Una buena película de suspense y thriller psicológico donde un sacerdote algo tocado de la mollera pretende llevar a las jovencitas por el buen camino... a su manera.
Una película bien entramada, donde lo importante no es ¨quién es el malo¨, porque eso lo sabes desde bastante pronto, sino el qué hace y como lo hace, y es que el actor que interpreta al sacerdote está tremendo.
Una historia psicológica, donde una persona de quien nadie puede esperar nada malo, por ser quien es, va haciendo lo que él cree buenas obras para ayudar a los demás, aunque sus métodos no son precisamente buenos.
La protagonista lo pasa realmente mal, y es curioso como las sospechas e investigaciones personales de unos u otros acaban de manera infructuosa una y otra vez, logrando cierto grado de tensión.
La parte final de la película es bastante chocante, digno de verse.
Ya lo anticipo, la peli es tan buena como desaconsejable para cualquier católico de misa dominical. Estoy totalmente de acuerdo con ragman en lo que dice de que a este sacerdote setentón le terminas cogiendo asco. Y digo ¨le terminas¨ porque hasta su último tramo no te das cuenta de lo que este cínico siervo de dios es capaz de llegar a hacer. Un ¨santo¨ inquisidor sería una hermanita de la caridad comparado con el tal Javier (así se llama esta pieza). Hubo una escena, bueno, mas bien un comentario que hace un sacerdote octogenario, que aparece de forma totalmente testimonial allá por el minuto ochenta, hablando sobre el voto de castidad dentro del sacerdocio católico. Simplemente antológico lo que este buen hombre le dice al otro cura, Bernard. Una excelente pelicula que merece más reconocimiento del que por desgracia tiene
muy buena pelicula britanica sobre un cura trastornado a tal punto que como espectador llegas a odiarlo, si una pelicula logra generar sentimientos negativos hacia un personaje, ya es un logro a mi parecer.
la pelicula se maneja de un modo sutil, no se esperen muchas muertes ni heroes de turno, esto va por otro camino,,, te adentra perfectamente en este curioso sacerdote que de bueno no tiene nada.
recomendable
Una auténtica joya del terror británico dirigida por peter Walker...un ataque en toda regla a la iglesia católica(el director le tenía bastante asco...y un servidor...también)buenos actores...destacando el papel secundario para la magnífica Sheila Keith...una fotografía típicamente ¨British¨ y un final sorprendente.
Críticas: 5
Miguel Arkangel
6
Pete Walker, el maestro del cine exploitation británico ( ¨The Flesh and Blood Show¨; ¨House of Whipcord¨; ¨House of the Long Shadows¨) dirige este intrigante slasher con un psicópata sacerdote católico.
La hermosa y joven Jenny (Susan Penhaligon), durante el confesionario, le revela a un viejo sacerdote, que vive en pecado con su novio y que ha tenido un aborto (¡!) lo que despierta un interés morboso e insano en el clérigo. No pasa mucho tiempo antes de que los que rodean a Jenny terminen muertos por quemaduras, estrangulamientos y otros métodos crueles de asesinato.
McGillivray, colaborador habitual de Walker, escribió un guion lleno de ideas destinadas a impactar y generar controversia. Poner de villano asesino a un sacerdote católico reprimido y enloquecido, con una obsesión enfermiza y criminal por la ¨pureza¨, aportó un nuevo y diferente tipo de monstruo al catálogo del horror británico, y Anthony Sharp lo interpretó estupendamente. En serio, detestarás a ese cura.
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