Película sobre un moderno Prometeo o un humano cicatrizado traído a la vida por su creador Henry.
La trama se centra en todos los aspectos, adaptaciones y enseñanzas que recibe el nuevo Frankenstein llamado Alex. Se puede decir que la primera parte de la película son experimentos físicos y psicológicos.
Hasta que diferentes personajes entran en la historia, especialmente Polidori, conocedor al igual que los demás, del ¨trabajo¨, que hizo junto a Henry. Como no podía ser de otra manera, algo se sale de control y lleva a un descenlace aún peor.
¨Depraved¨, tiene buen maquillaje y montaje, más que aceptables actuaciones y un argumento que de antemano es difícil de plasmar, pero que tiene resultados decentes.
Me parece una buena película que explora el mito de Frankestein o el moderno prometeo. Al principio parece otra cosa, pero como bien dicen por aquí poco terror y cero gore. Buenas actuaciones y me sobran los efectos visuales que muestran la sinapsis cerebral. Final agridulce. Me ha entretenido, que para el nivel del cine actual ya es bastante, le doy un 7. Y recuerden ¨gravity is your friend¨.
especial 7 años haciendo criticas absurdas...
No me logro convencer del todo ya que esperaba ver algo mucho..... pero mucho mas crudo, lo digo por el director y la portada que huele a gore,... pero es un thriller y no mucho mas, de todas maneras la pelicula es interesante y llevadera, pero eso si, no es terror, saquenselo de la cabeza si van con la esperanza de ver cosas perturbadoras como aparenta, le doy un 7 Gracias.
Críticas: 4
Miguel Arkangel
6
¿Cuál es la diferencia entre un monstruo y un hombre?
“Depraved”, del director Larry Fessenden, actualiza la clásica historia de Frankenstein para trasladarla, con cierta visión indie, a la Nueva York posmoderna del siglo XXI.
Henry es un cirujano, veterano de la invasión a Irak, hastiado de ver morir a los jóvenes soldados, quien junto con su socio Polidori intentarán vencer a la muerte, creando un hombre, Adam (Alex Breaux), con restos de cadáveres.
Fessenden incluye las referencias a la obra de la propia Shelley como a la de John Milton (El paraíso perdido), así como una mirada dura y crítica a los legados sociales de la paternidad y la sociedad moderna. Nos invita a una visión intimista, que se construye de una manera deliberadamente lenta, resultando emocionalmente envolvente, al menos en algunas escenas claves.
Alex Breaux realiza un trabajo soberbio, capturando el patetismo vital de un monstruo cosido y apenas articulado, que puede deambular por las calles, entre personas acostumbradas e insensibilizadas ante el horror, sin que nadie se inmute.
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