¨La Casa Dalle Finestre Che Ridono¨ es una de las películas mejor valoradas del director italiano Pupi Avati, quien basándose en las reglas del giallo lleva las cosas más allá, logrando una atmosfera primero de suspenso y luego de terror, pesadilla y locura, visiblemente inspirada en ¨El hombre de mimbre¨.
El personaje principal, un joven restaurador de obras de arte, llega a un pequeño pueblo cercano a Ferrara, y queda atrapado en su morbosa curiosidad de descubrir el secreto oculto de una obra de arte antigua y nunca abandona el lugar, a pesar de las siniestras pistas que se le ofrecen.
Ya desde la primera escena, Avati logra incomodar al espectador, con la imagen de un tipo amarrado, guindado de las manos y acuchillado cruelmente, mientras se escucha una voz ciertamente espeluznante recitando frases ininteligibles.
Avati juega con el suspenso, con la irreverencia religiosa, la demencia y el sadismo, demostrando que era un genial creador de atmosferas terroríficas, en esta, que, sin duda, es una de las cintas de culto del terror setentero italiano.
La acabo de ver y sin lugar a dudas lo mejor de toda la peli es el desenlace y para rematarlo del todo, lo del cura. De todas formas al ser un film cuya trama es una concatenacion de interrogantes. Uno tras otro, asi sucesivamente hasta su desenlace. Ya llegados a su ultimo tramo, sin saber como va a acabar, has idealizado tanto como sera el final, que sea el que sea, el factor sorpresa por super enrevesado que fuera nunca llegara a sorprender lo suficiente. Pero que aun con esto que comento sigo diciendo (aunque suene paradojico) que lo mejor de todo es su parte final. El guion solo lo pudo haber escrito un genio. Y la peli, a pesar de su duracion, guarda muy bien los tiempos, no sobrando un solo segundo de metraje a pesar de rebasar los 100 minutos. Aun con todo esto que comento no me ha parecido ninguna maravilla. Me ha gustado, pero nada mas. Desde luego si hubiese una seccion para puntuar los guiones. Aparte de llevarse un diez, yo lo colocaria entre los mejores que he visto que yo recuerde
Realmente no se que decir de esta pelicula, es rara como muchas peliculas italianas y por lo mismo es muy dificil encontrarle pies o cabeza. Empieza bien y de manera interesante con unos raros y peculiares personajes, asi como una buena historia, pero cerca de la mitad se pierde y se alenta mucho. Desde ese momento ya no se levanta y el interes se pierde, tampoco se que decir del final pues no le encuentro ningun sentido. La recomiendo a amantes del giallo que ya saben a lo que se atienen, solamente. .
Una historia interesante, y una primera parte realmente escalofriante en ocasiones, pero que a mitad de la película pierde totalmente el interés, porque ya te has echo una idea sobre cual es el meollo, y el guión no da giros ni nada, sino que sigue avanzando, muy muy lentamente, hasta que se descubre lo que ya estaba más que claro. Aún así el ambiente malsano y algún que otro sustillo bueno hacen que valga la pena verla.
La peli empieza con una trama simple pero muy interesante. Las actuaciones son muy buenas. La ambientación está muy bien lograda y el desarrollo de la filmación es algo que se deja apreciar de modo ameno y con mucho entusiasmo por saber que va a pasar.
Pudiera resultar algo ¨pesada o lenta¨ para algunos impacientes, sin embargo para muchos más seguro que no, ya que la historia nos genera mucha intriga y misterio, provocándos el deseo de querer saber quien/es está/n detrás de todo. Si a eso le sumamos que es del ¨76 nos encontramos con una peli que aún hoy dia es considerada una gran obra del arte de suspenso/terror. Recomendada especialmente para amantes de los clásicos!
¨La Casa Dalle Finistre Che Ridono¨ o, traducido, ¨La Casa De Las Ventanas Que Ríen¨, es uno de los giallos más escalofriantes que he visto. Y gran parte de ese mérito se lo lleva, tanto la ambientación, como el planteamiento de la trama en si.
Con una estética muy cuidada, una iluminación perfecta, poco a poco se va desarrollando con un ritmo pausado, pero no aburrido, hasta llegar a un final abrumador, sorpresivo y a la vez bastante malsano.
Muy buenas actuaciones, genial banda sonora y, sin duda muy gran escenografía, donde destacan unos paisajes y unos escenarios muy bellos y coloridos, a la vez que siniestros.
