Una adaptación más basada en una obra de stephen king con una historia que en parte resulta interesante ya que utiliza el tema de las premoniciones , los primeros minutos tiene un estilo policiaco presentando a un maestro que después de sufrir un accidente termina adoptando un don como vidente colaborando con la policía para dar con la captura de un asesino y posteriormente la trama termina enfocándose en la vida personal del maestro y sus sentimientos por una ex novia hasta llegar a una subtrama sobre un atentado político , destacando la buena actuación de christopher walken como protagonista al igual que las sobresalientes escenas de premonición , otra aceptable opción dentro de la filmografía de david cronenberg
Película de encargo y bastante comercial de Cronenberg que adapta otra sobrevalorada novela de Stephen King, la cual no tiene nada de especial ya que este tema de las visiones del futuro es de lo más típico y trillado del género. Una historia fantástica con saltos temporales muy bruscos que quiere abarcar más de lo que permite un metraje de 90 minutos, esto hace que los diferentes episodios de la narración se sientan desaprovechados.
La interpretación de Cristopher Walken no me pareció destacable, mejor Martin Sheen como político odioso. Fotografía y banda sonora más bien flojas. Ritmo regular. Alguna que otra escena de terror bien resuelta.
El final bastante maniqueo y poco creíble.
Interesante y entretenido thriller psicológico, dirigido por David Cronenberg (“Scanners”, 1981)
Un joven profesor termina en coma por 5 años tras sufrir un accidente automovilístico. Al recuperarse, descubrirá que posee poderes extrasensoriales que le permite tener visiones de eventos que sucedieron y que van a suceder.
Tras el éxito de crítica de su obra maestra “Videodrome” (1983), el director canadiense aceptó la propuesta de Dino de Laurentiis de encabezar la adaptación de la novela “The Dead Zone” (1979) de Stephen King, luego de que la productora Lorimar Film Entertainment decidiera abandonar el proyecto al cerrar su división de películas después de algunos fracasos comerciales. Fiel a su estilo, De Laurentiis rechazó el guión que había desarrollado Jeffrey Boam (“The Lost Boys”, 1987) por solicitud de la productora Carol Baum de Lorimar, y encargó al propio Stephen King que reescribiera el guión de su novela. Sin embargo, la versión de King no dejaría satisfecho a De Laurentiis por ser demasiado complicado de plasmar en la producción ni a David Cronenberg por considerarlo “innecesariamente brutal” en sus propias palabras. Incluso el talentoso y polémico director y guionista polaco Andrzej Żuławski (“Possession”, 1981) fue comisionado por el legendario productor italiano, no obstante, Cronenberg finalmente se quedó con la propuesta de Boam por tratarse de una adaptación más fiel a la novela y con el cual tenía varios puntos en común.
De esta forma, Boam tomó la larga estructura de la novela homónima y escribió un guión con el mismo formato episódico, pero bastante más conciso. Después de una profunda revisión y recorte a manos de Cronenberg y la productora Debra Hill (“Halloween”, 1978) Boam logró configurar una historia tríptica, es decir, con tres actos generales prescindiendo de varios aspectos que el canadiense consideró innecesarios como los densos y profundos conflictos internos de Johnny Smith de la vida que no tuvo con Sarah y el tumor cerebral que lo aqueja y reforzando otros aspectos menos personales. De esta forma, el guión divide la trama en tres partes, la primera se extiende desde el accidente automovilístico hasta que despierta del coma, la segunda que va desde el descubrimiento de que Sarah ha hecho su vida aparte hasta que decide ayudar al sheriff a buscar el asesino en serio de Castle Rock y la tercera en que ya aceptó finalmente sus poderes mentales hasta el violento epílogo en el que opta por enfrentarse al político Greg Stillson.
