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Chloe y su novio Joe son adictos que necesitan una dosis y asesinan a un conductor por dinero en efectivo y se convierten en prófugos. Chloe tiene un tío y una tía (a los que no ve hace años) que viven en el campo y allí van a ocultarse. En el camino ayudan a un matrimonio varado y éstos se suman a la pareja prófuga para hospedarse en la misteriosa finca de campo. Todos los personajes de la casa son raros: el extraño cuidador Harold, el tío Roy y la tía Doris.
Después de una repugnante cena de entrañas de cuerpos humanos, empieza una carnicería sangrienta.
Encerrados en la casa, Doris se transforma en un hombre lobo y además tienen a un hombre llamado Eric encadenado en el sótano que está siendo engordado con restos humanos.
Otra vez, la solución parece que serán las balas de plata.

Los efectos de utilería y maquillaje son dignos de mención. Y a pesar del bajo presupuesto, el director acierta con los efectos prácticos, nada fácil, considerando las partes del cuerpo, los efectos de las criaturas, las armas, etc. La escena de la cena es la más llamativa y la del sótano, suma. Lo que resta son algunas actuaciones y los clichés en exceso.
Lejos de ser aceptable, puede ser del gusto de muchos espectadores en busca de rarezas.

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