Interesante film de misterio y horror dirigido por Pupi Avati (“La casa dalle finestre che ridono”, 1976)
Tras encontrar un extraño mensaje escondido en el rodillo de una máquina de escribir obsequiada, un novelista se obsesionará con el misterio de un científico que se enterró a sí mismo vivo para probar escabrosas teorías.
Tras el estreno de la película romántica “Aiutami a sognare” (1981) y la comedia musical para TV de tres episodios “Dancing Paradise” (1982), el director, productor y guionista Pupi Avati decidió volver a su género predilecto luego de tres años de su colaboración como guionista de la destacable ópera prima de Lamberto Bava, “Macabro” (1980). Para ello, concebiría una trama de misterio con interesantes referencias de horror y ciencia ficción sobre científicos locos obsesionados con la resurrección de los muertos y puntos estratégicos de energía vital en base a elementos alquímicos y psíquicos para tales fines. Sin embargo, por el hecho de proponer una suerte de enclave o espacio mágico o con energías sobrenaturales en donde se podría enterrar un cadáver con la intención de revivirlo, no son pocos los críticos que advirtieron similitudes con la trama de la novela “Pet Sematary” (1983) del novelista estadounidense Stephen King.
No obstante, y en favor de “Zeder” (1983) principalmente como veremos ahora, es importante señalar que lo único que tienen en común tanto el guión del film de Avati como la novela de King es la existencia de este lugar sobrenatural para resucitar a los muertos. En primer lugar, mientras la novela de King habla de un enclave mágico que se remonta a tiempos inmemoriales y rituales amerindios de Norteamérica, desde un enfoque etnográfico y mítico, el guión de Avati lo hace desde una perspectiva seudocientífica y parapsicológica. Este punto de vista es bastante diferenciador, porque denota y define el carácter génerico de ambas tramas que, si bien se inspiran en componentes temáticos del pasado y en los sistemas de creencias de cada civilización, define también propone, si les comparamos, una evidente divergencia y confrontación entre el mito y la ciencia.
Por otra parte, el vehículo narrativo que lleva a ambos protagonistas a jugar con y desafiar a las fuerzas sobrenaturales también difiere. En la novela de King se remite a un evento de carga más mítica que otra cosa, en concreto la utilización del cementerio indígena como cementerio de mascotas recientemente, con el sistema de creencias como eje. Por el contrario, en el guión de “Zeder” (1983) Avati se hace valer de la experimentación científica siendo, por tanto, más modernista y sustentable su perspectiva, sobre todo tomando en cuenta que el evento clave de la historia es la sesión psíquica ocurrida en Chartres en 1956. Esto cobra mayor lógica si nos remitimos al film ítalo-hispano-inglés “Non si deve profanare il sonno dei morti” (1974) de Jorge Grau, que utiliza una trama similar, es decir, que a partir de un elemento científico se desencadenan hechos sobrenaturales, en este caso, la resurrección de los muertos.
Por último, si nos atendemos a las fechas de la escritura del guión de “Zeder” (1983) y la fecha de publicación de la novela del maestro del horror moderno, habría que tener que en cuenta que son prácticamente simultaneos y que la posibilidad de una inspiración y/o plagio de un lado y otro son muy poco probables. Si bien Stephen King dice haber escrito “Pet Sematary” (1983) entre 1979 y 1982, recién la publicó a fines de 1983, mientras que el proceso de escritura del guión de “Zeder” (1983) a cargo de Antonio Avati y Maurizio Costanzo se llevó a cabo a mediados de 1982, para estrenar el film finalmente que nos convoca hoy en agosto de 1983, es decir, prácticamente al mismo tiempo que la novela del creador de “Stephen King’s It” (1986). Por tanto, no es de extrañar que los seguidores de King y Avati aleguen, según su postura, que fue el contrario quien se inspiró o plagio de plano la idea del otro.