Es posible identificar varios aciertos en el guión de Boam y el enfoque de Cronenberg en esta historia a tres actos. El primero es establecer un fuerte contraste en el punto de inflexión de la trama, que no es el accidente vehicular ni el despertar del coma de Johnny -eventos claves y desencadenantes del conflicto- sino el momento en que el superviviente se da cuenta de su nueva realidad y que tiene dos caminos, negarse a ella o aceptarla y utilizarla de forma beneficiosa. Johnny se presenta como un personaje común y corriente, pacato y aburrido, pero conscientemente feliz, que tiene una experiencia traumática que lo llevará, inicialmente a su parecer, y era qué no, a convertirse en un ser solitario y amargado. La novela de King, como es de costumbre, se pierde en varias páginas sobre cuestiones existencialistas y otras tantas mundanas luego de despertar del coma y comenzar el proceso de “aceptación” de su nueva realidad y es así, como segundo gran acierto de Boam el despertar en el protagonista un sentimiento de iluminación al percatarse que el accidente le ha compensado la pérdida de la vida que iba a tener con Sarah con la posesión de una habilidad que puede ayudarlo no sólo a él a encontrar un nuevo sentido a su vida, sino y principalmente beneficiar a los demás.
Esto nos lleva a un tercer aspecto acertivo en “The Dead Zone” (1983), que es la progresiva aceptación y asimilación de Johnny como un héroe melancólico y trágico, en la piel de un gran Christopher Walken (“The Deer Hunter”, 1978). Cronenberg logra, a pesar del carácter extraño y taciturno del protagonista convertirlo en un personaje por el cual el espectador no tardará en sentir empatía y, en cierta forma, algún tipo de identificación, al menos en relación al accidente, sus secuelas, el conflicto de haber perdido años y sueños. Utilizando como gancho cierto dejo de ilusión ambigua respecto a Sarah que le permita aceptar sus nuevas facultades mentales, el protagonista logrará finalmente cerrar su historia con ella como un paso necesario para terminarse de aceptarse y convertirse en un héroe anónimo e incomprendido. Johnny comprenderá entonces que si bien no puede cambiar el pasado sí puede encarrilar el futuro y decide sacrificarse porque es todo lo que tiene que ofrecer luego de ver. Sencillamente no puede escapar.
Un cuarto acierto nos lleva al personaje de Greg Stillson, un villano típicamente cronenbergiano como se aprecia en “Scanners” (1981) y “Videodrome” (1983), con los megalómanos tirados a líderes de culto y lavadores de cerebro, Darryl Revok y Barry Convex, respectivamente. A pesar de que no tiene mayor protagonismo visual como los anteriores, tiempo para exponer sus intenciones o planes y surgir más bien en el tercer acto, se trata de un villano que exige una intervención decisiva del héroe protagonista, en este caso, Johnny Smith. Stillson es, al mismo tiempo, un villano atípico para una película de David Cronenberg al sugerir y suponer un peligro inconsciente y potencial más que una amenaza presente y real. Aunque no con la profundidad de King, en él el director de “The Brood” (1979) refleja a todos aquellos líderes políticos de discursos vacíos y oscuras intenciones que despiertan una suerte de fervor casi religioso entre sus seguidores y fanáticos, como si tratara de un falso profeta, una velada crítica de Cronenberg al ciudadano estadounidense llano que suele engancharse y apoyar a este tipo de personajes que terminan por convertirse en una amenaza.
De esta forma, la visión de la “Zona Muerta” de Cronenberg diferirá de la King que adquiere cierto rasgo existencialista. Mientras en la novela la “Zona Muerta” se refiere a la parte del cerebro de Johnny que se encuentra dañada tras el accidente automovílístico, la cual por cierto no tiene posibilidad de curación y que desencadena que despierte este nuevo potencial psíquico, la “Zona Muerta” de la película de Cronenberg hace hincapié más bien en la parte de la visión psíquica de Johnny que falta, que se encuentra aún indeterminada y que se traduce en la posibilidad del protagonista de poder cambiar el futuro. Esta capacidad de poder alterar el futuro lo cual conlleva a un complejo ejercicio de reflexión notoriamente más exitencialista que el de King y ciertamente mucho más influenciado y sujeto a cuestiones éticas y morales, además del surgimiento y consolidación de cierta sentida de la responsabilidad como si de un héroe anónimo y urbano se tratara, se convertirá en la clave narrativa para una película que genera en el espectador cierta sensación de incomodidad y amargura y le hace preguntarse cuál es el precio que debemos pagar por la verdadera libertad, la de conciencia.
