Desde más allá del Espacio exterior un nuevo peligro se cierne sobre todos nosotros; de este modo el ser humano va a presenciar una espectacular guerra entre criaturas terribles.
El causante de todo: Ghidorah, el dragón espacial de tres cabezas.

Toho se frotaba las manos con el éxito que estaba teniendo en cines, dejando fuera de competición y sin problemas a otros títulos que intentaban atraer a la gente con las propuesta de los bichos gigantescos; la última peripecia del lagarto atómico, ¨Mosura contra Godzilla¨, fue realmente beneficiosa y los ejecutivos no querían dejar pasar la oportunidad de que acabara el año sin ofrecer otra entrega, de este modo las fechas de Diciembre se establecieron como perfectas para atraer de nuevo al público. Esto trajo consigo algunas consecuencias considerables.
Dado que un nuevo estreno se preparaba para la época navideña, el productor Tomoyuki Tanaka propuso a Shinichi Sekizawa cambiar la actitud de su criatura estrella, no levemente sino de manera radical; en efecto, al sr. Ishiro Honda se le empezaron a remover las tripas cuando el guionista le habló de estas decisiones. ¨Estamos escogiendo el camino más fácil...los adultos se burlarán de la película y nuestros jóvenes fans no tolerarán este tipo de historias, que por ridículas no quiere decir que vayan a ser entretenidas¨. dijo furioso. Pero pocas elecciones tuvo ante la manada de los productores (los verdaderos monstruos de la compañía).

Así que esta 5.ª entrega de la saga, con el jugoso título ¨San Daikaju: Chikyu Saidai no Kessen¨, viene a reinventarlo absolutamente todo, a establecer las directrices que habrá de seguir en los siguientes años; es la primera gran revolución de ¨Godzilla¨ en su era original. Para empezar son introducidos invasores extrarrestres en la trama, algo casi lógico teniendo en cuenta que este subgénero de la ciencia-ficción era muy popular no sólo en EE.UU., sino en todo el Mundo; Sekizawa imagina una intriga fantástica y no poco risible acerca de una conspiración contra una princesa de otro planeta (Selina), que llega a La Tierra casi por accidente.
Pero entonces algo chirriante: las intenciones de Toho acerca de asumir el nuevo rumbo se expresan literalmente en pantalla a través de un programa de televisión que ven los protagonistas (Shindo, detective encargado de proteger a la princesa, y su hermana Naoko, periodista) con su madre. En él unos niños están deseosos de volver a ver a Mosura, y aparecen de la nada las hermanas Ito ofreciendo a los teleespectadores esa posibilidad; sin trampas ni cartón los productores nos están diciendo que todo esto se ha convertido en un espectáculo de entretenimiento, para niños y mayores.

Mientras, la princesa cambia de parecer y ahora hace las veces de profeta para alertar a la población acerca de un gran peligro mientras unos mafiosos (¿?) intentan asesinarla; esforzándose resignado, Honda trata con mucha velocidad y un delirante colorido no poco deudor de ¨James Bond¨ toda esta intriga atestada de acción y sinsentido (más aún cuando nos quieren dar detalles científicos o brota el aspecto dramático acerca de Selina). Y si bien es cierto que la recuperación de Mosura y sus dos pequeñas amigas no es santo de mi devoción (jamás me gustó la historia de la película orginaria), amén de tampoco guardar conexión alguna con el enredo de la princesa y sus captores, sí tiene su explicación.
¿Cuál? El entretenimiento, ¿y qué mejor que el proporcionado por la intervención de más y más bestias en pantalla? Porque la polilla (aquí en su estado de larva) no es la única en tomar protagonismo; así como así regresa el pterodáctilo Radon, y Godzilla emerge del fondo marino en su forma más clásica. Si bien se mantiene la esencia destructiva y despiadada con ambos batiéndose y al mismo tiempo haciendo añicos pueblos y ciudades enteros, el giro absoluto se produce con la presentación de Ghidorah, dragón llegado del Espacio y el más legendario villano que hubo en la saga, gracias al increíble diseño que logró Eiji Tsuburaya y su equipo.

