3ª parte de la saga templaria de Amando de Ossorio, y sin duda la más discreta y menos conseguida de las cuatro. Partiendo ya de un mediocre sub-argumento que hace aguas por todas partes, junto a unos protagonistas no demasiado convincentes (excepto tal vez M. Perschy), y unos FX que en principio pretendían mucho y que al final fueron más bien tirando a pobres y ridículos. Sin duda, la idea del galeón maldito que navega fuera del espacio y tiempo, y que alberga a los ya conocidos guerreros templarios, es muy buena... pero por desgracia entre que Ossorio no estuvo demasiado inspirado, y el excesivamente bajo presupuesto disponible , el resultado global no fué precisamente para tirar cohetes. De todos modos la apruebo, ya que hay algunas escenas de terror que están bien trabajadas, y al menos contiene algún momento aislado de atmósfera siniestra que no está nada mal... aparte de que la escena final está bastante bien. Pero en general es flojilla, irregular, inconsistente, y muy inferior a las demás partes de esta peculiar saga hispano-gallega. Que le vamos a hacer.
Reservada a los completistas incondicionales de esta saga. Puntuación: 5.
Horrorosa. No hay otra palabra para ésta pelicula. Las actuaciones son de pena, sobretodo la Bárbara Rey, a destacar el momentazo de su muerte, lo más cutre y ridículo que he visto en mucho tiempo... El buque da pena, se nota que es de juguete y el guión... Ufff... Unas chicas que las ponen a la deriva para así ganar publicidad cuando alguien las encuentre... En serio??? La peor sin duda de las cuatro películas sobre los templarios de Amando.
Tercera parte de la saga de los templarios, en esta ocasión atacando en un buque antiguo.
La pelí no está mal, pero le falta más ritmo y sobre todo muertes, creo que solo se ve como asesinan a la chica rubia y nada más. Veremos que pasa con la cuarta y última entrega, por el momento ninguna supera a la noche de terror ciego.
Aceptable tercera entrega de la Tetralogía de los “Templarios Zombies” (1971-1975), del director coruñés Amando de Ossorio.
Un ambicioso agente de publicidad envía solas a dos bellas modelos a alta mar con motivos promocionales. Sin embargo, la lancha a motor en la cual navegaban desaparecerá sin dejar rastros. La pareja que dirige la agencia, un ayudante, un científico y una amiga modelo de las otras irán en su búsqueda, topándose con un destartalado buque medieval que esconde una horrible pesadilla.
Tras hacer un pequeño paréntesis con la admisible “Las garras de Lorelei” (1974), el cineasta gallego Amando de Ossorio planeó retomar la inusual pero interesante saga de los “Templarios Zombies” o “Tetralogía del Terror Ciego” como se le conoce en España, que le había traído un éxito inesperado con su segunda entrega “El Ataque de los Muertos sin Ojos” (1973), especialmente en el mercado estadounidense e internacional. Este hecho había despertado el interés y el apetito de los cineastas españoles afiliados al Fantaterror de explorar las posibilidades del terror gótico local que en otros países europeos hacía tiempo ya era un éxito, como Inglaterra e Italia de la mano de directores como Terence Fisher y Mario Bava principalmente, pero que en España había encontrado mayor resistencia, en especial en los 60s con el censurador gobierno franquista.
Y es que los motivos que habían llevado a concebir a De Ossorio “La Noche del Terror Ciego” (1971) y “El Ataque de los Muertos sin Ojos” (1973) tenían que ver, por una parte, por su gusto por el folclore rural de España, pero más aún su desaprobación ante la censura de la dictadura de Franco (1936-1975) aún vigente por aquellos años. Precisamente esta brutal e implacable censura había llevado a algunos a emigrar de España como Jesús Franco y a otros como Narciso Ibáñez Serrador y el propio Amando de Ossorio a combatirla desde el cine fantástico español en forma de una velada alegoría terrorífica, en este caso con una horda de esqueléticos monjes zombies que masacran aldeas en venganza a su condena por actos sacrílegos cometidos en la Edad Media. Pero este ímpetu social ya había sido saciado en Ossorio y la principal razón por la que retomaría la que se convertiría en la “Tetralogía del Terror Ciego” (1971-1975) tendría que ver más que nada por cuestiones comerciales.
