Notable thriller de horror, considerado fundacional para el gótico italiano de los 60s y 70s.
Un periodista francés se involucrará en la investigación de una serie de secuestros y asesinatos de jóvenes mujeres, mientras la policía le hostiga y se rumorea que los crímenes son obra de vampiros.
Hacia mediados de la década de los 50s, la industria cinematográfica italiana había crecido exponencialmente pasando de 25 films tras el fin de la II Guerra Mundial a 205 en 1955, llevando a los cineastas italianos a tener mayores posibilidades de explorar otros géneros no abordados, además del drama realista de obras maestras como “Roma, città aperta” (1945) de Roberto Rosellini y “Ladri di biciclette” (1948) de Vittorio De Sica. De esta forma, durante la producción de la película “Beatrice Cenci” (1956), el director Riccardo Freda y su amigo y colaborador fotógrafo Mario Bava propusieron al director ejecutivo de la productora Titanus, Goffredo Lombardo, filmar una película de terror de bajo presupuesto, aprovechando este gran ritmo de filmación del cine italiano y el fin de la censura al cine de terror que había emperado durante los 30s y 40s. Lombardo vería con muy buenos ojos la propuesta, especialmente por coincidir con su visión de una necesaria expansión internacional del cine italiano.
Es importante, sobre todo, destacar las intenciones y ambiciones que llevarían a un visionario Riccardo Freda a concebir no sólo la primera película de terror sonora de la historia del cine italiano, sino la piedra angular del futuro y prolífico cine de horror italiano de las próximas décadas, 60s, 70s, 80s e incluso 90s. Freda deseaba replicar en plenos años 50s, la exitosa incursión del horror del cine expresionista alemán y clásico estadounidense durante los 20s y 30s, exploración que el cine italiano no había asimilado esencialmente por la impronta fascista de Mussolini y el interés de los cineastas del País de la Bota por retratar la misería de la II Guerra Mundial. Con esta ambición, se acercaría al productor Luigi Carpentieri con un borrador de temática fantástica, fácilmente filmable en menos de 15 días y con elementos suficientes como para sortear la censura. Fascinado, a su vez, Carpentieri terminaría de convencer a Lombardo y sumaría al productor Ermanno Donati de Athena Cinematográfica, con un presupuesto inicial de 97 millones de liras.
El director de “Spartaco” (1953) encargó a Piero Regnoli la redacción del guión, que inicialmente situaba la historia en el siglo XVIII o XIX, pero que Freda cambió a los 50s para abaratar costos y para darle mayor contemporaneidad a la trama. Regnoli se basaría libremente en el inmortal cuento “Fall of House of Usher” (1839) de Edgar A. Poe para construir a los personajes principales de Giselle y Margherita du Grand y su progresiva degradación y locura similar a la del protagonista Roderick Usher, pero principalmente se inspiraría en la macabra leyenda de la condesa húngara Erzsébet Bathory (1560-1614), quien de acuerdo a la tradición practicaba la magia negra y el secuestro y asesinato de jóvenes doncellas, a quienes drenaba su sangre para bañarse en ella y conservar así su belleza a pesar del paso del tiempo. Para ello, el guión incluirá, entonces, no sólo elementos reales y ficticios, sino que, dentro de estos últimos de fantasía, horror, ciencia ficción y thriller.
Este último punto no es más que la confirmación de la importancia capital de “I Vampiri” (1956) no sólo para el cine de terror italiano, sino para todo el resto de la industria de terror europeo. En primer lugar, rescatará los antiguos elementos de horror gótico del Expresionismo Alemán, el Romanticismo y el Gótico literarios, estableciendo varios de los principios más básicos del cine de horror europeo, especialmente el que se desarrollaría en la misma Italia, Reino Unido y Alemania. Estos componentes terminarán por abarcar los mismos del género literario, a decir localizaciones sombrías y tenebrosas como castillos, criptas y bosques pantanosos, aparición de cadáveres o un tratamiento muy fuerte de la fascinación y/o miedo por la muerte, contextos de tiempo antiguos esencialmente medievales o de los siglos XVIII y XIX y, por supuesto, personajes dominados por la obsesión y las pasiones, siendo los antagonistas nobles degenerados o de dudosa reputación moral.