Visualmente, “The Dead Zone” (1983) parece diferenciar 2 secciones generales a través de la fotografía de Mark Irwin, habitual colaborador de Cronenberg en sus filmes más emblemáticos (“Scanners”, 1981; “Videodrome”, 1983; “The Fly”, 1986). La primera parte destaca por su tono inquietante y sórdido acrecentado por el accidente y la tragedia emocional de Johnny Smith a través de colores grises y marrones y el contexto húmedo y frío de las locaciones naturales escogidas, que simboliza el inicial reencuentro entre el protagonista y Sarah. También este contexto visual se enmarca en un segmento investigativo que refuerza el concepto de thriller en relación al asesino en serie al cual Smith intenta ayudar a capturar, siendo particularmente importante la secuencia del túnel semiluminado con el sheriff, símbolo inequívoco de que salida a la pesadilla está a la vista. La segunda parte adopta un tono más bien convencional e incluso incursiona moderadamente en colores más esperanzadores como amarillos y rojos para el acercamiento de Johnny y Sarah y la aceptación de su nueva condición como una responsabilidad que necesita y debe asumir sin importar el costo.
Por otra parte, y en referencia a elementos simbólicos como lo del túnel, hay otros componentes similares en “The Dead Zone” (1983) como el fuego que aparece varias veces como símbolo de amenaza y renovación, pero especialmente relevante son las escenas en las que el protagonista utiliza anteojos luego del accidente, coma y recuperación. A pesar de que son momentos puntuales y breves son bastante elocuentes, por ejemplo, cuando aparece leyendo en la previa a que Sarah le visite y tengan el encuentro amoroso que nunca pudieron tener y cuando se convierte en tutor del niño. En estas escenas, en que se reencuentra con la mujer de su vida y recupera las ganas de enseñar (recordemos que Johnny es docente) Cronenberg permite que el personaje acceda a destellos de felicidad y satisfacción y recupere, insisto, aunque sea por instantes, su vida pasada. Sin embargo, como es el caso de todo héroe trágico, en el fondo sabe que se trata de momentos pasajeros que más bien suponen un cierre definitivo a la vida que tenía antes del accidente.
No cabe duda que una de las claves del funcionamiento de “The Dead Zone” (1983) es la interpretación de un sólido Christopher Walken. Convertido ya en un actor destacado y consolidado cumplirá satisfactoriamente con el viaje de Johnny Smith desde la cotidianidad más aburrida y predecible para deambular por la vida como un trotamundos sin destino, ayudar a otras personas en situaciones críticos de vida o muerte y finalmente cumplir con el objetivo que él ha interpretado como el nuevo sentido de su vida. Melancólico y resignado a las nuevas condiciones de su existencia, el sobrio ganador del Oscar por “The Deer Hunter” (1978) se las arregla para cargar sobre sus hombros el peso interpretativo de un film que permite reflexionar sobre las libertades y aprehensiones que conllevan las decisiones que tomamos. En un plano bastante más secundario, pero no por ello menos eficiente, el reparto incluirá a Brooke Adams (“Invasion of the Body Snatchers”, 1978) como Sarah Bracknell, ex novia de Johnny, Tom Skerritt (“Alien”; 1979) como el Sheriff Bannerman, el experimentado Herbert Lom (“The Phantom of the Opera”, 1962) como el Dr. Sam Weizak y el siempre eficiente Martin Sheen (“Apocalypse Now”, 1979) como el político Greg Stillson.
Para la banda sonora, Cronenberg optó por Michael Kamen (“Robin Hood, Prince of Thieves”, 1991), siendo la única película del canadiense desde “The Brood” (1979) en la que Howard Shore no fue compositor. Prevalecen flautas y oboes en movimientos de suspenso sobre una base de violines y pianos, destacando por supuesto su tema de apertura, grabada por la National Philharmonic Orchestra de Londres, en los famosos EMI Abbey Road Studios.
El rodaje de “The Dead Zone” (1983) comenzó a principios de enero de 1983 y tuvo lugar en el área metropolitana de Toronto y el municipio regional de Niágara, en Ontario, Canadá, la ciudad natal de Cronenberg. Entre los lugares distintivos de la filmación encontramos el famoso Túnel de los Gritos en donde se filmó la secuencia de Smith y el Sheriff y el Canadas Wonderland, un parque temático que se encuentra a 30 km al norte de los límites de Toronto. Según el propio director, la filmación se realizó durante un durísimo periodo de congelación en el sur de Ontario que duró semanas, por lo que la ambientación de temporada de hielo y nieve fue auténtica y en varias ocasiones las bajas temperaturas fueron intolerables para el equipo técnico y actoral.
