La verdad es que mucho no puedo explicar sobre esta película para no destripar su sencilla propuesta. ¨Rose¨ con la coletilla Una historia de amor viene dirigida por la británica Jennifer Sheridan. La historia nos cuenta como un matrimonio vive aislado en medio de las montañas, sin luz eléctrica y sin agua corriente. Viven con lo que el caza cada mañana y lo que plantan en un pequeño huerto. La casa tiene sus ventanas tapadas para evitar que entre la luz. Mientras el se dedica a las tareas del hogar como apuntaba antes, ella se pasa las horas escribiendo una novela. Aunque todo cambia en sus vidas con la entrada de un agente externo. Con un elenco muy reducido de actores y personajes, como estrellas de la función tenemos a Matt Stokoe y Sophie Rundle (esta última una cara conocida que la hemos visto en Peaky Blinders 2013-, Guardaespaldas 2018, Gentleman Jack 2019) y Olivia Gray. El guion lo ha escrito el propio actor Matt Stokoe. Estamos ante una cinta donde el terror nos rodea, pero que nadie espere aquí sustos ni golpes de efecto para quinceañeros, lo que tenemos delante es un retrato sobre el sacrifico por amor. ¨Rose¨ se mueve en esas cintas que sugieren mucho más de lo que enseñan, donde cada detalle, gesto y acción puede esconder una pieza más del puzle. Es por eso que aquí de lo que se trata es de crear un ambiente de aislamiento con el mundo exterior, para proteger a este y poder así también disfrutar de una vida tranquila lidiando con el problema que se esconde en esa cabaña. Como decía al principio mucho no puedo revelar, pero si vais atando cabos ya podéis imaginar por donde van los tiros. Su directora en resumen crea una película donde hay que ser pacientes, tomarla como un relato que se va formando muy despacio (pero sin pausa), no estamos ante una de esas cintas contemplativas que aburren a las ovejas, pero si que solo esboza matices que tenemos que encajar (que no es nada difícil). Tiene algunos problemas como puede ser que no arriesga mucho en profundidad, nos deja un poco a medias, y al final nos queda la sensación de historia algo desaprovechada. Sus escasos 86 minutos quizás hallan echo en esta ocasión un flaco favor (que como sabéis yo prefiero los 90 minutos clásicos que las barbaridades de metraje que es la norma hoy día), pero claro, cuando se cuenta bien. Y este no es la caso en toda su magnitud. Con todo ¨Rose¨ es una estimable película que se aleja bastante de los estereotipos clásicos del género y subgénero para ofrecer un punto de vista poco explotado.

La mirilla caleidoscópica

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