Por otro lado, el guión también incluye elementos de thriller y suspenso que claramente se inspiran en el trabajo del británico Alfred Hitchcock, que no sólo se convierten en el vehículo de mayor interés de la trama, sino que ayudan a contextualizar que la historia tenga, al menos, un desarrollo de la trama en tiempos modernos. Aunque más tarde -y se convirtiera en un recurso sobreexplotado hasta el cansancio- se le asociara con algún protocontexto temporal para agregarles elementos más sobrenaturales y, por tanto, fantasiosos, como será el recurso de la antigua maldición que replica en los descendientes de los protagonistas del entuerto, como demostró ser exitosamente probado en la maravillosa “La Maschera del Demonio” (1960) de Mario Bava, considerada junto a “I Vampiri” (1956) el otro gran pilar del Gótico Italiano.
Otros elementos narrativos involucrados en el guión y que dan cuenta de su carácter pionero son de ciencia ficción. El guión claramente se inspira también -o lo toma en cuenta- en la reciente estrenada cinta británica de ciencia ficción “The Quatermass Xperiment” (1955) de Val Guest que sería una de las primeras producciones exitosas de la mítica productora Hammer. De esta seminal película inglesa, producida luego de la exitosa serie homónima de 6 capítulos creada por Nigel Kneale en 1953, se adhieren elementos narrativos científicos alcanzados por algún doctor depravado, ambicioso o trastornado, que rememoran a los antiguos “mad doctors” de los films estadounidenses de los 30s y 40s, que pueden ser aristócratas o estar trabajando para algún noble, como es este caso, como el profesor Julien du Grand que trabaja en una fórmula para mantener joven a la condesa. Un elemento que sería rápidamente recogido, por ejemplo, en “Il Mulino delle Donne di Pietra” (1960) de Giorio Ferroni y “Sedook, l’ erede di Satana” (1960) de Anton Giulio Majano.
“I Vampiri” (1957) tiene varios elementos narrativos del cine de Riccardo Freda, sin embargo, también es evidente que tiene el gran sello estético de un desconocido, pero talentoso Mario Bava, que no sólo sería responsable de la notable fotografía del film, sino de otorgarle una personalidad estética que lo haría famoso años después. Freda debió abandonar la producción luego de filmar gran parte de la película y fue Bava quien se encargó de terminarla y moldear su particular personalidad pictórica. Así, en “I Vampiri” (1957) podremos advertir las primeras muestras de la concepción escenográfica de Mario Bava con inquietantes, lúgubres y tenebrosos parajes, castillos antiguos con pasadizos secretos y criptas centenarias con ornamentos macabros y laboratorios ocultos. También se observa un cuidadísimo trabajo claroscuro que rememora el Expresionismo Alemán que le confiere una ambientación especialmente inquietante y agobiante, además de otros recursos como soplidos de viento y rechinado de puertas, y uso de telarañas, esculturas macabras e iluminación de velas.
La bella actriz italiana Gianna Maria Canale, habitual colaboradora de Freda fue la encargada de personificar a Giselle y Margaritha du Grand, sobrina y tía obsesionadas con el galán periodista francés Pierre Lantin. Canale demuestra gran histrionismo sobre todo en las escenas en las que sus personajes pierden la calma y la cordura, convirtiéndolas en interesantes antagonistas al interés del entuerto. Por lo demás, el maravilloso concepto del trucaje de iluminación de Bava a partir del trabajo de Marco Freda y Ada Palombi, inspirado en el realizado en “Dr. Jeckyll& Mr. Hyde” (1931) de Rouben Mamoulian, para maquillarla siguen siendo, hasta ahora, impresionantes.
Por otra parte, tenemos a un reparto masculino eficiente, encabezado por Dario Michaelis (“The House of Intrigue”, 1956) como Pierre Lantin, periodista e interés amoroso de la condesa; Carlo D’Angelo (“Gli eor del doppio gioco”, 1962) como el Inspector Chantal, quien lleva los casos de chicas desasparecidas; el experimentado francés Antoine Balpêtré como el profesor du Grand (“The House of Mystery”, 1933); y el suizo Paul Muller (“Fabiola”, 1944) como Joseph, el narcomaníaco dependiente que trabaja para el científico. Wansida Guida (“Serenate per 16 bionde”, 1957), en tanto, interpretó a Lorette, una de las chicas secuestradas.
“I Vampiri” (1956) fue íntegramente rodada en Roma. Al presupuesto inicial de 97 millones de liras, se sumaron en la etapa de posproducción 45 millones más. Tras el abandono de Freda por diferencias irreconciliables con los productores, Bava se encargó de hacer algunos cambios de trama, por ejemplo, dio mayor protagonismo al personaje de Lantin, eliminó una trama secundaria sobre un tipo desmembrado y alteró el final de Freda que mostraba a la condesa ahorcándose, para luego sólo mencionar la muerte de la noble. Además, incluyó material de archivo de tipo periodístico para documentar más los casos desde un punto de vista policial. La mayoría de los críticos la consideran como la primera película de horror moderna de Europa, rivalizando con el clásico británico “The Curse of Frankenstein” (1957) de Terence Fisher.