“The Dead Zone” (1983) fue estrenada simultáneamente en Canadá y Estados Unidos el 21 de octubre y se convirtió en un rentable éxito al recaudar US$20,8 millones de un presupuesto de US$10 millones. Recientemente se produjo una serie de TV basada homónima (2002-2007) más basada en la novela de King que en la película de Cronenberg, creada por Michael y Shawn Piller.
En resumen, un interesante thriller psicológico que se aventura en reflexionar de forma seria, lo suficientemente existencialista como para funcionar y no aburrir, cómo es posible encontrar no sólo nuestro espíritu resiliente, sino también caminos para encontrarle sentido a la vida cuando la adversidad se nos viene encima.
Estamos ante una de las mejores peliculas de Cronemberg o una de las más entendibles de toda su filmografia, en ella podemos ver a un joven Cristhoper Walken como un profesor de la universidad que tiene un accidente con su auto y queda cinco años en coma, una vez que despierta y para sorpresa de sus familiares y propia, recibe como un don, que al tocar a las personas puede ver su futuro, sus acciones y en algunos la manera en que morirán, ese simple hecho ya la hace interesante ya que en todo momento estamos esperando que de su vaticinio, suspenso algo de acción y bastante drama hacen que esta cinta no pase desapercibida como una más en las fallidas adaptaciones de novelas delgran Stephen King, y el final me gustó mucho, cierra perfectamente la historia.
Excelente historia de Stephen King y bien puesta en escena, no puedo decir que es buena adaptación ya que aún no pude leer la novela pero por lo que nos muestra se ve todo demasiado lineal respetando las secuencias para que el público se de cuenta, se nota la superficialidad del film con la carencia del desarrollo de los personajes y alguna que otra escenas quedaron con finales abiertos pero todo lo demás fue correcto.
Sobre la película es clásica, pero como toda adaptación de un libro no se puede apreciar como debería ser originalmente, este film debería ser un poco más fluido. Tal vez era necesario que dure un poco más para que el desarrollo no fuera tan monótono, Christopher Walken es un actor perfecto para el papel pero su personaje tiene demasiada frialdad y esto puede complicar el transcurso de la historia.
La trama está buena, con premoniciones y ese poder sobrehumano que tiene el protagonista a pesar que no se explica del todo en la película es interesante, me hizo acordar a la obra también de King de ¨22/11/63¨ aunque aquí tiene un concepto diferente al cambio del presente que altere el futuro.
En conclusión, se deja ver y tiene una trama muy interesante, pero pienso que este tipo de película debería haber tenido más sentido propio y no hacer una copia tan textual a la novela ya que quedan varios cabos sueltos. Para mi es un 7 pts.
La verdad la vi porque estoy en esa etapa de revision de peliculas de terror, suspenso, misterio y ciencia ficcion de otras decadas.
Recuerdo que cuando la vi en su momento no me gusto y hasta me parecio aburrida, habiendo leido casi todos los libros de King y viendo como arruinaban casi todas las adaptaciones, bueno me dije una mas, sin embargo, vuelta a ver ahora en pleno 2018, puedo decir que me ha gustado mas de lo que yo pensaba.
Si, una pelicula llena de actores conocidos pero en papeles cortos, una trama atrapante desde el inicio, un desenlace tragico como la vida misma del protagonista, puedo decir que casi sentia el sufrimiento de John desde la salida del coma, la perdida de la madre, la perdida de la novia con la que se estaba por casar, las visiones tragicas, todo un mix abrumador y sombrio para una sola persona.
Me gusto el accidente del principio, se ve espectacular a pesar de los años, me gusto tambien cuando se relaciona con el hijo del millonario, eso daba para un poco mas, y por ultimo el final, donde ya se sabia muerto, pero que tampoco le importaba ya que su vida se habia transformado en algo miserable de por si.
Si la verdad que sufri y me emocione con Walken, el ocho es por algunos detalles, aunque por suerte la copia que vi es excelente, y no como comentan otros por ahi, que envejecio mal, yo creo que no...
