Cuando terminé de ver esta película, se me ocurrió un consejo que me dieron la primera vez que intenté guisar: Si no eres cocinero, intenta empezar con una receta sencilla y podrás triunfar.
Los creadores de esta película no siguieron el consejo, por desgracia. Y lo digo porque el ingrediente de base no es solo bueno, sino magnífico: Una historia basada en el relato La Familia Vurdalak de Alexei Tolstoi. Sinceramente, se me pusieron los dientes largos (nunca mejor dicho) cuando vi acercarse esa magistral historia en un escenario increíblemente bello y con presupuesto holgado.
El otro ingrediente bueno es el escenario: aldea montañosa en la Rusia de los Zares, en medio de todas las supersticiones que dominaban el siglo XIX.
Y empiezo a describir problemas:
1º Se nota que los creadores son verdaderos aficionados al cine de terror de culto, en especial a los filmes Hammer. Podemos encontrar fácilmente en esta película un hilo conductor parecido al de ¨Kronoss, cazador de vampiros¨, con ese militar y su ayudante. Pero también está presente el Padre Sandor (¨Drácula, Príncipe de las Tinieblas¨) en el fraile ortodoxo que actúa como némesis de los vampiros. Igualmente, encontramos detalles de ¨El beso del vampiro¨ y de su consecuencia directa ¨El baile de los vampiros¨ en la teoría de los vampiros como secta.
2º Las influencias modernas son las que hacen daño: Las hordas atacando salvajemente el monasterio recuerdan peligrosamente a ciertos difuntos vivientes hoy tan en boga. Y lo peor de todo: Los terribles efectos digitales, que en mi opinión son el elemento que entierra la película. Si los hubieran sustituido por otros artesanales, el film hubiera ganado muchos enteros. Creo que a estas alturas debería estar claro que unos FX digitales mal usados son incompatibles con el horror. Por último, tenemos la clásica historia de razas de monstruos que se mezclan con los humanos, algo que considero decadente, producto de la falta de ideas y que difumina cada vez más la esencia del terror clásico de monstruos.
El resumen es que la película me hubiese encantado si se hubiese centrado en la trama de los Vurdalak, que queda como algo muy secundario. La historia de redención a través de la chica, mezcla de razas, está demasiado sobada ya. El ingrediente romántico-pasteloso domina demasiado y al final no tienes la sensación de haber visto una de terror.
Tenía grandes esperanzas, pero se queda en un aceptable intento. La moraleja se resume en el consejo que me dieron aquel día: Si mezclas demasiados ingredientes, te cargas el guiso.
Andaluzz
6
Cuando terminé de ver esta película, se me ocurrió un consejo que me dieron la primera vez que intenté guisar: Si no eres cocinero, intenta empezar con una receta sencilla y podrás triunfar.
Los creadores de esta película no siguieron el consejo, por desgracia. Y lo digo porque el ingrediente de base no es solo bueno, sino magnífico: Una historia basada en el relato La Familia Vurdalak de Alexei Tolstoi. Sinceramente, se me pusieron los dientes largos (nunca mejor dicho) cuando vi acercarse esa magistral historia en un escenario increíblemente bello y con presupuesto holgado.
El otro ingrediente bueno es el escenario: aldea montañosa en la Rusia de los Zares, en medio de todas las supersticiones que dominaban el siglo XIX.
Y empiezo a describir problemas:
1º Se nota que los creadores son verdaderos aficionados al cine de terror de culto, en especial a los filmes Hammer. Podemos encontrar fácilmente en esta película un hilo conductor parecido al de ¨Kronoss, cazador de vampiros¨, con ese militar y su ayudante. Pero también está presente el Padre Sandor (¨Drácula, Príncipe de las Tinieblas¨) en el fraile ortodoxo que actúa como némesis de los vampiros. Igualmente, encontramos detalles de ¨El beso del vampiro¨ y de su consecuencia directa ¨El baile de los vampiros¨ en la teoría de los vampiros como secta.
2º Las influencias modernas son las que hacen daño: Las hordas atacando salvajemente el monasterio recuerdan peligrosamente a ciertos difuntos vivientes hoy tan en boga. Y lo peor de todo: Los terribles efectos digitales, que en mi opinión son el elemento que entierra la película. Si los hubieran sustituido por otros artesanales, el film hubiera ganado muchos enteros. Creo que a estas alturas debería estar claro que unos FX digitales mal usados son incompatibles con el horror. Por último, tenemos la clásica historia de razas de monstruos que se mezclan con los humanos, algo que considero decadente, producto de la falta de ideas y que difumina cada vez más la esencia del terror clásico de monstruos.
El resumen es que la película me hubiese encantado si se hubiese centrado en la trama de los Vurdalak, que queda como algo muy secundario. La historia de redención a través de la chica, mezcla de razas, está demasiado sobada ya. El ingrediente romántico-pasteloso domina demasiado y al final no tienes la sensación de haber visto una de terror.
Tenía grandes esperanzas, pero se queda en un aceptable intento. La moraleja se resume en el consejo que me dieron aquel día: Si mezclas demasiados ingredientes, te cargas el guiso.
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