Como sea, lo que sí es un hecho es que “Zeder” (1983) aborda su propio camino, según lo que acabamos de analizar. El espíritu del film se acerca más a la construcción y tratamiento de un misterio con ciertos rasgos de paranoia que a la de una temática esencialmente terrorífica. Esto se ve reflejado en la obsesión que el protagonista termina desarrollando a partir del descubrimiento de la cinta escondida en la máquina de escribir y la confirmación o descarte de las pistas que van apareciendo paulatinamente, pero principalmente la conciencia de que el misterio es parte de un hecho conspirativo que involucra a más personas de las que aparenta, incluso aquellos que son muy cercanos al protagonista y en los que confía. La seguidilla de muertes y la ambigüedad de sus personajes secundarios, que más que una virtud del guión es la falta de profundidad de los personajes, le juega finalmente a favor.
De esta forma, la esencia de “Zeder” (1983) es principalmente sugerente y muy poco explícita. En ese sentido, la propuesta de Avati no deja de ser contracorriente y arriesgada, sobre todo considerando los parámetros que había construido el subgénero de muertos vivientes en el País de la Bota. De hecho, el film se desmarca claramente de los violentos, explícitos y sangrientos ejemplos del género de fines de los 70s e inicios de los 80s, comenzando por el clásico “Zombi 2” (1979) de Lucio Fulci y las casposas cintas de culto que surgieron a partir de ella, y especialmente aquellas que mezclaron los géneros de zombies y caníbales, como “Virus – L’inferno dei Morti Viventi” (1980) de Bruno Mattei e “Incubo sulla città contaminata” (1980) de Umberto Lenzi, a las cuales podemos agregar “Le Notti del Terrore” (1981) de Andrea Bianchi. Además, “Zeder” (1983) prescindirá de elementos de sexplotation que estos films ostentan sin tapujos y que interfieren en la trama generalmente con resultados cuestionables.
El reparto fue encabezado por Gabriele Lavia (“Profondo Rosso”, 1975) que interpretó a Stefano, el novelista que desarrolla una profunda obsesión con el misterio de la cinta de la máquina de escribir. Si bien no cabe duda que Avati se inspiró en el personaje de Peter Neal del clásico giallo “Tenebrae” (1982) de Dario Argento para Stefano, Lavia no demuestra tener el carisma ni el registro actoral que sí muestra Anthony Franciosa como el escritor que deja botado todo para descubrir la verdad. Bastante más carismática, pero claramente en un segundo plano está la bella y joven francesa Anne Canovas (“Christopher Columbus”, 1985), que personificó a su esposa Alessandra, sobre todo considerando que la actriz jugó prácticamente toda la trama con la ambigüedad de ser parte de la conspiración o no hasta el epílogo.
También encontramos a Paola Tanziano (“Madame Bovary”, 1978) como la psíquica Gabriella Goodman, Cesare Barbetti (“Malamore”, 1982) como el Dr. Meyer, John Stacy (“The Agony and the Ecstay”, 1965) como el Professor Chesi, Marcello Tusco (“Vendetta”, 1995) como el Dr. Melis, Carlo Schincaglia como Luigi Costa y Aldo Sassi (Chi l’ha vista morire”, 1972) como el párroco Mario, entre otros, todos personajes secundarios de ambigua construcción y lealtad.
La banda sonora fue compuesta por Riz Ortolani (“Mondo Cane”, 1962), prolífico compositor italiano que trabajó esencialmente géneros como el controvertido género mondo, el giallo y el spaghetti western. En “Zeder” (1983), privilegió sonidos esenciales sinfónicos en donde podemos advertir claras influencias de la estridente banda sonora que Bernard Hermann escribió para “Psycho” (1960), pero al cual también impregnó de elementos de rock similares a los explorados por la mítica banda italiana “Goblin”.
“Zeder” (1983) fues estrenada el 10 de agosto de ese año, casi 5 meses después de su fecha de estreno original, recaudando 334 millones de liras italianos. En Estados Unidos se le distribuyo como “Revenge of the Dead” en 1984, nombre que claramente no denota su verdadero espíritu y enfoque, ya que conduce al espectador a creer que se trata de una película de zombies al estilo romeriano.