De Ossorio había sido contactado por unos distribuidores alemanes que le solicitaron rodar una tercera entrega, tras el gran éxito de las películas en la Alemania Occidental. Tratando de encontrar ideas que permitieran un nuevo film, el futuro director de “La Endemoniada” (1975) tomaría como punto de partida la leyenda del “Holandés Errante”, conocida historia de fantasmas sobre un barco condenado eternamente a vagar por los mares del mundo luego de que su capitán Willem van der Decken hiciera un pacto con el diablo para surcar siempre los mares sin importar la fuerza de la naturaleza. Combinaría esta historia con algunas leyendas que hablan del escape de la flota templaria -con todos sus tesoros materiales y místicos- en la madrugada del viernes 13 de octubre de 1307 antes de que las tropas del rey francés Felipe IV El Hermoso apresaran, torturaran y ejecutaran a los miembros de la Orden, tras el complot que el monarca galo firmó con el papa Bonifacio VIII para deshacerse de ellos por las altas sumas de dinero que les debía.
En “El Buque Maldito” (1974) Amando de Ossorio reincidirá en algunos aspectos narrativos de las dos precuelas y también introducirá nuevos elementos para construir la historia. En primer lugar, retoma la subtrama de la relación lésbica de “La Noche del Terror Ciego” (1971) esta vez entre dos amigas que estudian modelaje, una como mentora de la otra, y que De Ossorio refleja en una secuencia similar de ambas en ropa interior compartiendo sus preocupaciones y sueños, y luego con la exposición de la peor cara de la especie humana, que en “El Ataque de los Muertos sin Ojos” (1973) se graficaba en la figura del Alcalde Duncan y el Gobernador de Bouzano, con el inescrupuloso y ambicioso que expone a dos jóvenes modelos en alta mar por motivos publicitarios y el esbirro de éste que aprovecha la oportunidad para violar a la amiga modelo de una de las dos chicas, luego de ser secuestrada tras amenazar con ir a la policía si no rescatan a su amiga.
Como elementos narrativos nuevos, tenemos evidentemente este nuevo escenario que saca a los cadavéricos monjes militares de las tenebrosas abadías y cementerios góticos de las dos precuelas, un decrépito y abandonado buque que navega a la deriva, en un clima extraño caracterizado por un fuerte sopor y una densa neblina, propias de otra dimensión. De hecho, una de las cuestiones más interesantes respecto a su presencia en esa zona la remiten a una suerte de “Triángulo de las Bermudas” -que por aquel entonces acumulaba varios reportes de desapariciones- en el Mar del Norte, en donde sólo embarcaciones menores como barcazas o lanchas podían acercársele, sin embargo, siendo “engullidas” por esta neblina y quedando atrapadas en esa otra dimensión. El ingreso a esta nueva dimensión era irreversible y llevaba a las autoridades en búsqueda de las embarcaciones perdidas a considerarlas simplemente como “desaparecidas”.
Sin embargo, uno de los mejores aspectos de un film a todas luces realizado con un muy bajo presupuesto, pero no por eso carente de ideas e imaginación, es su lograda atmósfera, un rasgo que haría de la “Tetralogía del Terror Ciego” (1971-1975) reconocida especialmente en el extranjero. Hay un par de escenas totalmente reivindicables como el acoso y muerte de Noemí, en donde el director de “Malenka” (1969) filma con eficacia el ataque de los templarios ciegos saliendo lentamente de sus ataúdes rodeados de una espesa y siniestra neblina, silbidos del viento y puertas que chirrían y decorados derruidos y tétricos, con la chica gritando desesperadamente mientras sus alaridos se pierden con los profanos cantos gregorianos que acompañan a los muertos vivientes. Otra de estas escenas nos remite al desesperado intento de la “brigada de rescate” organizada con los dueños de la agencia de publicidad y su ayudante, el profesor de ciencias ocultas y la amiga modelo de las chicas, de deshacerse de los cuerpos cadavéricos de los templarios mientras descansan, lanzándolos al mar. Y, por supuesto, el epílogo, que se convierte en una interesante vuelta de tuerca narrativa, con los templarios emergiendo de las aguas del mar para capturar y asesinar a los sobrevivientes.
