Con un presupuesto casi inexistente, Roger Corman rodó esta película en Hawaii paralelamente a otra para aprovechar que estaba allí. Con 7 intérpretes semidesconocidos (dos de ellos sin acreditar) algunos extras nativos, y rodada en color, es un ejemplo de libro de cómo hacer cine saltándose a la torera el concepto “cohesión”: A los 5 minutos hay la elipsis narrativa más desvergonzada de la historia. No vemos como se rencuentran los dos hermanos, ni como preparan su viaje, y solo segundos del huracán (y creo que son de archivo). De pronto, están en una isla habitada por unas acogedoras mujeres (no todas son guapas, por cierto) que trabajan recogiendo perlas para una compañía joyera.

Que admiro muchísimo a Corman y todo eso, pero hay cosas que claman al cielo. En fin…

Volviendo al argumento, tienen 10 días para estar en la isla, que es cuando viene el barco de la empresa, acomodados en un lujoso bungalow para directivos… Pero uno de los dos hermanos es un asesino fugitivo… Y quiere las perlas.

No se puede esperar gran cosa de las interpretaciones (son terribles), pero la rusa Jeanne Gerson es un desastre: no pasa ni de broma por la vieja reina de una isla hawaiana: Es blanca y tiene un marcado acento de Europa del Este. Error grave de cásting (o bien es lo único que había disponible).

En el aspecto técnico se salva la fotografía: buenas escenas bajo el agua, en color y que resultan casi creíbles, y se reflejan bien los bellos parajes hawaianos.

La película es horrenda, lo peor de Corman. Parece mentira que un año después, con aún menos presupuesto, nos legaría su segunda gran película (tras Machine-Gun Kelly).

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