Aprovechando la inclusión de cuatro monstruos en el film, éstos no escatiman en dar al fan lo que desea: hay destrucción masiva y explosiones por doquier...sin embargo el error más grande será ¨humanizar¨ a dichos monstruos y despojarles de su actitud terrorífica. Y con Mosura actuando de mensajera de la paz y la benevolencia, cómo no, tendremos el placer (¿o la desgracia?) de ver a todos estos bichos terrestres uniéndose contra el dragón cósmico, convirtiéndose en todo un festival tan surrealista y absurdamente ¨kitsch¨ que resulta delicioso, pese a la enorme cantidad de humor introducido de por medio (impagable ver a la larva enganchada a la cola de Godzilla mientras éste fríe a puñetazos cual boxeador furioso a Ghidorah).
Impensable, ¿verdad? Los antiguos destructores de la Humanidad son ahora sus salvadores, batallando contra fuerzas externas; ni más ni menos que un espectáculo destinado a divertir a padres e hijos. Los protagonistas humanos (a excepción del inesperado rescate de Takashi Shimura, capaz de aportar solemnidad y fuerte carga dramática incluso al peor de los productos) no merecen ni mencionarse; parecen estar haciendo todo lo posible para soltar con credibilidad sus disparatados diálogos y creerse las acciones de sus personajes; en especial Akiko Wakabayashi, quien para mi desgracia no es triturada en las fauces de Ghidorah, como deseaba...

La respuesta no fue un bombazo pero sí lo suficientemente buena como para seguir abordando hazañas increíbles con Godzilla al frente, a partir de ahora aliado, claro. Lo siguiente sería verle nada menos que en el Espacio junto a Radon dejándose la piel para vencer de nuevo al dragón de tres cabezas.
La saga toma derroteros realmente surrealistas...pero Honda se está hartando muchísimo con ello. Esta fue, por cierto, la última vez que aparecían las Peanuts como sacerdotisas de Mosura.

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Importantísima película dentro de los kaiju eiga con todos los habituales de la Tohō detrás de las cámaras: Ishiro Honda, Eiji Tsurubaya, Akira Ifukube, Shinichi Sekizawa y Tomoyuki Tanaka. Marca el décimo aniversario de Godzilla con su conversión de villano a héroe junto a sus antiguos rivales Mothra y Rodan y la introducción del histórico kaiju King Ghidorah.

Yosuke Natsuki, protagonista de Dogora, vuelve a encabezar el cartel, y viene acompañado de diversos intérpretes que ya habían aparecido en pelis de Godzilla: Yuriko Hoshi y el dúo Peanuts de Mothra vs Godzilla, Hiroshi Koizumi de Godzilla contraataca, Akiko Wakabayashi de King Kong contra Godzilla, Kenji Sahara de Rodan, e incluso Akihiko Hirata, el inolvidable Serizawa de Godzilla rey de de los monstruos. Y last but not least, el grandérrimo actor Takashi Shimura no falta a la cita, como siempre como estrella invitada. Todos hacen actuaciones bastante competentes y no desentonan para nada, aunque no hay ningún personaje especialmente carismático salvo por el inesperado Malness, un asesino muy determinado interpretado por el secundario Hisaya Ito.
Shinichi Sekizawa hace un guion equilibrado con el humor proviniendo sobre todo de los monstruos y las putadas que se hacen mutuamente (la batalla del clímax está rodada en clave totalmente cómica). Aquí curiosamente son los personajes humanos los que llevan la parte seria de la acción, que es una conspiración contra una princesa que para colmo ha sido poseída por una venusiana que quiere salvar a la Humanidad.

Eiji Tsurubaya y su equipo elaboran sus FX de siempre con disfraces, maquetas y animaciones. Destaca la creación de otro clásico del subgénero como King Ghidorah y que los monstruos han ganado bastante en expresividad, lo que permite darles algo de personalidad y humor. Akira Ifukube sigue acompañando con su épica teñida con theremin y el eterno leimotiv de Godzilla.

Entretenidísimo clásico del kaiju eiga que pasa volando y nos deleita con sus monstruos y maquetas.

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Aceptable 5ta entrega de la Saga de Godzilla (1954-a la fecha), a cargo del legendario Ishiro Honda.

La princesa y heredera al trono de Selgina, Selina Salno logra sortear un escabroso intento de asesinato en pleno vuelo a Japón, sin embargo, será poseída por alienígenas para profetizar la llegada de un monstruoso ser extraterrestre, que planea invadir la Tierra luego de haber destruido la civilización de Júpiter, King Ghidorah, el Dragón de Tres Cabezas.