De lo mejorcito del subgénero, en mi humilde opinión.
un excelente giallo de la mano de pupi avati, tenemos una pelicula que desde que empieza hasta que termina es original. de los muchos giallos que vi, este impacta mucho ya que su final es realmente inesperado.
el pueblo donde susede todo mantiene un ambiente triste y desertico que crea mucha soledad entre ciudadanos, lo que lo hace mucho mejor para lo que nos da a entender la pelicula.
creo que esta es una de las joyitas del señor pupi avati y uno de los mejores giallos que vi en mi vida. altamente recomendable a quienes hace poco incursionan por este peculiar genero
pd: el final nadie lo va a adivinar ni aunque tenga premoniciones
Esta es una de las peliculas mas recomendadas cuando se habla del cine de terror-italiano, que cuenta con un grandisimo y muy interesante director como es P.AVATI, en cuanto al film es una buena pelicula pero personalmente para mi esta muy sobrevalorada ya que su esquema argumental no esta lo bastante definido y solo en su recta-final nos adentra en lo que realmente busca el aficcionado en esta clase de genero.
La película es excesivamente larga para tan poco y malo argumento. Se convierte en un tostón infumable cuando ya ha pasado una hora.
Los personajes aparecen y desaparecen sin tom ni son. Y el protagonista es muy frío en su actuación. Falta un hilo argumental más sólido. Parece que todo va sucediendo a salto de mata, a base de ocurrencias que hacen que lo que has visto hasta el momento no tenga mucho que ver.
El argumento de la película (si es que se le puede llamar argumento) es una mezcla de santería y chifladura sin ningún interés. Las situaciones que se van sucediendo harían que cualquier protagonista con dos dedos de frente pusiera pies en polvorosa, pero el protagonista es tan obstinado como inconsciente.
Algo que me ha gustado ha sido la ambientación. Me gustan las casas antiguas y la naturaleza que se nos muestra a lo largo de la peli.
El final, aunque es algo sorprendente y lo único con un mínimo de inteligencia de la película, no merece soportar la peli de principio a fin. Una lástima que con una ambientación que prometía se haya hecho semejante bodrio.
Debo escribir que vi la película hace muchos años y de verdad me marco, tanto que deseo verla de nuevo. El guión me parece extraodinario. Recuerdo ese final horrible, donde un sacerdote voltea la cara y es el aesino. El pintor de agonia había sido quemado y creo que preservaban el cuerpo con formalina. Estupenda película. Deberian tener un video incertado en esta página. Buen films para recordadr.
Mucho me ha costado encontrar este film del consagrado Pupi Avati, y es sencillamente, por esta cinta de misterio del año 1971 y primera película de terror en su biofilmografia.
Estamos ante una película bastante sobrevalorada por el mundo del cine italiano, y aunque contiene un guión excelente, el final hace que pierda todo el jugo de la película. El film destaca por una fotografía excelente y muy misteriosa pero carece de violencia, de sadismo y sangre. Cierto que el guión es excelente (un restaurador se embarcara en la historia de un pintor de la misma comarca a partir del cuadro que tiene que restaurar) pero el film se mueve muy lentamente y se podría decir que contemplarlo es mejor como obra de arte que no cómo film. Avati le da un aire realmente tenebroso pero el film carece de sentimientos y de escenas destacables.
Demasiado queriendo ver un film así y ha sido bastante decepcionante (todo y que no es malo, como mi nota indica...) ya que me lo habían equiparado a las obras maestras de Argento y Bava y eso creo que no es así. Destacar sobretodo la dirección pero más en concreto el director de fotografía. Una película bastante difícil de conseguir.
Una verdadera obra maestra, una de las mejores peliculas de terror de los 70 y probablemente el mejor Giallo de la historia. Con una puesta en escena magistral, ambientacion, atmosfera, decorados, fotografia, musica, todo raya a gran altura, el guion tambien es bueno y las interpretaciones son notables, pero es que ademas, el film consigue generar autentico miedo, eso que es tan dificil y que el buen aficionado sabe apreciar. En definitiva, una verdadera joya del genero, que injustamente, no tiene la fama de algunas peliculas de Bava o Argento, cuando realmente no tiene nada que envidiar a lo mejor de los dos maestros.
Una obra maestra.Nunca te llegas a imaginar el final,que te pilla por completo.Es hipnotica,misteriosa y llena de matices.Muy buen desarrollo de personajes,que hace que la trama sea interesante y bien llevada.Pero repito...ese final...
Una de las mejores peliculas de Giallo de este director. Las interpretaciones estan muy bien llevadas a cabo por cada uno de los actores. Obra maestra del terror europeo.
Críticas: 15
mahotsukai
9
Sorprendente giallo rural a cargo de Pupi Avati (“Zeder”, 1983).