A pesar de ello, el director de “La Noche del Terror Ciego” (1971) no quedó conforme con varias cuestiones técnicas asociadas a la atmósfera de la cinta. Había decidido rodar con una fotografía muy oscura para ocultar en parte los decorados elaborados con el escuálido presupuesto que recibió, encargando al fotógrafo Raúl Artigot que se apoyase de una espesa neblina y halos de luces azules para iluminar el set decorativo. Amando de Ossorio, de hecho, sólo pudo mandar a construir la mitad de un barco, que es donde ocurre gran parte de la acción y que el actor Jack Taylor recordó como bastante bien construida y recreada a pesar de todo, cumpliendo con eficacia su objetivo principal, recrear un lugar profundamente claustrofóbico (más aún que las ruinas de las abadías y el cementerio) en donde ni siquiera lanzarse al mar asegura poder salir de semejante y espeluznante dimensión.
No obstante, es cierto que el director de “Las Garras de Lorelei” (1974) no escondió nunca su desazón respecto a los aspectos técnicos y de efectos especiales de este film, de los cuales se avergonzó. El film tiene evidentes carencias de utilería, como la escena de la maqueta del barco cuyas llamas son más grandes que las propias velas o los irrisorios chispeos en la oscuridad que pretenden emular a las bengalas de alerta de la lancha. El mismo director confesaría, con su habitual modestia, que “el buque no había sido ni maldito ni buque, simplemente algo horroroso”. No cabe duda que estos detalles le restan mérito al film dentro de su propio universo, la tetralogía, y para muchos confirmarían que se trata de la más débil entrega de la saga de los monjes satánicos que regresan de la muerte para vengarse.
El reparto no resulta para nada destacable, aunque tampoco molesto, siendo encabezado por el legendario actor del Fantaterror Español, Jack Taylor (“Necronomicón”; 1967; “El Conde Drácula”, 1969) como Howard Tucker y las bellas María Perschy (“Murders in the Rue Morgue”, 1971; “El Espectro del Terror”, 1973) y Bárbara Rey (“La Noche de los Brujos”, 1973), como Lillian y Noemí. Carlos Lemos (“La Llamada”, 1965) interpretó al profesor Grüber y Manuel de Blas (“Fuenteovejuna”, 1984) como el esbirro de Tucker, Sergio.
Antón García Abril regresa nuevamente con su profana versión de los cantos gregorianos que acompañan a las abominables criaturas infernales, sin registrar mayores cambios, pero cumpliendo satisfactoriamente con ambientar la presencia de los templarios en cada escena en la que participan.
“El Buque Maldito” (1974) se rodó en Alicante (exteriores) y en Madrid, en los estudios Ballesteros (interiores). A pesar de que se le licenció el estreno para octubre de 1973, finalmente se estrenó en las salas españolas en septiembre de 1975, recaudando 12,5 millones de pesetas.
En resumen, a pesar de alzarse como una secuela inferior dentro de la “Tetralogía del Terror Ciego” (1971-1975), “El Buque Maldito” (1974) representa un aceptable film de bajo presupuesta con buenas intenciones narrativas y visuales, pero cuyo peso presupuestario la colocan por debajo de sus dos logradas precuelas. La evalúo con un 6.5.
“El buque maldito” es el tercer título de la tetralogía de zombies templarios realizada por Amando de Ossorio, y traslada la acción de los derruidos castillos de la campiña a buques fantasmas en alta mar.
María Perschy, Bárbara Rey y Blanca Estrada le dan un toque de sensualidad a un film que nunca oculta lo que es, un modesto producto de serie B, que logra unos resultados bastante decentes, teniendo en cuenta sus escasos recursos.
Es de destacar el uso del sonido, con el infaltable canto demoniaco gregoriano,, y de los efectos de ambientación, con la inteligente y eficaz utilización de prácticamente un único escenario: el exterior e interior del fantasmagórico galeón. Ossorio incluso recurre al uso de maquetas (efecto chirriante por cierto, y que demuestra el limitado presupuesto)
A resaltar, la espléndida escena de la persecución y posterior ejecución de Noemí (Bárbara Rey) arrastrada por los zombies, o aquella antológica escena en la que los Caballeros emergen del agua al llegar a la playa.