Luego del gran éxito de las últimas dos entregas del verdoso reptil prehistórico, “キングコング対ゴジラ” (“King Kong vs. Godzilla”, 1962) y “モスラ対ゴジラ” (“Mothra vs. Godzilla”, 1964), ambas dirigidas por Ishiro Honda, el productor Tomoyuki Tanaka se aventurará en grande, “tirando la casa por la ventana” y producirá la película de Kaijus más ambiciosa de la Toho hasta esa fecha, que incluía a 4 grandes monstruos luchando sin cuartel, y que llevará el nombre de “三大怪獣 地球最大の決戦” (1964), que podríamos traducir en realidad como “3 Grandes Monstruos: La más grande batalla sobre la Tierra”. En ella, la Toho no sólo reuniría a Godzilla, Rodan y Mothra por primera vez en un film, sino que presentaría a uno de los monstruos más extraordinarios y gigantescos de la historia del Kaiju, King Ghidorah o el Dragón de Tres Cabezas.

No cabe duda que “三大怪獣 地球最大の決戦” (“King Ghidorah vs. Godzilla”, 1964) estaba destinada a convertirse en un nuevo y gran éxito para la Toho, sin embargo, en mi opinión se produciría una paradoja en tal éxito, ya que la película claramente no es una de la más sólidas en términos narrativos, aunque en términos visuales y técnicos se convierta en un clásico dentro del cine fantástico japonés. Es evidente que el guión de “三大怪獣 地球最大の決戦” (“King Ghidorah vs. Godzilla”, 1964) se aleja totalmente de la temática nuclear y deja de lado el mensaje proambientalista de los films anteriores, en especial, “ゴジラ” (“Godzilla”, 1954) y “ゴジラの逆襲” (“Godzilla Contraataca”, 1955) para proponer una trama bastante menos compleja y más catastrófica, como es la aparición simultánea de varios monstruos que amenazan con destruir Japón, un elemento que se convertirá en uno de los aspectos más comunes de la saga a partir de este momento. Así, este film se concretará en la quinta aparición de Godzilla, la tercera de Mothra, la segunda de Rodan y la primera de King Ghidorah.

Pero al margen de ello, la verdad es que la historia es bastante más absurda y ridícula de lo que nos tiene acostumbrados el género. De hecho, el guionista Shinichi Sekizawa, creador de varias de las más bizarras e increíbles (por lo difícil de creer, claro) tramas de la saga de Godzilla, muestra bastante irregularidad en esta ocasión para desarrollar el guión de esta nueva entrega, ya que no logra hacer congeniar efectivamente la interesante trama de la monstruosa amenaza espacial que supone King Ghidorah, con un poco trascendente y ridículo hilo argumentativo que supone la aparición de una princesa abducida por alienígenas segundos antes de la explosión de su avión para convertirse en profetisa de un futuro apocalíptico, y la insistente aparición de las desesperantes Shobijin, las hadas mensajeras de Mothra, que esta vez incluso tendrán su minuto de fama en la TV nipona, en donde son entrevistadas.

De esta forma, lo más interesante desde un punto de vista narrativo, será la presentación de King Ghidorah y una subtrama de invasión alienígena, que resultará antológica porque expanderá el universo godzilliano a monstruos espaciales cada vez más poderosos, y que suponen la mancomunión de los monstruos terrícolas -en este caso, Godzilla, Mothra y Rodan- para conjurar su poder. Así, la saga también explorará otra faceta nueva desde este punto de vista, que es la traslación de Godzilla desde una figura esencialmente peligrosa y destructiva para la Tierra, a una más bien benefactora, aunque con un sentido de antihéroe, ya que el enorme reptil radiactivo aceptará defender a la Tierra más que nada por una cuestión de propia supervivencia que otra cosa. Lamentablemente, el guión de Sekizawa incluye varias escenas cómicas que le hacen un flaco favor al film, como “la batalla de piedras” de Godzilla y Rodan y ni hablar de la ridícula escena en que Godzilla, Rodan y Mothra “conversan y deciden” de qué lado ponerse ante el ataque de King Ghidorah, con “traducción simultánea” de las Shobijin para los humanos.

Por otra parte, la concepción de King Ghidorah debe mucho a la mitología japonesa, ya que el enorme reptil de tres cabezas se inspira en “八岐大蛇” o Yamata no orochi, uno de los monstruos mitológicos más impresionantes del Japón, mencionado en libros antiquísimos como el “古事記” (“Kojiki”, 712) y el “日本書紀” (Nihonshoki”, 720). Yamata es una monstruosa serpiente de ocho cabezas y ocho colas que asolaba la región de Torikami, en el país de Izumo, exigiendo sacrificio de virgenes para calmar su ira y dejar tranquilos momentáneamente a los campesinos nipones. Inspirado por esta esencia mítica, el legendario diseñador y efectista especial Eiji Tsuburaya crearía un monstruoso dragón tricéfalo y de dos colas, de 100 metros de altura y 150 metros de envergadura, con un peso de 30 mil toneladas, cubierto de una piel escamosa dorada prácticamente imposible de penetrar, con la capacidad de volar y utilizar rayos gravitatorios, campo de fuerza y absorber energía vital. Incluso, en otros films posteriores, King Ghidorah llega a tener una descomunal altura de 200 metros de altura y 220 metros de envergadura, siendo en cualquiera de los casos uno de los más grandes Kaijus de la historia del cine, perteneciente al selecto grupo de los Daikaijus.