Un joven restaurador citadino viajará al pueblo de Valli di Comacchio a restaurar una particular versión del Martirio de San Sebastián ubicado en la iglesia local, cuyo demente autor se suicidó.
La idea original de este espeluznante clásico giallesco se remonta a principios de la década de los 70 cuando Pupi Avati comenzó a escribir un guión sobre una historia que había escuchado de niño acerca de la exhumación de un sacerdote en el pueblo de Sasso Marconi, al suroeste de Bolonia, ciudad natal del director. El guión tomaría forma de la mano del propio Avati y Antonio Troisio con el tentativamente título de “La luce dellultimo piano” e iba a ser producido por Antonio Cuomo, pero finalmente se suspendió cuando Cuomo se retiró del proyecto. Si bien había iniciado su carrera como realizador con el thriller de época con tintes góticos “Balsamus, luomo di Satana” (1968) y había participado de la escritura del guión del infame clásico “Salò o le 120 giornate di Sodoma” (1975) de Pier Paolo Pasolini, Avati se pasaría la primera mitad de la década explorando la comedia satírica con poco éxito, en “La mazurka del barone, della santa e del fico fiorone” (1975) y “Bordella” (1976), cuyo rotundo fracaso comercial, le haría direccionar su carrera hacia el cine de terror, en específico el giallo, que aunque ya sobreexplotado en aquel tiempo, todavía seguía siendo popular en Italia y Europa.
En consecuencia, Avati retomaría el proyecto, sumando a su hermano Antonio para la reescritura del guión, cambiando la estructura principal del argumento y los personajes principales. Uno de los elementos en los que parece haberse inspirado para la construcción narrativa del siniestro ambiente de conspiración rural y pagana es el clásico británico “The Wicker Man” (1973) de Robin Hardy, en la que una aislada comunidad isleña que aún sostiene cultos paganos, le hace pasar una mortal pesadilla a un recalcitrantemente católico policía. De esta forma, en “La Casa dalle Finestre che Ridono” (1976), una arrogante y xenofóbica comunidad de la Italia profunda de los 50, en la localidad de Emilia-Romagna, hará lo mismo con un menos incisivo, pero no por ello menos obsesivo forastero que poco a poco comenzará a caer en las maquiavélicas y oscuras redes de degeneración iniciadas por el supuestamente muerto pintor y sus hermanas y sus prácticas sacrílegas, y que lo sumergirán en un infierno siniestro y surrealista.
Otro elemento clave es, por supuesto, la habilidad de Avati para construir una atmósfera malsana y opresiva, que construye en todos sus aspectos visuales y escenográficos. El fresco sacrílego de Buono Legnani realmente es espeluznante y explícitamente brutal, aunque ha sufrido la inclemencia del tiempo y la humedad, y más aún cuando Stefano vaya poco a poco restaurándolo y encontrando una obra degenerada que pone de verdad los pelos de punta. Así, incluso ignorando el espectador la escalofriante verdad detrás de dicho fresco, Avati se las ingenia para sembrar una sólida sensación de horror en el espectador, que reforzará con las emblemáticas pinturas de labios rojos sobre las persianas de las ventanas de la casa de los Legnani, que dan nombre al film. La sensación de abandono y de que algo maligno y atemporal yace en la campiña italiana y la sugerente antigüedad de los edificios roídos por el tiempo y la acción de los elementos climáticos, también le juegan a favor a la película para construir este clima aberrante, gracias a la espléndida fotografía ruralista de Pasquale Rachini (“Il gatto nero”, 1989), que saca el mejor provecho a las locaciones rurales escogidas por Avati.
Siguiendo con las virtudes de este film, cabe señalar la ambigua construcción de la historia De esta forma, una trama a partir de un hecho casi anecdótico como es la restauración de un fresco reciente, pero que requiere ser tratado llevará a una oscura trama de incesto, rituales paganos de sacrificios, técnicas diabólicas de arte y confabulaciones comunitarias que adquirirá ribetes realmente surrealistas. En ello también jugará un papel fundamental el ritmo pausado con que se desarrolla la historia. Es cierto que el film puede parecer un tanto más lento que el promedio de los giallos clásicos, sin embargo, Avati se toma su tiempo para no sólo construir la mencionada atmósfera malsana que ya describí, sino también para ir jugando y volviendo la trama cada vez más densa y ambigua la trama, que activa en el cerebro del espectador una serie de especulaciones surrealistas sobre los personajes, ya hablaré de ello en detalle, que probablemente no tardarán en volverse reales, en especial respecto a la infame trinidad compuesta por los hermanos Legnani.
