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Mira que me gustan los dibujos. Casi tanto como el cine de terror. Pero nunca he sido seguidor de estos dos legendarios personajes de la animación. Ahora, os aseguro que mucho menos después de haberme visto este largometraje. El mismo, se pierde en infinidad de numeritos musicales. Y lo mejor, por lo menos en mi caso, fue su primera mitad. El resto transcurre íntegramente en la gigantesca fábrica, y ahí me perdí por completo. El tal Charlie, un mocoso de unos 12 años, que vive con sus cuatro abuelos en una cabaña dejada de la mano de dios. El pobre joven y su abuelo preferido, vivirán sus mejores aventuras cuando a Charlie le toque un boleto dorado el cual lo invita a la gigantesca fábrica. Decir también que tanto Tom como el ratón Jerry, solo tienen protagonismo en su primera mitad. El resto, casi ni aparecen. Un rollazo de mil pares de narices

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