Ficha La Muerte Golpea dos Veces

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Críticas de La Muerte Golpea dos Veces (4)




Mad Warrior

  • 31 Mar 2021

8



Un detective sumido en la melancolía reposa su maltrecho cuerpo sobre un sillón en la esquina de una oficina sucia y cuyas paredes se caen a pedazos.
Observa entonces una morena de imponentes piernas, cintura de avispa y un rostro dulce y del todo inocente acercándose a su puerta, el tipo de mujer de la que no hay que fiarse...

¿Quién demonios dijo que estos personajes dejaron de existir, que tuvieron su época y allí se quedaron? Porque todos sabemos que perdedores encantadores, zorras codiciosas y psicópatas asesinos hubo, hay y habrá siempre, personajes cuyas huellas sólo pueden quedar bien marcadas en los sucios y oscuros pavimentos del ¨noir¨. No, este maravilloso género no sólo fueron los 30 y 40; como el ¨western¨, implica una proyección legítima de un universo siempre presente, sórdido, agobiante, peligroso y sensual, y se podría decir que siempre en evolución.
Durante los 80 (al igual que otros) vivió su renacer, una reinvención de sus claves evocando las de siempre que nos dejó grandes títulos y donde destacaron los primeros trabajos de directores como Lawrence Kasdan (¨Fuego en el Cuerpo¨), Joel Coen (¨Sangre Fácil¨) o John Dahl con su primer largometraje tras ser asistente de dirección y ganar notoriedad como realizador de vídeos musicales. Pues aunque de un tiempo a esta parte sólo meta sus narices en producciones televisivas, el nativo de Montana tuvo muy buenos inicios en la industria aunque siempre bajo la farragosa silueta del cine independiente y la serie ¨B¨.

¨Kill me Again¨ (de terrible traducción) se propone recuperar esa esencia tan auténtica del ¨noir¨ como ya hicieron otros títulos de la época (¨Polar¨, ¨Vestida para Matar¨, ¨Terciopelo Azul¨, la española ¨El Crack¨ o las dos antes nombradas, de las que se toma inspiración inevitablemente). Sin embargo su inicio es más bien propio de Walter Hill, en pleno desierto y a partir del violento robo de un maletín perpetrado por una pareja que evoca a los Bart y Annie de ¨El Demonio de las Armas¨.
Ella es Fay, una mujer cuya satisfacción existencial se basa en la cantidad de dinero que posea; y él, Vincent, un maleante de aspiraciones psicópatas que se cura con la cantidad de violencia que pueda ejercer en los demás. Ambos separados y como cabría esperar vueltos a juntar por las circunstancias, en las que muy convenientemente interviene Jack Andrews, el detective hecho polvo que no falta en este clásico triángulo de odio, mentiras y traición; un Marlowe o un Archer (aprendiz de Dick Tracy, le llamarán) que cayó al arrollo hace mucho y con el peso de una esposa muerta sobre su alma, sin duda parte de esa estirpe de sabuesos producto de las reinvenciones del género (como el Jack Gittes de ¨Chinatown¨).

Las primeras maniobras de Dahl son pura lógica que ni sorprende ni decepcionan, simplemente rinden tributo al negro, desde ese primer y ¨casual¨ encuentro entre Andrews y Fay, que de forajida de autopista polvorienta pasa a ser una distinguida y provocativa ¨femme fatale¨ cuyas maneras recuerdan a modelos anteriores del tipo de Jean Wallace o Joan Bennett; la trama se prepara alrededor de otro elemento ya bastante utilizado: la muerte fingida de ella para burlar a su perseguidor. Y como todo detective frágil y inocente, éste comete el primer error que siempre suele desatar la intriga y la violencia: fiarse de la mujer; a partir de entonces la policía, Vincent e incluso la mafia le harán la vida imposible.
Por el camino se rememora a Wilder, H. Lewis, Dmytryk, Siodmak o el Sturges de ¨La Calle del Misterio¨ (hundimiento del coche en el lago incluido), y el director, con la ayuda de su operador Jacques Steyn y el músico William Olvis, perfila las sonidos y colores de una atmósfera áspera, sórdida y que remite al cogollo más desapacible del género, no ubicando el relato en las atractivas calles de Los Ángeles, sino en lugares recónditos (moteles sucios, carreteras solitarias, lagos cubiertos de niebla, pequeños casinos) elevando así los tonos hacia una ligera abstracción más cercana a Lang o Ulmer.

