Película de culto por excelencia de la ci-fi soviética, un producto de pura evasión que muestra a las claras que la serie B de la URSS podía estar al mismo nivel de frikismo que la de cualquier otra parte del mundo.
Unos astronautas logran penetrar en el planeta Venus, cuya gaseosa atmósfera hace pensar, habiendo leído las noticias de hoy, que más que Venus están en la bonita villa de Igualada, provincia de Barcelona. La estrella de la película es Georgi Zhzhynov, un acrobático actor - como un Burt Lancaster soviético - que tras llegar al estrellato fue purgado por Stalin (durante 18 años) para volver con fuerza cuando Khrushchev inició el proceso de desestalinización. Sin embargo, los protagonistas son Georgiy Teykh (que también aparece en la mítica ¨Solaris¨) como el científico Kern, un tipo serio y algo malhumorado pero valiente, sufrido y fiel a la amistad que las pasa canutas durante toda la película, ganándose el apoyo del espectador; el ignoto Gennady Vernov como Ayesha, un geólogo emperrado en que hay vida inteligente en Venus, y la contundente Kyuuna Ignatova como Masha, una radioperadora con un importante cacao mental.
La verdad, no es una película que uno vería por sus diálogos: son simples y demasiado serios (de hecho el gran defecto de la peli es que se toma demasiado en serio a si misma, y los escasos chistes son malos con ganas), aunque no se puede negar que hay buenos momentos, como una escena especialmente angustiosa muestra a dos astronautas a punto de la locura, queriendo volver a casa, mientras su robot intenta ayudar dando datos lógicos pero inútiles, poniendo el dedo en sus llagas mentales. Sin embargo, la clave del éxito de este producto se basa en su acción de tebeo, que vislumbramos tras 20 minutos de insulso inicio: un no parar de luchas contra monstruos a cada cual más grotesco y de aventuras de supervivencia (algunas peculiares, como cruzar un barranco a ritmo de swing), dividido en escenas breves, como si de las pantallas de un videojuego retro se tratara. De hecho creo que se abusa de las elipsis narrativas en pos de acción más rápida.
En resumen: Si ponemos los diálogos en este contexto, notamos que la película fluye mucho mejor, a toda velocidad, escueta como ella sola.
En una película donde los FX juegan un papel primordial, hay que decir que éstos van de lo pasable a lo risible. Algunas maquetas, vehículos, robots y monstruos - muy coloristas, dicho sea de paso - no tienen mucho que envidiar a cualquier kaiju eiga de bajas pretensiones, y le dan a la película un encantador aire bizarro, con esa ya nombrada estética de tebeo barato de la época (esos apaisados que leían nuestros abuelos y padres, como el entrañable Dani Futuro, por ejemplo) que rezuma por todos los fotogramas. Hasta los encuadres parecen viñetas.
Ci-fi de serie B muy alejada de la épica de la Mosfilm, dirigida al entretenimiento rápido. Un tanto desigual en varios aspectos, pero interesante como ejemplo de libro de la serie-B europea sesentera. Rápida y entretenida, va de menos a más.
bigladiesman
7
Película de culto por excelencia de la ci-fi soviética, un producto de pura evasión que muestra a las claras que la serie B de la URSS podía estar al mismo nivel de frikismo que la de cualquier otra parte del mundo.
Unos astronautas logran penetrar en el planeta Venus, cuya gaseosa atmósfera hace pensar, habiendo leído las noticias de hoy, que más que Venus están en la bonita villa de Igualada, provincia de Barcelona. La estrella de la película es Georgi Zhzhynov, un acrobático actor - como un Burt Lancaster soviético - que tras llegar al estrellato fue purgado por Stalin (durante 18 años) para volver con fuerza cuando Khrushchev inició el proceso de desestalinización. Sin embargo, los protagonistas son Georgiy Teykh (que también aparece en la mítica ¨Solaris¨) como el científico Kern, un tipo serio y algo malhumorado pero valiente, sufrido y fiel a la amistad que las pasa canutas durante toda la película, ganándose el apoyo del espectador; el ignoto Gennady Vernov como Ayesha, un geólogo emperrado en que hay vida inteligente en Venus, y la contundente Kyuuna Ignatova como Masha, una radioperadora con un importante cacao mental.
La verdad, no es una película que uno vería por sus diálogos: son simples y demasiado serios (de hecho el gran defecto de la peli es que se toma demasiado en serio a si misma, y los escasos chistes son malos con ganas), aunque no se puede negar que hay buenos momentos, como una escena especialmente angustiosa muestra a dos astronautas a punto de la locura, queriendo volver a casa, mientras su robot intenta ayudar dando datos lógicos pero inútiles, poniendo el dedo en sus llagas mentales. Sin embargo, la clave del éxito de este producto se basa en su acción de tebeo, que vislumbramos tras 20 minutos de insulso inicio: un no parar de luchas contra monstruos a cada cual más grotesco y de aventuras de supervivencia (algunas peculiares, como cruzar un barranco a ritmo de swing), dividido en escenas breves, como si de las pantallas de un videojuego retro se tratara. De hecho creo que se abusa de las elipsis narrativas en pos de acción más rápida.
En resumen: Si ponemos los diálogos en este contexto, notamos que la película fluye mucho mejor, a toda velocidad, escueta como ella sola.
En una película donde los FX juegan un papel primordial, hay que decir que éstos van de lo pasable a lo risible. Algunas maquetas, vehículos, robots y monstruos - muy coloristas, dicho sea de paso - no tienen mucho que envidiar a cualquier kaiju eiga de bajas pretensiones, y le dan a la película un encantador aire bizarro, con esa ya nombrada estética de tebeo barato de la época (esos apaisados que leían nuestros abuelos y padres, como el entrañable Dani Futuro, por ejemplo) que rezuma por todos los fotogramas. Hasta los encuadres parecen viñetas.
Ci-fi de serie B muy alejada de la épica de la Mosfilm, dirigida al entretenimiento rápido. Un tanto desigual en varios aspectos, pero interesante como ejemplo de libro de la serie-B europea sesentera. Rápida y entretenida, va de menos a más.
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