Argumento grotesco, actuaciones, mención especial para Bárbara Rey, patéticas, reacciones de los personajes absurdas (hay tantas, incluido el final, que no se pueden numerar), ritmo lento, lentísimo, no pasa nada en la mayoría del metraje y poco protagonismo de los templarios. La peor de la tetralogía templaria con diferencia.
Tercera entrega de la tetralogia de amado ossorio, en este caso el buque maldito, aquí nos encontramos con un grupo de personas que se adentran en un buque para rescatar a dos chicas, para luego encontrarse con los ya famosos templerios.
La historia es bastante simplona, hay muy pocas muertes, es una peli pesada y lenta pero se deja ver, el final esta correcto.
EL BUQUE MALDITO
Por lo que voy viendo,esta tercera parte de la tetralogía de Amando de Osorio es la más tostón,se hace laarga,laaarga,laaarga,la historia no avanza,se hace pesada y es aburrida de narices.Alargan escenas para rellenar cinta.Quitando el final,con los esqueletos saliendo del mar,el resto me ha parecido un bostezo de película.Bárbara Rey inexpresiva total con una muerte ¨revientatímpanos¨ y a Manuel de Blas ya podrían darle un papel de súper villano en una peli joder,que lo que es en esta no luce absolutamente nada.
Tercera y la mas floja de la serie de peliculas de la noche del terror ciego,la premisa es realmente tonta de estos caballeros zombies en un buque que aunque bien ambientado por dentro por fuera parece un juguete,tambien esta pelicula pierde la atmosfera que tenian las dos anteriores y los ataques aqui estan muy simples.Quiza valga la pena para un visionado.
Malisima y centisima 3 entrega de los zombis templarios , la pelicula es mala con creze desde el minuto 1 hasta el minuto 77 que dura la cinta los zombis templarios apenas salen , las muertes malisima actuaciones malisimas con ganas me consto verla entera una perdida de tiempo y una decepcion de la saga.
Me encanta el fantaterror y por supuesto la saga de los zombies templarios, pero he de reconocer que esta es la más aburrida de toda la serie.
Desde luego, es muy cutre como las otras partes de la saga (el maldito buque es de jugete cuando ponen tomas lejanas del mismo, los esqueletos son risorios, al igual que las interpretaciones de los actores) por lo que los amantes del cine basura tenemos nuestra ración de diversión asegurada, pero poco más, porque lo que la estropea es el ritmo lentooooo.....lentísimo y que tiene una trama sin sentido y aburridisima...tanto es así que la ví anoche después de salir por ahí en la noche de san juan y llegue a casa harto wisky y cerveza y segui bebiendo más wisky y ni así le vi la gracia por ningun lado, así que totalmente sobrio es hasta más pesada y absurda.
De todos modos tiene el encanto de las películas de aquella época, algo que sólo tienen las cintas de fantaterror que se hacian en los 70, y los 80, por eso le doy esta nota. Un saludo amig@s.
Tercera película de la saga y, sin duda la más floja. Aquí, vuelven otra vez las actuaciones horrendas, los diálogos estúpidos. Pero dejando todo eso a un lado, vamos a centrarnos en el argumento. Una modelo que quiere averiguar el paradero de su amiga, a la cual hace tiempo que no ve. Invensigando y preguntando a su jefe descubre que éste, junto a un loco de las lanchas están tramando lo que sería el no va más publicitario, dejar a dos chicas a la deriva en una lancha durante un largo período de tiempo, hasta que sean rescatadas y se conviertan en imágenes famosas, haciéndose fotos por donde quiera que vayan. Increíble!!! de lo más absurdo que he visto nunca. Quitando ese disparate argumental, en el campo de la ambientación, cumple con creces, pero es que los absurdos del guión, la rabia que producen los personajes y la estupidez de los diálogos la hacen difícil de digerir. Un escenario que daba para mucho más, pero que queda muy deslucido. .