El film fue estrenado el 5 de abril de 1957 en San Remo y recaudó 125,3 millones de liras en sus primeras semanas de estreno. Lamentablemente no fue un éxito ni en Italia ni en Europa en su momento, haciendo que Freda despotricara contra el público de entonces. Fue lanzada posteriormente en Estados Unidos en una versión titulada “The Devil’s Commandment”, con algunas escenas escritas agregadas por J.V. Rehms y filmadas por Ronald Honthauer. También se habla de otra versión en el País del Tío Sam titulada “Lust of the Vampire”, con escenas de desnudos agregadas. En el Reino Unido, en tanto, también se le estrenó como “Lust of the Vampire”, pero no se le debe confundir con el film británico posterior del mismo nombre (1971) de Jimmy Sangster.
El compositor ítalo-rumano Roman Vlad (“Incantesimo Tragico”, 1951) fue el encargado del score del film y aportará con una partitura sinfónica dramática inspirada en las clásicas partituras de los films de la Universal de los 30s y 40s, y que servirá de base para el trabajo de grandes músicos del cine gótico europeo posteriormente, como James Bernard y Harry Robinson.
En resumen, una obra pionera y fundamental dentro del cine de horror europeo clásico de 60s, 70s, 80s y 90s, que destaca por su efectiva y sugerente trama, su precisa calidad técnica a pesar de bajo presupuesto y por la visión estética de sus directores, Freda y Bava.
Realmente no esperaba un film de estas características, realmente buenas las interpretaciones y la ambientación..una película en blanco y negro con muy buenos FX. Pensemos qué es 1957..el año de producción.minino el notable..Es en conjunto una curiosa e interesante propuesta.
Nos encontramos con una película extraña. Realmente, ni la historia ni la ejecución de la misma poseen ese ¨punto¨ que nos sitúe dentro de una de vampiros o de terror.
Es más bien, como ya habéis afirmado, una de suspense o ¨misterio¨. Aunque misterio hay más bien poco, pues la cosa se ve venir desde lejos.
Lo mejor, por supuesto, la fotografía del gran Mario Bava.
Interesante desde el punto de vista histórico, como rareza, pero poco más.
Una excelente pelicula. La cual ha jugado al despiste conmigo en su primer cuarto. Ya que sin tener referencia alguna sobre ella ni haberla consultado previamente en este foro. Lo comento porque en su primer tramo parecia mas un giallo que otra cosa. Todo se focalizaba en el asesino serial apodado ¨el vampiro¨ y sus crimenes y la pasma de por medio y el periodista ese jugando a ser poli. Luego ya avanzado un poco, ese ¨vampiro¨ y sus andanzas desaparecen por completo, y aunque por supuesto todo va relacionado, la trama cambia radicalmente lo que a la vez la hace subir enteros. Una peli algo gotica y a la vez, en algunos momentos puntuales, lugubre. La cripta del castillo llena de calaveras y huesos gigantes es todo un punto. El desenlace era de lo mas previsible. Pero dejando bien claro en todo momento que este film no tiene absolutamente nada que ver con el genero vampirico como pone en su ficha. Concretamente en la seccion de tematica
Película de gran interés histórico no sólo por su año de producción, sino también por ser una de las precursoras del cine de terror y vampírico italiano.
Llama enormemente la atención los increíbles efectos del envejecimiento facial, sin duda una de las escenas más destacables y uno de sus puntos fuertes. El cine de esta época a menudo es criticado por sus efectos especiales, que en esta película son sin embargo intachables, así como su genial ambientación gótica.
En contra decir que no me acabo de convencer porque su ritmo es lento, o quizás la historia no está contada de la mejor manera, además de unas actuaciones no muy buenas.
Lamento discrepar, pero me pareció un film del montón y hasta prescindible para mi gusto.
Me pareció un film más curioso que talentoso y se basa en una trama de misterio, con tintes policíacos y de suspense que no termina de cuajar.
Lo mejor de todo: la transformación de la condesa, espectacular incluso hoy día, y los aspectos técnicos del film, que son cuanto menos, notables.
Lo peor: aburre sin remedio, los personajes y las varias tramas no atrapan y son un pretexto para hablar del tema central de la película, que nada tiene que ver con los vampiros tal y como se les conoce, sino más bien al vampirismo emocional y la curiosa re-lectura de la condesa Báthory.
