Curiosa muestra de psychothriller realizado incluso antes de que el termino fuera conocido entre los aficionados. Estamos ante un film de serie b que en ocasiones acusa su bajo presupuesto. Sin embargo, gracias a su escenario, el interesante reparto, o el misterio sobre la identidad del asesino -bien guardado hasta el final- logra mantener muy bien el interés de principio a fin y consigue que el ritmo narrativo no decaiga en ningún momento. A ello también ayuda la breve duración de la cinta (75 minutos) y el hecho de que la historia vaya directa a su objetivo desde el comienzo.
Aunque hay críticos que la consideran un antecedente de ¨Psicosis¨, lo cierto es que aquí no encontramos esa atmósfera inquietante y esa sensación de amenaza que impregna las imágenes del film de Hitchcock. Se puede decir que incluso carece de escenas de terror, sustos o momentos de shock. De hecho, todas las muertes son fuera de pantalla y el tono elegido por el director la acerca más a una intriga policíaca antes que a un film de terror. Pero es indudable que la presencia del psicópata, las muertes y el misterio otorgan un lugar en nuestro género a esta modesta película.
Además, vale la pena descubrir esta pequeña rareza aunque sólo sea por su singular y significativo reparto que incluye a: Lex Barker, famoso por suceder a Johnny Weissmüller como interprete de Tarzán, al que dio vida en cinco películas; una joven Anne Bancroft pocos años antes de alcanzar la fama (y el Oscar); una madura Marie Windsor, reconocida actriz de cine negro, en un papel poco habitual en ella; la explosiva rubia Mamie Van Doren, casi un clon de Jayne Mansfield aunque sin las buenas dotes de ésta para la comedia; el siempre sobrio John Dehner; o el australiano y televisivo Ron Randell.
lokis
7
Curiosa muestra de psychothriller realizado incluso antes de que el termino fuera conocido entre los aficionados. Estamos ante un film de serie b que en ocasiones acusa su bajo presupuesto. Sin embargo, gracias a su escenario, el interesante reparto, o el misterio sobre la identidad del asesino -bien guardado hasta el final- logra mantener muy bien el interés de principio a fin y consigue que el ritmo narrativo no decaiga en ningún momento. A ello también ayuda la breve duración de la cinta (75 minutos) y el hecho de que la historia vaya directa a su objetivo desde el comienzo.
Aunque hay críticos que la consideran un antecedente de ¨Psicosis¨, lo cierto es que aquí no encontramos esa atmósfera inquietante y esa sensación de amenaza que impregna las imágenes del film de Hitchcock. Se puede decir que incluso carece de escenas de terror, sustos o momentos de shock. De hecho, todas las muertes son fuera de pantalla y el tono elegido por el director la acerca más a una intriga policíaca antes que a un film de terror. Pero es indudable que la presencia del psicópata, las muertes y el misterio otorgan un lugar en nuestro género a esta modesta película.
Además, vale la pena descubrir esta pequeña rareza aunque sólo sea por su singular y significativo reparto que incluye a: Lex Barker, famoso por suceder a Johnny Weissmüller como interprete de Tarzán, al que dio vida en cinco películas; una joven Anne Bancroft pocos años antes de alcanzar la fama (y el Oscar); una madura Marie Windsor, reconocida actriz de cine negro, en un papel poco habitual en ella; la explosiva rubia Mamie Van Doren, casi un clon de Jayne Mansfield aunque sin las buenas dotes de ésta para la comedia; el siempre sobrio John Dehner; o el australiano y televisivo Ron Randell.
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