A mi si me ha gustado.Los templarios zombis acojonan,esqueletos vivientes totalmente podridos con las cuencas de los ojos vacias y llenos de telarañas.Estos si que son zombis y no los de otras pelis de este tipo mucho mas modernas.La historia que cuenta el cientifico de que el buque se encuentra en una dimension desconocida y que una vez que entras en la neblura,ya no sales.Repito,a mi me ha gustado
No soy fan de esta saga y mira que lo he intentado pero oye, no me convence, tan solo su idea. El comienzo tiene ese aire tan Europeo que tanto gusta con el paso de los años pero le da un intento como de Americanizarla. Bueno, el caso es que tarda un poco bastante en arrancar, con mucho dialogo sin interes y una especie de trama policiaca que no llama nada la atencion y uno desea que comienzen a aparecer los templarios. La maqueta del barco me parece de lo mas pobre como advirtiendo que es lo que nos vamos a encontrar. Ni que fuese el barco pirata de Playmobil! Tiene algo de ambiente que esta muy bien conseguido, eso es lo unico que se salva pero es que los escenarios se reducen a tres al menos que Yo sepa. Lo mas descacharrante de todo son sus dialogos absurdos, pero sus situaciones son de lo mas absurdas aun. Es imposible que una situacion asi la lleven de esa manera! Es imposible! Con todo, pues solo podemos esperar como van apareciendo los Templarios a cargarse al casting. Me parece un producto nefasto que no tiene ni pies ni cabeza.
Malilla, y muy, pero que muy aburrida, no me ha gustado, hay muchas otras peliculas de los 70 que son mejores, y seguro que con menos presupuesto, segurisimo. Gracias.
Es original la idea del barco pero a la vez el argumento se cae por todos lados, ¿el capitán sabe que lleva a bordo unos templarios malditos que cada noche se levantan para hacer sus ¨orgías de sangre¨ mientras él se dedica a relatarlo como lo más normal del mundo en su diario de abordo? ¿Qué pasa, el capitán también era medio zombie pero le daba a la escritura o simplemente había firmado un tratado de paz con los templarios para que no lo matasen y así el poder contar su historia? En fin...
Además de eso da pena la escena en que se quema el barco, no pena de que sea una escena triste sino pena de lo mal que está hecha.
Sin duda El Ataque de los Muertos Sin Ojos fue mucho mejor, de la primera no opino porque no la he visto.
De todos modos, tampoco es una basura, entretiene :)
En mi opinión es una película bastante entretenida y hecha con imaginación pese a sus escasos medios.
A destacar: La atmósfera del barco con esos crujidos de la madera, esas poleas ajadas y esas cuerdas y telarañas mugrientas me parece sensacional, asi como los templarios con esas manos descarnadas, esos hábitos raídos y esa lentitud sobrecogedora en mi opinión esta muy conseguido todo eso. Las actuaciones son correctas, a mi me ha parecido divertido el científico escéptico que de repente se convierte en un experto ocultista, tiene su punto. La música de García Abril contribuye al ambiente tétrico.
Cosas mejorables: No me parece tan mal la escena de la huída de Barbara Rey, en cambio me resultó un tanto irritante su muerte a manos de los zombies, creo que es demasiado larga la escena y un punto agoniosa. El barco... no es el barco de los clicks? :) Y los ataúdes cayendo por la borda creo que deberían haber salpicado mas.
En resumen: una buena película de miedo, bien ambientada, inquietante y con momentos de suspense.
Entretenida peli de Ossorio, el cual, con una idea mu simple, logra hacer una buena película. No podré compararla con las otras 2 porque no recuerdo haberlas visto, pero creo que ésta, aunque hoy pueda parecer un tanto desfasada, es una película a tener en cuenta dentro del cine de terror. En cuanto a los fantasmas (yo no los llamaría ¨zombies¨, como reza el título de ¨Zombie Flesh Eaters¨), pues están bien hechos is nos atenemos a la época, pero hay que decir que no transmiten mucho miedo, y además, más lentos no pueden ser. Otra cosa que no me ha gustado es que se repitan varias tomas un montón de veces, como es el caso en la aparición de los monstruos o cuando tiran objetos al mar casi al final de la película, dan la impresión de que se buscaba meter escenas de relleno a toda costa. Pero bueno, creo que es lo de menos, yo he disfrutado con la película, que es lo que buscaba.
AVISO: contiene SPOILERS importantes.
