Decente película de infectados con un par de conceptos muy interesantes y que logra un doble objetivo: entretener y hacer pensar. No es ningún peliculón y es evidente que cuenta con un ínfimo presupuesto, pero a pesar de ello esto no se nota en ningún momento.

The Carrier viene a contarnos la típica historia apocalíptica de infectados, solo que esta vez la acción se desenvuelve casi en su totalidad en un avión. No es, sin embargo, la primera historia similar que vemos en un avión, pero sí la primera que remarca la importancia del avión en la ¨temática zombie¨. Durante toda la película, el avión es un símbolo de la supervivencia, el único elemento al que los personajes pueden agarrarse para sobrevivir, ya que en tierra la situación está siendo devastadora, y solo el avión puede alejarles de ese horror.

Esto conecta con el siguiente punto importante: los infectados. Aquí no son zombis rápidos, brutos y sin conocimiento, sino personas humanas a las que les brotan asquerosos tumores infecciosos por todo el cuerpo. Esta gente quiere sobrevivir tanto como los seres humanos sanos, por lo que su única esperanza es tomar aviones que puedan sacarles de Reino Unido, donde el Ejército comenzará a ejecutarles sistemáticamente para que no extiendan la infección. El problema, por supuesto, es ese: por deber moral, ningún piloto puede dejar subir a un infectado al avión, ya que extenderá la infección al lugar donde aterricen.

La película sigue la historia de un grupo de supervivientes, la mayoría miembros de la tripulación. A pesar del ritmo lento de la historia, hay que reconocer que la historia tiene grandes subtramas.

Por ejemplo, el piloto, durante toda la película, se nos muestra como el líder perfecto y un hombre muy inteligente, pero en el clímaz del film, se nos revela que nunca le ha importado su tripulación y que no les importa dejarlos atrás con tal de salvarse él. Por fortuna, el único superviviente que viaja con él es un infectado que, suponemos, terminará contagiándole.

También tenemos el caso del azafato malo, un personaje ambiguo desde el minuto uno y que, poco a poco, se va revelando como el principal antagonista del film, un lunático dispuesto a matarles a todos con tal de que el avión no vuele, según él para ¨no extender la infección¨.

Asimismo, merece la pena mencionar la subtrama de la pareja de afroamericanos, donde el marido actúa de forma egoísta al tomar la pistola del piloto, degenerando en su propia muerte a manos de los puñetazos y forzando a su mujer a infectarse y a perder el avión para permanecer junto a él en sus últimos minutos.

Incluso el final me parece todo un acierto, dándonos a entender que fueron los propios supervivientes los que arruinaron la seguridad del avión y que, al final, la auténtica esperanza la encuentran los dos azafatos que deciden permanecer en tierra, uno junto al otro, mientras el piloto se marcha.

Por supuesto, no todo es bueno en esta película. Por ejemplo, el ritmo, como he dicho es muy lento, aunque por fortuna la calidad del guión logra que no se note demasiado. Por otro lado, es lamentable como el propio director olvida la cantidad de infectados mostrados en una escena, ya que en algún momento los que atacan son cinco, luego son muchos más, y luego vuelven a ser cinco.

Y sobre todo, lo que más me molestó de la película es que, una vez tras otra, nos muestran al azafato malo asestando golpes con su porra sobre sus compañeros del avión. La porra es un arma lo suficientemente fuerte para asesinar a una persona, y para colmo el director se toma la molestia de hacer que salpique la sangre para que entendamos la brutalidad de lo que ha pasado. Sin embargo, ninguno de los dos infectados a los que el azafato ataca de forma tan brutal mueren a causa de esos golpes en la cabeza, lo que le resta realismo cuando vuelven a aparecer, completamente ilesos.

Por otro lado, el método que siguen los infectados para ¨acabar¨ con la gente es lamentable y poco original. Directamente, matan a los personajes mediante palizas, con puñetazos y patadas que dejan a las víctimas tendidas en el suelo e incapaz de moverse. Puedo entender que el director quiera huir del típico mordisco zombie, pero, ¿tan difícil hubiera sido mostrar a estos infectados con bates de béisbol o puños americanos?

Aun así, me parece una película bastante entretenida y que cumple con su propósito.

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