Ficha Recuerda

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Críticas de Recuerda (11)




Mad Warrior

  • 3 Apr 2022

8



Es una etapa en la que Hitchcock, pese a estar bajo las órdenes de David O. Selznick, se ha ido paseando por varios estudios; su último trabajo para la 20th Century Fox (¨Naufragos¨) ha resultado arriesgado y hoy cuesta encajarlo en su filmografía.
Vuelve con el exigente productor y ambos acuerdan trasladar a la gran pantalla la novela de Hilary Saunders y John Palmer ¨La Casa del doctor Edwardes¨, lo que acabará madurando en un guión modificado y supervisado por diferentes individuos.

Se trata de un proyecto que vuelve a hacer chocar a ambos artífices. Selznick desea que el inglés ruede un ¨thriller¨ cuyo tema fundamental sea el psicoanálisis, introduciendo en el rodaje a quien fue su propia psicóloga (una entrometida que sacará de quicio a éste último); se contratarán los servicios de Salvador Dalí para idear la elaborada secuencia de un sueño del protagonista, aunque desgraciadamente ésta acabará cortada en el montaje final. Para colmo de males al director ni le gusta la música que compondrá el genio Miklós Rózsa ni se siente a gusto con el fichaje de un incipiente y exitoso Gregory Peck que compartirá cartel junto a la estrella consumada Ingrid Bergman (pues él ansiaba tener a Cary Grant).
Un rodaje cargado de problemas y malos sentimientos; este clima de desconfianza, de asfixiante incomodidad, se traslada a la propia historia, iniciada entre las paredes de un manicomio con la recién contratada Constance. El arañazo a un guardia por parte de una zorra con el atractivo de Rhonda Fleming es filmado de cerca y se convertirá en uno de los distintivos de la película, pues a partir de ahora Hitchcock usará el plano-detalle con el objetivo de registrar los deseos interiores y las emociones viscerales de los personajes, plasmándolos en pantalla para lograr un impacto tanto visual como psicológico.

Esta fuerza del primer plano sobresale con el primer encuentro entre la doctora y John, el supuesto nuevo director del centro; el peso de las miradas y la preciosa partitura de Rózsa refina la gran química que poseen Bergman y Peck y que hace arder la pantalla mucho antes de compartirla físicamente (lo cual terminó de redondear el hecho de que mantuvieran una aventura durante el rodaje pese a estar casados...). Acudiendo a los principios del melodrama, se enfrentan la psicología, de importancia ¨freudiana¨, y las más incontrolables sensaciones; hasta que unas líneas adecuadamente situadas revelan la verdad bajo las apariencias y la doctora deja de habitar una novela romántica para ser protagonista de una novela negra.
Porque John no es quien dice ser. Tras su amnesia se esconde la huella de un crimen que posiblemente lleva escrito su nombre, oculto bajo la identidad de su doctor, a quien inconscientemente ha suplantado; mientras la dinámica de las conocidas fábulas sobre inocentes perseguidos compone la intriga (aun cediendo esta vez a la incertidumbre pues la culpabilidad o la inocencia es algo que debemos averiguar poco a poco), el cineasta se divierte con diálogos e interacciones llenos de afilado y malicioso humor, quitando hierro a la seriedad deseada por Selznick y apostando por el puro entretenimiento.

Uno de los principales exponentes será Brulov, un personaje típicamente ¨hitchcockiano¨ interpretado con total naturalidad y de forma brillante por Michael Chekhov (sobrino de Anton). Pero aquél no convierte todo en una parodia del ¨thriller¨ y el drama psicológico, ya que se esmera en aportar detalles escabrosos con respecto a la muerte y el crimen y reviste ciertos instantes catárticos de un halo de misterio desasosegante, casi de puro terror, gracias al buen tratamiento de las atmósferas que consigue George Barnes (Peck bajando los escalones navaja en mano, generando el pavor al igual que esa contrapartida de ¨Sospecha¨ donde Grant los subía portando el vaso con la supuesta leche envenenada...).
La mayor sorpresa de ¨Spellbound¨ la compone esa secuencia en efecto ¨daliana¨/¨buñueliana¨ sobre el sueño de John, unos minutos de pura simbología que, sin ser filmada por el inglés sino por el mítico diseñador artístico Will C. Menzies, posee una fuerza visual asombrosa basada en su potencia onírica de la extrañeza que configuran las formas y el espacio; es el momento clave el cual abre la sospecha a una desafortunada certeza que estrecha cada vez más el cerco alrededor de Constance, cuyo sacrificio a lo largo de la historia es uno de los puntos fuertes de su melodrama (¿se entregó alguna otra heroína ¨hitchcockiana¨ por amor con tal ahínco como la de Bergman?).