Lo primero que vas a pensar si has visto antes “La noche del terror ciego” y “El ataque de los muertos sin ojos” es: “¿dónde está el pueblo del que salen los Templarios?”. Pues la respuesta es que en esta película ha sido sustituido por un galeón que va a la deriva en alta mar envuelto en una misteriosa niebla. Esta vez mencionan la palabra Templarios (¡ya iba siendo hora!), pero tampoco lo son. Son una orden derivada de los Templarios que practicaban ritos satánicos y bebían sangre humana para vivir eternamente. Además, su símbolo es una mezcla de los dos que salen en las películas anteriores: es un Ankh rodeado por un círculo en llamas. El caso es que estos, llamémosles zombies, vuelven a caminar en postura de Sr. Burns, aunque ya no hay ralentizaciones de cámara cuando aparecen en escena (un punto a favor). Hay cosas raras y que no tienen sentido, como que a una de las chicas que atrapan, en vez de chuparle la sangre, lo que hacen es levantarla y lanzarla a la bodega del barco. Estos personajes también retroceden ante una cruz en llamas (como vulgares vampiros). Y para explicar el por qué estos engendros van en el galeón que está en una dimensión distinta a la nuestra (¿¡LoL!?) dicen lo siguiente: el capitán del galeón, que se apodaba “El Holandés” (¿este barco será El Holandés Errante?) llevaba en su bodega un tesoro y a las momias de los Templarios (procedentes de oriente) en cajas de madera. Y después, directamente te dicen que los Templarios vuelven a la vida por la noche para seguir con su orgía de sangre. Y esa es la explicación...
La ambientación oscura y a veces opresora que han creado en la película, consigue meterte un poco en la historia (aunque a veces sea tan oscura que no se ve una mierda).
La película tiene algunas situaciones absurdas, como cuando una de las chicas, después de que uno de los Templarios le agarre del cuello (que es lo más cutre del universo) y se lo desgarre (pero la chica no tiene herida alguna) intenta escapar de la bodega subiendo por las escaleras reptando por ellas... ¿para que usar las piernas cuando te puedes arrastrar cual serpiente?
Al final, para deshacerse de los zombies, como no pueden quemar el barco porque las maderas están demasiado húmedas (aunque luego el barco arde solo) a los protagonistas no se les ocurre otra cosa que lanzar a los Templarios por la borda dentro de sus cajas.
Resumiendo:
Una película que carece de guión pero que se deja ver, con una orden derivada de los Templarios que son cadáveres chupasangre (pero que en ningún momento chupan sangre), chicas que están muy bien (incluida una joven Bárbara Rey) y actuaciones decentes. Algunas escenas han sido alargadas sin ningún sentido (salvo el de aburrir al espectador) pero en general es pasable (salvo las escenas en las que la gente huye de los Templarios, que son ridículas). La banda sonora sigue en su línea y no defrauda. Y para rematar, la película termina con una gran escena final en la que los templarios salen de las aguas del océano para matar a los supervivientes. Sin duda, ésta junto con “La noche de las gaviotas” (que es la película que cierra la saga) es digna de ser vista, aunque sólo sea una vez.
Críticas: 36
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TheCrow
4
La verdad es que no soy un gran admirador de las dos primeras películas de la saga de los templarios satáncios de Amando de Ossorio... Pero con esta tercera entrega, hubo un bajón considerable.
La historia nos ofrece una extraña mezcla entre los habituales templarios y el mito del Holandés Errante, para llevarnos a un escenario ciertamente tétrico, que ofrecía una ambientación bastante conseguida... Pero que se ve arruinada por una sorprendente falta de sangre, unas actuaciones horrendas, una realización torpe y descuidada, y una falta de ritmo que hace el visionado realmente soporífero.
Sólo ciertas escenas con los templarios y la buena banda sonora del habitual Antón García Abril se salvan de la quema... Y para quema, la de la maqueta del barco. ¿Cómo se puede tener tan poca vergüenza, y ofrecer al espectador algo tan paupérrimo? Vamos, ni la falta de presupuesto justifica tal dejadez.
Así que poco más hay que reseñar... ¨El Buque Maldito¨ no deja de ser curiosa en su temática, pero la palpable falta de talento e interés que desprende por los cuatro costados, impide que sea una película mínimamente recomendable.
Sólo para fans de la saga y completistas de la caspa setentera.
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