Tras el éxito de ¨La banda de la rana¨, los peculiares krimis alemanes basados en novelas de Edgar Wallace (y los consabidos krimis apócrifos) y producidos sobretodo por la productora germano-danesa Rialto Films (Constantin Films y alguna que otra productora de la RFA también realizó sus adaptaciones de Wallace) se conviertieron en una de las modas del cine europeo hasta principios de los 70. Su ambiente canallesco, la acción cuasi comiquera, con sus trampas de ¨película de chinos¨ y peculiares villanos, su erotismo, sus bandas sonoras de jazz, los muchos toques de humor, los repartos recurrentes y su fotografia en blanco y negro - hasta 1968 no se vio un ¨Wallace¨ en color - eran sus señas de identidad.

Está dirigida por uno de los reyes del krimi, Jurgen Roland, y el intérprete más conocido del reparto es Fritz Rasp, en su día uno de los protagonistas de ¨Metrópolis¨, y otras importantes producciones.

La película sigue con muchísimas libertades el hilo argumental de la novela original - que básicamente trata de las aventuras de un detective privado y otro de Scotland Yard que persiguen al grupo de extorsionadores conocido como ¨Círculo rojo¨ por la señal que dejan - haciendo que la acción de ésta pase del pulp ligero en el papel a todo un tebeo en movimiento en el celuloide. Y funciona: los krimis son en general una gozada para los fans de la serie B más zumbona, hechos para divertir al respetable más que para los fans de las novelas (esto me suena de algo...).

De todas maneras, este krimi en concreto, sin ser una mala película, no ha acabado de cumplir mis expectativas tras leer la novela. Buen esfuerzo, de todas maneras, y recomendable si os atrae el subgénero.

Me gusta (1) Reportar