Demostrando una habilidad sólo reservada a los maestros, el cineasta nos vapulea sin descanso durante un último tramo plagado de sorpresas, increíbles revelaciones y momentos de una tensión desgarradora; si bien la espectacular escena del esquí sirve de buen ejemplo, es esa rodada en interiores donde se enfrentan por última vez la protagonista y un Leo Carroll de mirada y presencia imponente como el doctor Murchison. Esa fuerza del primer plano que ha estado practicando Hitchcock durante toda la obra alcanza su cenit en un colofón que literalmente dispara a la retina y las emociones del espectador.
Los drásticos cortes le corroen por dentro y al final este melodrama de misterio más cercano al cine de Arliss, Dmytryk o Language donde cada género se equilibra a la perfección, con enorme elegancia, con cierta gracia inexplicable (y tratando (aunque de soslayo) algo tan espinoso como el trauma de esos soldados llegados de una 2.ª Guerra Mundial recién acabada), sólo deja un poso amargo en él. Al contrario del buen sabor de boca que dejó en Selznick, pues crítica y público se deshicieron con ella resultando un gran éxito de taquilla y una larga lista de nominaciones a los Oscar (sólo llevándose Rózsa el premio, pero sin duda también se lo merecían Bergman y Chekhov).

El psicoanálisis tendría a partir de entonces un papel relevante en el cine negro.



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Parnaso

  • 27 Jan 2021

5


Premisa que parte de una fobia a las rayas que encubre un trauma de juventud, se desarrolla de una manera en la que las deducciones parecen encontrar la solución a todo. Se atrevan a decir una verdad como una catedral sobre el amor que hace perder la razón del individuo, el proceder del director le veo excelencia en su movimiento, y desarrolla un sueño a partir de un diseño de Dalí muy interesante. Luego está la conclusión que me ha parecido algo chistoso, y el resto, no me ha entusiasmado, de hecho me he llegado a aburrir en ciertos momentos por la reiteración de los hechos.



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[email protected]

  • 16 Apr 2020

9


Excelente película del maestro Alfred Hitchcock (director de films sumamente recomendables como son ¨Notorius¨, ¨Psicosis¨, ¨Extraños en un Tren¨ o ¨La Soga¨, entre otras).
No cabe duda de que es una cinta que entretiene sus dos horas de duración sin aburrir en ningún momento y que te mantiene al borde del asiento. Prácticamente no tiene tiempos muertos. La pasé muy bien viéndola.
Si bien a mí no me encanta como actor Gregory Peck, en este film se luce ya que le queda bien el papel físicamente. Ingrid Bergman también demuestra ser una gran actriz.
La fotografía me encantó. Es cierto que no es tan contrastada como en otras películas del género, pero las sombras dibujadas en las paredes quedan fenomenale!
Sumamente recomendable!



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ExFox12

  • 19 Apr 2015

5


¨Recuerda¨ puede que esté considerada como un clásico de Hitchcock, pero lo cierto es que se encuentra entre sus películas menores (y peores).

Durante el visionado lo que falla es la historia de amor, tan poco creíble que logra sacarte de la trama. A mi eso de que un amor a primera vista te haga dejarlo todo para ayudar a un posible asesino que se hace pasar por el presunto asesinado aunque en realidad no se acuerda de nada (buff), en forma de inocente colegiala rendida al amor, es que no me creo nada.
El otro defecto viene al terminar de verla, cuando te das cuenta de que a la enrevesada trama poco le falta para no tener ningún sentido. La cosa va de complejos de culpa, recuerdos reprimidos y traumas sobre traumas, todo muy cogido con pinzas. Las sesiones de psiquiatría son ridículas, al igual que los desmayos de Gregory Peck, de la relación amorosa ya hemos hablado y los entresijos del asesinato y como la mente del protagonista se altera (y cura) carecen de toda lógica.