Hacía tanto tiempo que no la veía, que estaba convencido de que no me iba a gustar y resulta que me encuentro con una auténtica obra maestra del cine en general (pues no es de terror). Una joya de película que, curiosamente, todo lo que se cuenta en la sinopsis de la ficha es solo dos tercios del film. Y cuando el prota se muda a otra ciudad ya en su último tercio, ya todo tira para otro lado. Y entonces me creía que todo lo bueno se había acabado. Pero que va, quedaba lo mejor... Sí es cierto que el film tiene sus ¨peros¨, como por ejemplo: La desproporcional sobreactuación de Martin Sheen cuando coge al crío como ¨escudo¨. Esa secuencia se exageró demasiado. Y otro ¨pero¨, creo que podría ser lo extremadamente bonachón que es Johnny (Christopher Walken). Lo que da lugar a situaciones algo inverosímiles, que una persona normal y corriente, por muy bonachón que fuera nunca haría salvo que le faltara un hervor. Por esto que comento, no le doy la máxima puntuación. Pero aun así, sigo pensando que es una obra maestra de un director que, curiosamente, me gusta bien poco.
La zona muerta es una película que tenia ganas de ver hace mucho tiempo ya que no tuve la posibilidad y creo que espere mucho en verla xq no me sorprendió en lo mas mínimo y tengo que decir que esta sobrevalorado el puntaje tal vez si la hubiera visto 34 años atrás no dijiese esto ,al ver la portada me imaginaba otra cosa y no preste mucha atención a la sinopsis.
El comienzo promete y se me hizo interesante, pero de ahí en más se me hizo lentísima ,y me aburrí en algunos tramos,el final es sorprendente y no te lo esperas x lo menos a mi me paso eso,la trama pienso que para esos años fue original e innovadora,lo mas destacable es la actuación de chistopher walken ,creo que me decepcionó no era lo que esperaba ver ,así lo veo yo ,regulera si no la ven no se pierden de nada y si la ven sacaran sus propias conclusiónes.
Estaba yo un poco con la mosca detrás de la oreja con David Cronenberg porque he visto algunas películas suyas, muchas me han gustado pero otras me han parecido bastante infumables, esto me pasó con ¨Videodrome¨, película de culto que me pareció bastante floja, acto seguido me puse con ¨La Zona Muerta¨, una película de premisa interesante que me ha parecido sobresaliente, aunque a lo mejor yo la hubiese desarrollado de otra manera ¿Visiones más terroríficas? ¿Un corte más de thriller puro? Es que me da la sensación de que ¨La Zona Muerta¨ se queda en esa fina línea entre el thriller y el terror y no se acaba de decidir entre ninguna...Y lo cierto es que ese hecho juega bastante en su contra.
Para empezar tengo que decir que una película de terror o un thriller mejora un 30% con la presencia de Christopher Walken, un actor que siempre me ha dado un mal rollo increíble, desde niño.
Cuando era pequeñito se estrenó ¨Batman Returns¨ y me obsesioné terriblemente con Batman y sus personajes, amaba al Joker, a Catwoman y hasta amaba al siniestro Pingüino, sin embargo había algo que me daba un poco de miedo y era Christopher Walken empujando a Michelle Pfeiffer por la ventana, esa cara, esos gestos, ese pelo extraño, Christopher Walken tiene algo que hace que ¨La Zona Muerta¨ mejore soberanamente, ¡Ya sin empezar! Increíble lo de este tío.
Christopher Walken es un profesor de literatura que tiene una vida sencilla y apacible, sin embargo, una noche aciaga para él tiene un accidente de coche que le deja más de cinco años en coma.
Cuando se levanta de su coma, su vida ha cambiado por completo, se ha quedado sin trabajo y su novia le ha dejado, se ha casado y ahora tiene hasta un hijo pequeño.
Cuando Walken empieza a cuidarse y a relajarse, a tomarse la vida con tranquilidad, descubre que cuando toca a la gente ve el futuro...O en ocasiones el pasado, sin embargo estas visiones le dejan destrozado tanto física como psicológicamente.
La gente alrededor empieza a ver que Walken no es un farsante y la policía acude a él para resolver unos crímenes, lo consigue pero se queda bastante dañado (Recibe un disparo)
El asunto es que yo pensé que ¨La Zona Muerta¨ iba a ir por ahí, con un Walken haciendo de adivino para la policía buscando a un asesino en serio y tal...Sin embargo esa bala se gasta rápidamente y pasamos a ver a nuestro personaje viviendo aislado y dando clases particulares.