En cuanto a los personajes, estos están bien estructurados, aunque también tienen mucha ambigüedad en sus personalidades, como debe esperarse. El personaje protagónico, Stefano, parece inspirarse, aunque le falta el carisma eso sí, del protagonista de “Profondo Rosso” (1975) de Dario Argento, el pianista Marc Daily interpretado por David Hemmings, con quien comparte, como artista, cierta sensibilidad para resolver el enigma del pueblo. El resto de los personajes, todos secundarios, aportan con su debida cuota al misterio, empezando con el “pintor de las agonías” Buono Legnani y sus hermanas cuya ambigua omnipresencia está siempre latente, siguiendo con la bella Francesca, profesora e interés amoroso de Stefano; el extraño párroco Don Orsi, que le resta inexplicablemente importancia al fresco; el irascible y alcohólico taxista Coppola, quien tuvo una experiencia en la infancia relacionada al misterio; Antonio, amigo de Stefano, que cae “accidentalmente” desde un segundo piso después de advertir recopilar información sobre el pintor; Lidio, el joven monaguillo retrasado de la parroquia, que se muestra ambiguamente amigable; la inofensiva casera paralítica en cama de la residencia donde se hospeda Stefano; y el Alcalde Solmi, que padece de una enfermedad degenerativa de la cadera y que es quien le recibe en el pueblo.
La película cuenta con un competente reparto, algo poco habitual en la mayoría de los giallos. Lino Capolicchio (“Il giardino dei Finzi-Contini”, 1970) como Stefano, el restaurador; Francesca Marciano (“Casa Rossa”, 2003) como Francesca, profesora y pareja de Stefano; Gianni Cavina (“La mazurka del barone, della santa e del fico fiorone”, 1975) como Coppola; Giulio Pizzirani como Antonio Mazza (“Le strelle nel fosso”, 1979); Vanna Busoni (“Il cane dellortolano”, 1962) como la maestra promiscua; Bob Tonelli (“Zeder”, 1983) como el Alcalde Solmi; Pietro Brambilla (“I viaggiatori della será”, 1979) como el monaguillo Lidio; el multifacético artista y traductor Eugene Walter (“Juliet of the Spirits”, 1965) como Don Orsi, el párroco; Tonino Corazzari como el degenerado pintor Buono Legnani; Pina Borione (“Zeder”, 1983) como la anciana paralítica y Arrigo Lucchini (“Passi furtivi in una notte boia”, 1976) como el vendedor de la tienda, entre otros, conformaron dicho elenco.
“La Casa dalle Finestre che Ridono” (1976) se filmó entre abril y mayo de ese año en Comacchio y Minerbio, en la mencionada localidad de Emilia-Romagna, aunque por cuestiones burocráticas se informó en los créditos también a los Estudios De Paolis. La casa de las ventanas con sonrisas pintadas era una masía, ya desaparecida, situada cerca de Malalbergo, en la provincia de Bolonia, que fue demolida poco tiempo después del estreno del film, pero que varios turistas cinéfilos creen aún existe. Por su parte, la villa donde se hospedan Stefano y Francesca es Villa Boccaccini, en Porto Garibaldi, en la provincia de Ferrara. También se filmó Comacchio, a pocos kilómetros de ahí, donde se ubica la Iglesia de Los Frailes Capuchinos (secuencias de llegada de Stefano y viaje en taxi de Coppola) y las tiendas de la ciudad (escena en que Stefano averigua sobre la venta del ácido muriático). La Iglesia que sirve de parroquia donde está el fresco está en San Giovanni en Triario, en el municipio de Minerbio, mientras que el restaurante ¨Poppi¨ se ubica en San Martino in Soverzano, una aldea del mismo municipio.
Como anécdota, mencionar que el 6 de mayo de 1976, en Comacchio, mientras se filmaba la secuencia en la que Antonio Mazza es lanzado desde un edificio, se produjó un enjambre de fuertes sismos en toda la región de Friuli.
La música del film fue compuesta por el pianista y trompetista de jazz Amedeo Tommasi (“Non ho sonno”, 2001), asiduo colaborador de Avati, creando una partitura discordante, minimalista y oscura que refuerza la opresiva atmósfera del film.
La película se estrenó y fue distribuida en cines italianos por Euro International Film el 26 de agosto de 1976. Recaudó un total de 722.135.201 liras en todo el país. En 1979 ganaría el Premio de la Crítica en el Festival du Film Fantastique de París y con el tiempo se convertiría también en una película de culto.
En resumen, un destacable giallo de esencial rural con una trama enfermiza y degenerada, una gran ambientación malsana y personajes ambiguos de los cuales no puedes definitivamente fiarte.
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