Mientras, se distribuyen los obligatorios signos, como puro ejercicio de estilo (los neones del motel, la luz roja de los faros cubiertos por la neblina, los rayos del sol fisgando entre las persianas, el polvo flotando en la oficina...) o como resorte del argumento (el coche hundido, la fuga de la dama, el codiciado dinero, una caja de cerillas con el nombre del detective escrito...). Y aunque no podamos evitar condenar la inefable estupidez del protagonista (con la cara del pazguato de Val Kilmer, perfecto para el papel), tampoco nos cuesta ponernos en su piel y seguir la trama desde su punto de vista.
Porque a veces parece divertido disfrutar del placer masoquista que ofrece una relación con tal mujer, y más aún si posee el carisma, la arrolladora sensualidad y la engañosa apariencia de Joanne Whalley, quien se hará llamar Virginia para ocultarse (¿referencia a Virginia Mayo, otra de las grandes damas del ¨noir¨?), esposa de Kilmer por aquel entonces y una perfecta ¨femme fatale¨ ya olvidada. El tercero en discordia es un desatado Michael Madsen como la versión (todavía más) sádica y chiflada del Lee Marvin de ¨The Big Heat¨, amén de una prefiguración de su ¨tarantiniano¨ sr. ¨Rubio¨ (y la dolorosa secuencia de la tortura al pobre Jon Gries lo corrobora).

¿Y qué cambia? Nada en absoluto; la mujer seguirá siendo igual de egoísta y mentirosa, el malo igual de pirado y sanguinario y el bueno igual de bueno, inocente e idiota. Obstinada permanencia de los trillados códigos ¨noir¨ narrados con maestría de artesano y expuestos con suma elegancia.
Dahl, que seguiría definiendo su talento en ¨Red Rock West¨ y ¨La Última Seducción¨, tuvo un magnífico comienzo, si bien esta ópera prima pasó totalmente desapercibida, y hoy por hoy enterrada injustamente en el olvido. Sólo se le puede achacar un desenlace no muy lúcido, retornando al cine de forajidos con el que se inició, y rematado con demasiada rapidez...



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Mad Warrior

  • 9 Nov 2013

8


Vaya dos titanes enfrentados: un inmejorable y encantador Val Kilmer y el extremo opuesto, un bravucón y repulsivo Michael Madsen; fijo que Tarantino le eligió para sus ¨Reservoir Dogs¨ tras haber visionado esta cinta. Los que la hayan visto recordaran el momento de la tortura en la silla al amigo del detective Jack Andrews.
Y Joanne Whalley-Kilmer, otra de esas atractivas e inteligentes mujeres fatales del cine negro; resulta muy difícil de olvidar, al igual que el final de la película.

Se puede ver cómo los ¨90 estaban cerca con esta buenísima cinta de gángsters, llena de violencia, codicia, venganza y viajes acá y allá sin parar.



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thirstyforblood

  • 11 Dec 2009

10


Muy buena película: acción en la cuota cuota justa, amor en la cuota justa. Tiene de todo un poco, véanla, se las recomiendo.
John Dahl se repite en su temática noir en esta trama recargada de vueltas de tuerca, buenos que son malos y malos que son buenos. Cuesta identificarse con el desfile de perdedores.



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mercenary

  • 23 Jun 2008

7


Una buena peli de finales de los 80 de intriga.Un Val kylmer ya conocido y con unas pelis a sus espaldas protagonizo con michael madsen y Joanne Whalley-Kilmer la ex-esposa de kylmer que ahoga la pena de muerte de su esposa en alcohol.A 175 millas de distancia, Fay Forrester, una joven aventurera, espera dentro de un coche acompañada de Vince Miller. Ambos esperan en la parte posterior de un pequeño casino de pueblo. Su intención es robar...recomendada



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Críticas: 4


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