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¨Quien Siembra zombis, cosecha tempestades¨, dice el doctor Bondini, resumiendo los diálogos insignificantes de esta secuela un poco menos inescrupulosa que la original.
Esta vez la ¨historia¨ se traslada parcialmente a Vietnam, con imágenes de archivo de guerra tomadas ¨prestadas¨ de películas estadounidenses.
Lo grotesco y el gore sobran, como en su predecesora, pero el presupuesto parece subir en las escenas bélicas hechas con un CGI (malo).

Como sorpresa aparece un mini monstruo que no es otro que el muñeco ¨Buraco¨, protagonista de un programa de tv de principios de los noventa y que estuvo a la venta al público.
No faltan los falos protésicos, el onanismo satírico y a Vic Cicuta con su Doctor Bondini, dándose el lujo de tomar su Scotch Whisky dentro de un inodoro.

Película algo inferior que la primera parte, pero no es calcada, es bastante diferente y eso la hace obligadamente de ver, si se ha visto y disfrutado la primera. De otra manera, no es nada recomendable.

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