Ahora bien, la película entretiene. Hay escenas donde la maestría del director sale a relucir, a destacar el momento de la navaja, el plano subjetivo con la pistola y las extrañas y oníricas imágenes de los sueños. Además de esa capacidad para dotar de suspense cada una de las escenas.
Curiosa, sin más.



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billy_lum

  • 7 Jul 2014

6



Son los detalles que se ven en las películas de Hitchcock lo que hacen continuar con ella, pero adentrarse y esforzarse en seguir el argumento es tarea de locos. No ya por el hecho de la intriga policíaca, sino por aceptar como buenos los pasos con los que la doctora va tratando a Gregory Peck para “curar” los oscuros recuerdos que le atormentan.

Al igual que la escena de las puertas abriéndose, que son las que Ingrid Bergman le abre a él para expresar que ha caído rendida ante su encanto y así se la cierran los ojitos y entonces es como si le dijera con pasión: “Soy tuya, hazme tuya… Por favor”; para el espectador también se van abriendo puertas que facilitan seguir con la película, pero ya digo, aún con las puertas abiertas no circula suficiente corriente de aire como para despejar un halo de confusión en todo el film.

El señor Ballantines, o como se llame el personaje de Gregory Peck, cuenta su historia y resulta que de pequeño sufrió un trauma porque mató a su hermano sin querer (terrorífica escena que tenía grabada en la mente y no lograba recordar a cuál de las películas de Hitch pertenecía), luego en la guerra sufrió otro trauma que le hizo conocer al psiquiatra que iba a ser el director del sanatorio y posteriormente esquiando al presenciar la muerte de este psiquiatra, sufre otro trauma y al tío le viene entonces la amnesia, la regla y todo eso. Este hombre no gana para traumas...
El caso es que...
¿El verdadero director ha muerto esquiando y nadie le da por desaparecido?
¿El señor Ballantines adquiere su personalidad y se presenta en su puesto de trabajo así por las buenas? ¿A cuento de qué?
¿El asesino, el que va a dejar de ser director, recibe al suplantador y ni se mosquea? Al menos podía haber pensado: ¡¡¡Encima que mato al otro para que no me quiten el puesto, ahora viene este menda y me lo quita!!!
Gregory Peck llega al sanatorio usurpando la personalidad del director porque, como dicen, la muerte de éste esquiando le ha ocasionado un duro trauma y..., ¡¡al final se cura del trauma al recordar que de niño mató a su hermano sin querer!!
¿Y así ya está curado? ¿Ya puede ser feliz con su doctora?
Como podemos observar, no son más que absurdeces que no tienen nada que ver con la realidad de la psiquiatría ni con Freud ni con nada parecido. Eso sí, la escena del chaval cayendo por la repisa bien vale el visionado.



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TANO

  • 7 Jul 2014

7



Interesante y muy intrigante película de Hitchcock. Pese a no ser de sus mejores, ni de lejos es de las peores, con una trama controvertida que avanza lentamente (demasiado) y en donde las pistas sobre la identidad del protagonista surgen poco a poco.
Hay partes realmente buenas, como el sueño, obra del mismísimo Dalí, o la parte final de la investigación.
El personaje de Candance me encanta, así como el de su tutor.
La parte más complicada de entender es el tema del psicoanálisis, que es un poco... ¨esto es así porque ellos lo dicen¨, porque vaya, para mi gusto la escena final está cogida con palillos justo por eso...



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elalfon

  • 1 Jun 2014

5


No es que haya visto mucho de Hitchcock, de hecho una de mis tareas pendientes es ampliarme en su enorme filmografía, pero desde luego ¨Recuerda¨ no es ni de lejos lo mejor de él, lo puede hacer mucho mejor, y estoy seguro de que si no fuera de este director (O cualquier director de culto de la época) hoy en día no tendría un cuarto de reputación de la que carga encima

Lo que ha hecho famosa a este película es su investigación desde el punto de vista del psicoanálisis, un punto de partida tremendo para crearse a sí mismo un hype sobre lo que podría dar de sí, y contando además con la fama de que Dalí diseñó los escenarios oníricos no hace falta mucho más para llamar la atención de cualquier curioso.