Decía anteriormente que “三大怪獣 地球最大の決戦” (“King Ghidorah vs. Godzilla”, 1964) resultó un gran éxito en el país del Sol Naciente, recaudando sobre 375 millones de yenes en su momento, y que la clave había sido esencialmente su apartado técnico que, aunque alejado de las grandes proezas técnicas de la era Heisei (1984-1995) y siendo un poco mesquino en pantalla, había sabido ofrecer una lograda muestra de enfrentamientos entre monstruos. Es más, el actor Shoichi Hirose se pasó horas encorvado dentro del traje de Ghidorah, apoyado en una barra de metal, para interpretar al monstruo, mientras un equipo de titiriteros movía las cabezas, colas y alas del dragón. No fue una tarea fácil, ya que por varios momentos las tres cabezas se enredaban y ello dificultaba el trabajo de filmación. De hecho, el ayudante de Tsuburaya, Sadamasa Arikawa calificó las escenas de King Ghidorah como sencillamente agobiantes.

En tanto, se utilizaron los mismos trajes de Godzilla, con Haruo Nakajima, y el muñeco de Mothra de la película anterior “モスラ対ゴジラ” (“Mothra vs. Godzilla”, 1964), pero se rediseñó el de Rodan, con un aspecto más musculoso, alas triangulares y un abdomen con pinchos, traje que usó Masaki Shinohara.

En una película donde claramente lo mejor son siempre los monstruos, encontramos en el reparto “humano” a Yosuke Natsuki (“El regreso de Godzilla”, 1984) como el detective Shindo, encargado de investigar el extraño caso de la princesa heredera Selina Salno de Selgina, interpretada por la bella Akiko Wakabayashi (“King Kong vs. Godzilla”, 1962; “You only live twice”, 1967); Hiroshi Koizumi (“Godzilla Contraataca”, 1955; “Mothra vs. Godzilla”, 1964) como el profesor Murai, Yuriko Hoshi (“Mothra vs. Godzilla”, 1964; “Godzilla vs. Megaguirus”, 2000), como la hermana periodista de Shindo, Naoko; Hisaya Ito como el asesino contratado para acabar con la princesa; y cómo no, las Peanuts como Shobijin.

Como era de esperarse, el maestro Akira Ifukube fue el encargado de musicalizar “三大怪獣 地球最大の決戦” (“King Ghidorah vs. Godzilla”, 1964).

En resumen, una quinta entrega que tiene su mayor mérito en la presentación del gran King Ghidorah, a pesar de tener una historia, en general, muy ridícula y absurda. Sin embargo, es un film trascendental para la saga de Godzilla, porque supone la primera oportunidad en que la Toho reúne a todos los monstruos que había creado a ese momento, porque propone y expande el universo narrativo de la saga, y porque por primera vez realiza un tratamiento más equilibrado de la figura de Godzilla, que hasta ese momento sólo había sido considerado un enemigo para la humanidad. La evalúo con un 6.5.

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Mejor que Godzilla vs Mothra aquí tenemos todo una gran cantidad de monstruos: King Ghidorah, Mothra (Oruga), Rodan y por supuesto GODZILLA. Me gusta la historia, aquí es cuando se empezó a relacionar a Godzilla con los Extraterrestres. La batalla final es larga, es un espectaculo para los fans del Godzilla verlo pelear alado de Mothra y Rodan.

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Bueno, normalita pero muy entretenida, con 4 monstruos al mismo tiempo y una historia interesante (de la princesa y tal). En esta película hay muy poquita destrucción de ciudad, los monstruos prácticamente no se acercan a ellas, y el ejército no hace absolutamente nada en toda la película, no se ve ni un tanque (parece que ya han asimilado su inutilidad frente a los monstruos).

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Pelicula normalita de godzilla,lo mejor la aparición del mejor villano de la saga como es king ghidorah y lo peor la infantilación de la saga cuando los mostruos se comportan como niños.

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