desenvuelven bien Nova Pilbeam y un Derrick DeMarney prefigurando a los divertidos anti-héroes que Cary Grant interpretará para el inglés en años venideros.
Lo malo es que la cacería que se va desarrollando aquí no alcanza a la frenética y extenuante de ¨39 Escalones¨, por muchas escenas de acción que aquél nos brinde demostrando un manejo perfecto de la intriga, la tensión y el continuo movimiento (cabe señalarse la persecución en coche sobre las vías del tren o las secuencias dentro de la mina); pero la más celebre es esa que corona un clímax soberbio, cuando la cámara, en busca del verdadero criminal (que sabemos quién es desde el principio pues esto no es un ¨whodunit¨), se eleva por encima de las paredes de un salón de baile, vuelve a descender, recorre a una multitud y se detiene sobre los ojos del batería de una banda de ¨jazz¨ (cuyo estribillo de la canción que interpretan ya nos advierte de su presencia).
Hitchcock rememora en este minucioso plano-secuencia, ya uno de los más importantes e imitados de la Historia del cine, a dos de sus maestros, David W. Griffith y Cecil B. DeMille, y sus respectivos ¨Intolerancia¨ y ¨Cleopatra¨; afina la perfección formal, el uso de la profundidad de campo y el ritmo que va adquiriendo como narrador, utilizando en esta escena largos planos que se alejan y acercan a los observadores y planos cada vez más cortos sobre el batería, cerrándole toda salida y llevándole al colapso. Esta perfección, aunque él sólo cuente 38 años y le quede muchísimo por ofrecer, es ya indiscutible aquí.
No se puede decir lo mismo de la resolución de su historia, a la altura del nivel de absurdo que se ha mantenido desde el principio.
Por eso ¨Inocencia y Juventud¨, muy bien recibida por el público así como por la crítica, queda ahora bastante relegada al ostracismo en aquella primera etapa británica del cineasta...y más aún al estar entre dos trabajos de mayor envergadura como son ¨Sabotaje¨ y ¨Alarma en el Expreso¨.
Excelente película del genio de Alfred Hitchcock. Sin duda una de las mejores de su época británica, me encantó. Te entretiene de principio a fin con un suspenso fenomenal, una trama que hoy en día ya se ha visto en varias películas mas pero que en ese momento era algo completamente innovador. Actuaciones estupendas, algo frías a comparación de actuaciones de otras películas de Hitchcock pero de todas formas está bien actuada. En fin, me encantó. Una joya de la década de los 30. Excelente.
No es de las mejores de Hitchcock, pero se deja ver y entretiene bastante. Es de las más antiguas el director, y esto se ve en la grabación (aparte que el ripeo que ví se oía bastante mal). Quizá le falta algo de la tensión típica a la que nos tiene acostumbrados este director, pero los buenos actores de antaño y el desarrollo ayudan a darle interés.
Entretenida, aunque un poco ligera y rutinaria por momentos, y con unos protagonistas algo sombríos para transmitir grandes dosis de emoción. La película tiene su peso en la gran puesta en escena y su juego para generar suspenso. Buena.
Gran pelicula para ser de esa epoca! excelentes actuaciones y un drama simple pero adecuado y perfecto, recomendable para todos (Lastima que me perdi parte del final porque me quede dormido, jeje, porque la vi en la madrugada en un canal por cable, pero lo que vi si es imprecionante la forma en qe Hitchcock logra esta buena pelicula). La proxima semana vere Sabotaje, y anteriormente vi The Lady Vanishes! xD
Críticas: 7
DE NIRO
5
Los comienzos de Hitchcock, ni por asomo es lo mejor del director, pero ya demuestra algo de lo que haria en vertigo o Rebbeca por citar algunas buenas, aqui vemos a un joven que encuentra el cadaver de una chica, queriendo hacer el bien a que va a dar aviso a las autoridades, es injustamente culpado del asesinato de esa chica, ante el posible linchamiento, decide huir, se va escondiendo en graneros y lugares reconditos de la campiña inglesa, su partener Nova Pilbeam es sin dudas una belleza natural que acompaña de manera genial, ella lo ayuda en su escape, la peli tiene la inocencia de los años treinta, y el encanto de sus interpretes.
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