Pero no hay mucho que contar sobre todo esto.

La película tiene las bases de formar una historia de romance como base a una trama que tiene de punto central la mente humana que a su vez no es más que otro entresijo para la verdadera identidad del film, un thriller.

Dicho eso, merece la pena analizar cada apartado, exceptuando lo de la historia de romance pues de por sí no tiene demasiado que contar a pesar de que en otros muchos film de Hitchcock es una de las piedras angulares, pero aquí no.
En lo que respecta a la mente humana resulta muy decepcionante en todos los sentidos. El estudio psicoanalítico roza el ridículo (Los desmayos al ver el blanco con rayas negras de Peck son de risa), y la interpretación de los sueños es realmente basta, como si de un guión de tres al cuarto se tratara.
Y como historia policíaca es floja, con un desenlace verdaderamente forzado, como si intentaran meternos a toda costa una conclusión que contentara a todos los que tenían ganas de ver un final feliz, que es donde vuelve a hacer juego el apartado romántico.

Dicho todo eso, no creo que queden dudas del por qué la película me parece muy indigna de la etiqueta de clásico que se ha ganado.

No por ello no tiene sus momentos agudos. La música es misteriosa, realmente hecha para una historia extraña, y hablando de extrañezas, el momento onírico es también un gran momento, por no decir el mejor, y es sinceramente lo que le hacía falta a este film, más de eso, en lugar de encontrarnos con esa escena metida con calzador. Y la escena de la pistola girando, a pesar de que muchos lo han criticado, a mí me parece un momento muy tenso y sobre todo original; lo que no compensa por otro que fuera contenido del irrisorio desenlace final.

En resumen podría decir que es una chapuza bonita, pero visto desde otro punto de vista, tiene el material para ser una experiencia enorme pero está desaprovechado.



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bigladiesman

  • 25 Mar 2014

8


Tan solo llegar a Hollywood, Alfred Hicthcock ganó el segundo Oscar consecutivo para David O. Selznick con su ¨Rebeca¨. Esta película fue su segundo trabajo junto al célebre productor independiente (con el que nunca se acabó de llevar bien). En ella, rodeado como era habitual en Selznick de auténticas luminarias de la actuación y la técnica, exploraba el conflicto entre psicoanálisis y ¨amour fou¨, ayudado por una psiquiatra profesional (que era de hecho su propia psiquiatra) y por un invitado de excepción: el genial pintor catalán Salvador Dalí, el rey del surrealismo, siempre fascinado por los medios, que le diseñó parte de la escenografía en una escena muy concreta.

Protagoniza Ingrid Bergman, aún bajo contrato con Selznick, junto a un joven Gregory Peck, que en su segundo año en Hollywood ya andaba arrasando. Bergman es una psiquiatra que se enamora de un amnésico sospechoso de asesinato y desea explorar en los secretos de su mente. Bergman empieza como una joven psiquiatra cualificada, fría, liberada y, como no, bellísima. Cuando el misterioso y angustiado Peck empieza a entrar en su vida, Bergman cambia de registro progresivamente, volviéndose apasionada y temeraria, mientras el miedo y la sospecha hacen mella en su propia psique. Gregory Peck se presenta como un joven, prestigioso y encantador psiquiatra que llega para ser el director de la clínica donde transcurre la acción y que tiene una extraña reacción cuando ve líneas. Las cosas se torcerán pronto (sí, el chiste es malo de cojones) cuando se revele como impostor y supuesto asesino del auténtico doctor: Peck da de nuevo un recital. Su intepretación es angustiosa y temible. Bergman y Peck son oro en barra, y su química en el trabajo es perfecta... Más que solo química, de hecho... Además, están rodeados de secundarios bastante notables: El ruso Michael Chekhov, un gran actor de teatro que se marcó el papel de su vida y se llevó una nominación al Oscar al Mejor Actor Secundario con su simpático y astuto maestro de la protagonista; Rhonda Fleming en un muy buen papel como paciente bipolar (y sale muy guapa); Leo G. Carroll, uno de los actores-fetiche de ¨Hitch¨; John Emery; el héroe de ¨La parada de los monstruos¨, Wallace Ford; Donald Curtis, que colaboró en películas del Ray Harryhausen primerizo y ¨last but not least¨, Norman Lloyd, aún en activo a sus provectos 99 años. Y aún puedo añadir un nombre más: el televisivo Regis Tomey, conocido por vuestros padres e incluso abuelos como ¨el amigo ese del Agente Burke¨.