En resumen, una interesante película de misterio que aborda la temática de los muertos vivientes de una forma poco convencional para su época, considerando especialmente la impronta explícita y violenta del clásico de 1979 de Fulci, pero que se atrave a ofrecer un enfoque original y más sugerente y ambiguo.
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La acabo de ver y no considerandola mala en absoluto, si debo de decir que a mi no me ha gustado nada. Tiene una historia bastante original y a la vez algo rebuscada. De todas formas creo que con un guion asi se podia haber hecho algo mejor (opinion personal). La peli nada mas comenzar nos situa en una pequeña ciudad francesa en el año 1956. Durante sus primeros diez minutos y medio la peli transcurre en esa epoca y durante ese tiempo me creia que iba a ver algo totalmente distinto a lo que me ha ofrecido el film durante el resto de metraje. Y el final y como acaba es sencillamente penoso, de largo lo peor de todo. En cambio lo mejor (por lo menos para mi) es ver al ex sacerdote ese convertido en zombie. Y lo comento porque realmente parece un muerto viviente autentico. Sale de manera totalmente testimonial en un par de ocasiones y solo unos segundos. Pero lo suficiente para que la cara de ese tipo resucitado no se me olvide, da autentico pavor. No me arrepiento en absoluto de haberla visto pero se con seguridad que no la volvere a ver nunca mas
Una historia inquietante a cargo del gran p. Avati, el film nos sumerge en una extraña y compleja creencia sobre el mas alla donde los muertos pueden volver a la vida. Buena ambientacion,suspense,misterio y dosis de sangre para una buena velada. .
Bastante interesante, con una historia original y mucha investigación, aunque con una parte final que deja bastante que desear.
Increiblemente clasica y con una riquesa visual importante, no agota ni climas ni ambientaciones y eso la hace agil. su trama va del suspense al policial, alcanzando buenas cuotas de horror. los personajes muy bien compuestos. un ejemplo del cine fantastico con un pie en el spaguetti-zombie y otro en el mejor Giallo italiano.
Pelicula de auténtico cague. Intriga y terror en todo momento. Lo que me dejo con mal sabor de boca fue el final. La doy un 7, una muy buena pelicula de terror.
Magnifica muestra de cine de terror italiano, dirigida por Pupi Avati, que aunque no alcanza el nivel de su obra maestra (La casa dalle finestre che ridono) logra transmitir esa atmosfera de misterio y horror tan propia del director italiano, buenas interpretaciones, excelente ambientacion, supense y misteriosos asesinatos, para un film que se acerca al genero de muertos vivientes, aunque de forma muy original. Avati demuestra que es un autentico maestro del cine de terror. Recomendable
Críticas: 8
Miguel Arkangel
5
La filmografía de Pupi Avati es, como diría Forrest, como una caja de bombones. Nunca sabes lo que te va a tocar. En el caso de ¨Zeder (Revenge of the Dead)¨, la película fue distribuida como parte del género zombie italiano, lo cual es errado. En realidad estamos ante un desconcertante thriller sobrenatural, donde el joven novelista Stefano (Lavia) recibe como regalo de su guapa esposa Alessandra (Canovas), una máquina de escribir de segunda mano con extraños pasajes aún legibles en la cinta de tinta. Fascinado por lo que ha descubierto, Stefano decide investigar todo lo referente a los extraños experimentos de un tal Paolo Zeder y unos terrenos llamados ¨Zonas K¨ donde los muertos pueden volver a la vida.
La trama tiene algunas ideas interesantes, pero Avati pierde el tiempo con demasiadas escenas de diálogos (aburridas) cuando debió dotar a su película de más escenas mórbidas o escabrosas. A destacar la música de Riz Ortolani, algunos buenos toques estilísticos de Avati, la presencia de la hermosa Anne Canovas, y de Gabriele Lavia, actor que aparece en varios clásicos del terror italiano (Beyond the Door, Deep Red, Inferno) y que le da intensidad a su personaje.
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