Una historia interesante para la epoca mas que nada,me imagine otra cosa cuando iba a ver esta pelicula.Esperaba un poco mas,ya que tanta fama tenia.
No discuto que entendiendo la epoca,y el argumento y los actores haya quedado una pelicula aceptable.Pero no se si no me atrapo la historia,o esperaba otra cosa.
No es una mala pelicula,pero no me convencio.
Considerada como la primera película terror de la era del sonoro en Italia (“¿Ein?”, diréis. No, no, va en serio), supuso la entrada de Mario Bava en el mundillo, co-dirigiendo y realizando la fotografía y los FX. Junto a él, el prolífico director y guionista Riccardo Freda comandando la nave. Tras años de prohibiciones bajo el fascismo, del desgarrador neorrealismo y el nacimiento de los péplum, llega una película de vampirismo - aparentemente basada en el caso de la condesa Elizabeth Báthory, con un poco de Poe por en medio- ambientada en ese París de mediados de los 50, la llamada “segunda belle époque”.
Con un reparto internacional (italianos, franceses, americanos, suizos…) como es habitual en las producciones italianas, la película la protagoniza la no muy conocida aquí Gianna Maria Canale, esposa de Riccardo Freda; una actriz que destacó sobremanera en péplums y películas de aventuras, que borda el papel de psicópata. También es destacable la actuación del hierático Dario Michaelis, que con su prestancia de galán y su rostro de cemento ocupa con corrección el papel de tipo duro, al más puro estilo del cine negro europeo.
Rodada solo en interiores, la acción se desarrolla en una atmosfera sórdida, entre barrios bajos (los decorados de éstos son un tanto cutrillos; se nota que son interiores con fotos de fondo), apartamentos tenebrosos y castillos y criptas góticas con laboratorios estilo hi-tech, cortesía del afamado decorador operístico Beni Montresor (nominado a cuatro premios Tony por su trabajo en Broadway) . El juego de Bava con las sombras es efectivo, multiplicando la inquietud. Es un cliché total, pero está bien aplicado, al igual que los FX, de base fotográfica, que emulan los de “El hombre y el monstruo” de Mamoulian (lo cual dice mucho también de la pericia del maquillador, Franco Freda, favorito de Antonioni).
Una película más que correcta que debió recibir más atención en su día.
interesante filme que merece merito aparte por ser la primer pelicula de terror italiana, la trama es aceptable aunque no es para cualquiera, si estas acostumbrado al ritmo del cine moderno no te va a llamar la atencion
Primer film de terror italiano post-prohibicionismo de los mismos, aunque con reservas (la ambientación en un París de estudio). Riccardo Freda también abogó por una alternativa al monstruo propiamente dicho, moviéndose entre el relato criminal y de suspense, aunque con toques fantastique como el mad doctor y con abundancia de macabre. Destacar la puesta en escena ágil, vibrante, y los excepcionales escenarios, proporcionando una átmosfera que me recuerda al mejor Fritz Lang.
Estupenda producción italiana que combina el estilo de giallo con el terror. Tiene un argumento excelente, lleno de giros, misterio y terror clásico. Cuenta con la participación de Mario Bava en la dirección fotográfica, y se nota, pués le otorga ese aspecto gótico que posteriormente reconoceriamos en la máscara del diablo. Tal vez los problemas vengan en el desarrolo del guión algo apresurado y unos presonajes secundarios poco trabajados, pero en definitiva es una película muy recomendable.
Críticas: 12
Miguel Arkangel
8
Riccardo Freda y Mario Bava sientan cátedra para lo que será el terror italiano (e incluso europeo) posterior, con esta interesante película, ambientada en el Paris de los 50s, que actualizó el mito vampírico, manteniendo el espíritu esencial, pero agregándole la ambientación urbana, cierta imaginería propia del mad doctor y el suspenso policíaco, e incluso, contribuyendo a la génesis del giallo.
La película combina inteligentemente dos historias, la del misterioso asesinato de chicas con sus cuerpos sin sangre, y una historia de amor que trasciende la muerte.
Freda rodó con un estilo elegante y sugerente la mayor parte de la película, pero fue sustituido por Bava, por las típicas desavenencias creativas con los productores. Bava dotó a la película de una fantástica fotografía y rodó las escenas tenebrosas ambientadas en el castillo así como en el siniestro laboratorio, con una estupenda decoración gótica,
Atención también al espléndido trabajo de iluminación para conseguir el envejecimiento del rostro de la duquesa Giselle du Grand, interpretada por Gianna Maria Canale, musa y esposa de Riccardo Freda.
Me gusta (0) Reportar