En una casa antigüa, una malhumorada y egoísta anciana que busca volver a ser joven, llamada Mrs.March, le paga al Dr. Otto Frank para que pueda realizar atroces operaciones en un laboratorio atómico en su sótano.
El Dr.Otto trasplanta cerebros y Mrs.March espera que tenga éxito para poder continuar su vida viviendo en un cuerpo joven que ya ha elegido. Las jóvenes capturadas mediante un engaño son: Nina, Bea y la hispano-hablante Anita González, que llegan de Europa. Pero la historia tiene sus complicaciones, con monstruos que merodean, errores en los experimentos del ¨Mad Doctor¨ y las cautivas que, aunque son irritantemente ingenuas, van a querer escapar de tanta locura.

El ritmo es exasperantemente lento y la voz en off de un narrador está presente por lo menos en gran parte de la película, comentando lo que sucede en pantalla.
Las actuaciones y personajes son mayormente aceptables (especialmente la experimentada Marjorie Eaton como Mrs.March), aunque la escena del -spoiler- trasplante del cerebro de un gato a la cabeza de una mujer, tiene una imitación/interpretación de no creer, y que es de lo más torpe e innentendible del film.

La historia de una anciana rica que quiere vivir para siempre y trabaja con un científico para transferir su cerebro al cuerpo de una hermosa joven, no es un tema muy recurrente, por eso la idea resulta chocante y atractiva.
La trama es científicamente improbable y delirante, la continuidad es inconexa y hay escenas diurnas que suceden a otra nocturna en pocos segundos, pero la técnica limpia del montajista pudo hacer que todo esto pareciera una película relativamente llevadera y tolerable.

Extraña producción independiente de televisión de la década de 1960, que es una rareza incómoda en algunos aspectos, pero que puede venir bien
para coleccionistas y no es lo peor que alguna vez verás, tratándose de películas antigüas, claro.

3.5.-

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