En el aspecto técnico, el coloso Ben Hecht se encarga del guion. Hecht se tomó el trabajo muy en serio, entrevistándose con algunos de los psiquiatras de más prestigio que había entonces en EE.UU. por tal de documentarse. El resultado fue excelente: la película es tensa, los diálogos son ágiles e ingeniosos, los elementos de comedia y típicos de ¨Hitch¨ están ahí y el misterio no se resuelve hasta casi el último minuto (quizá es un tanto precipitado). Miklós Rósza vuelve a innovar usando, y con mucho acierto, el theremin mucho antes de que fuera el instrumento de moda en el cine fantástico y de terror. Su banda sonora es tensa y amenazadora, sin nada que envidiar a los posteriores y míticos trabajos de Bernard Hermann con Hitchkock. Sus esfuerzos fueron recompensados con un Oscar. Buena fotografía en blanco y negro (con alguna sorpresa) y muy buena escenografía y FX, sobretodo en las escenas diseñadas por Dalí.

Excelente película de suspense - a veces un tanto olvidada y ensobrecida por las escenas de los sueños - de ¨Hitch¨ pero tiene todos los elementos de su cine, entretiene, engancha e incluso sorprende por su inventiva. Recomendada, y más aún si os gusta Dalí.



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Lazlo Moussong

  • 14 Apr 2013

10



Vi ¨Cuéntame tu vida¨ como a los 12 años de edad (no sé cómo me dejaron entrar) y me conmovió intensamente. Es el film que más profunda y permanente huella ha dejado en mí. Aunque había olvidado casi todo el drama y sólo recordaba ciertas imágenes del psicoanálisis, la emoción intensa de la obra y la música quedaron honda y permanente grabadas en mí. La música invadió toda mi alma y se apoderó de ella. Recuerdo que lloré mucho mientras la veía, pero no por susto o miedo, sino emocionado. Escritor mexicano.



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ragman

  • 1 Jan 2013

8



Genial filme de Hitckcock donde se enfoca en el psicoanálisis de una interesante manera que incluye hasta surrealismo ambientado por diseños de Salvador Dali.
La trama es simple y esta muy bien llevada, puede que la película se haga un poco larga, tal vez por los momentos de amor pero esto es necesario para encarar a los dos protagonistas. Bergman y Peck hacen unos excelentes papeles, pero Bergman se lleva las de ganar, sublime su aporte al filme.

Además la escena donde el hermano de Peck muere, demasiado adelantada y fuerte para su año.

La trama de misterio a la mejor manera hitchckokiana que no tiene nada que envidiarle a otras de sus obras. Ideal para los que quieran incursionar el en cine de este gran director.



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thirstyforblood

  • 13 Dec 2009

10


Alfred Hitchcock se tira al campo del psicoanálisis en una película que mezcla el suspenso, dicho campo, y además el surrealismo. Gregory Peck es un paciente de un hospital siquiátrico, donde la doctora interpretada por Ingrid Bergman descubre que es un potencial asesino, pero no porque sí. A través de la técnica del psicoanálisis tratará de descubrir que hay detrás del misterioso paciente. De hecho, una de las secuencias más impactantes son las imágenes oníricas, diseñadas por nada menos que Salvador Dalí, donde incluso hay una referencia a algunos de sus trabajos anteriores como el Perro Andaluz de Luis Buñuel (ojo con la escena del ojo rasgado, una clara prueba de dicha referencia).
Vapuleada misteriosamente por la crítica, e incluso comparada en forma injustificada con otras películas del mismo director como Psicosis y Los pajaros, Spellbound es un giro diferente que realizó el director británico, y por qué no, un interesante experimento digno de una clase de sicología y psicoanálisis. Realmente se merece una tarde completa esta película.



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