Takashi Shizumi , el creador de “The Grudge“ ha ido en picada estrepitosamente usando una y otra vez los mismos elementos pero mezclándolos de forma distinta, pero al fin y al cabo siempre con el mismo sabor.
Ya introduzca realidad virtual, o elementos tecnológicos a la historia narrada, siempre será la misma, ya sean vestidos blancos o rojos, siempre la entidad será la misma con una historia detrás siempre igual.
Ni su último giro en el minuto final logra salvar este despropósito total, pasa casi inadvertido.
Aburrida, luce cansada y encima hay que tragarse casi dos horas de esto.
Decepción absoluta.
ilustrador.tk
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Takashi Shizumi , el creador de “The Grudge“ ha ido en picada estrepitosamente usando una y otra vez los mismos elementos pero mezclándolos de forma distinta, pero al fin y al cabo siempre con el mismo sabor.
Ya introduzca realidad virtual, o elementos tecnológicos a la historia narrada, siempre será la misma, ya sean vestidos blancos o rojos, siempre la entidad será la misma con una historia detrás siempre igual.
Ni su último giro en el minuto final logra salvar este despropósito total, pasa casi inadvertido.
Aburrida, luce cansada y encima hay que tragarse casi dos horas de esto.
Decepción absoluta.
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