Ahí es cuando entra en acción el personaje de Martin Sheen, personaje que además es bastante clavado a Donald Trump, un político peligroso que parece ir ascendiendo en las encuestas y que acabará camino a la Casa Blanca.
Cuando Walken toca a Sheen, ve una escena en la que parece que van a lanzar una bomba nuclear o algo así, por lo que Walken tiene la responsabilidad de asesinar al hombre que se convertirá en el mayor asesino de todos los tiempos.
Como ya digo, interesante premisa la de ¨La Zona Muerta¨, una película corta, divertida, entretenida y totalmente recomendable, con ese aroma de terror ochentero que tanto nos gusta a los aficionados al cine.
Mítico film de Cronenberg, con una atmósfera malsana típica de este director, y excelentemente protagonizada por Christopher Walken.
Una trama muy original, con mucho mucho potencial, pero que se va desdibujando a medida que avanza el film. Y esque tiene un ritmo muy pausado, que hace perder el interés por momentos. Además, no se que pasa con los films de Cronenberg, que envejecen bastante mal, y la fotografía es la que se lleva la peor parte.
No obstante, es un buen film, homenajeado un sinfin de veces, que al menos hay que ver una vez en la vida.
Bueno, La zona muerta es un film interesante pero que no impacta ni inquieta como debería.
Tiene la buena suerte de contar con el fenomenal Cristopher Walken, que como no, deslumbra con su actuación, siendo el resto de secundarios, Sheen, Skerrit, Brooke adams y Herbert Lohm muy corrrectos en sus papeles.
El problema que le veo al film es que ha envejecido bastante mal. La fotografía vista hoy dia parece mas de peli porno de los 70, el desarrollo es algo irregular siendo muy lenta y pesada en algunos tramos. Y su supuesto terror psicológico o suspense tampoco es la gran cosa.
Cronnenberg es un director que nunca me ha gustado mucho, pues le falta mas sentido del espectáculo y del entretenimiento quedandose siempre como un experto en realizar rarezas y extravagancias que por lo general gustan mas ha un reducido sector del público que ha la mayoría.
Con todo La zona Muerta es un buen trabajo a medias, pero que no llega a ser algo grande ni demasiado impactante.
Regular.
David Cronemberg dando el salto hacia EEUU en su primer film con el apoyo de una gran productora y con un guión basado en una exitosa novela de Stephen King. Elementos más que interesantes para darle un vistazo a este pequeño clásico ochentero.
Cronemberg plasma en su película el espíritu de la novela de King aunque aportando elementos típicos de su particular estilo cinematográfico. Se dice que las películas basadas en alguno de los libros de Stephen King, salvo honrosas excepciones, suelen ser películas menores, pues aquí estamos ante un buen ejemplo de que no siempre es así, pues estamos ante un film de cierta profundidad filosófica, personajes convincentes y un ritmo adecuado que te mantiene atento.
Christopher Walken está impecable como Johnny Smith, el profesor de primaria que luego de un accidente automovilístico obtiene poderes psíquicos. Hay varias subtramas dentro del film, la relación de Johnny con su ex novia ahora casada con otro hombre, el caso del asesino en serie de chicas, la relación del Johnny con el hijo del millonario al que da clases particulares, subtramas que Cronemberg nos las muestra a la ligera sin ahondar mucho en ninguna, acaso por no alargar el metraje.
Johnny Smith se convierte en un ser atormentado por el extraño “don” que ha recibido y al final tendrá un duro dilema moral que resolver. A Tim Burton le fascinó la interpretación de Walken, en realidad la presencia escénica de Walken eleva mucho el nivel del film, y cuando Burton decidió rodar su versión del “Jinete sin cabeza” no dudaría en contratar a Walken, para ese personaje, haciendo un guiño a este film por la escena en que Johnny Smith se refiere a la leyenda del Sleepy Hollow.
Basándose en la sólida interpretación de Walken, en un guión convincente y con un climax final con moraleja incluida, Cronemberg nos presenta un film muy aceptable que ha pasado la prueba del tiempo y se ha convertido en una de las obras recordadas del canadiense de la década de los 80s.
Película que pudo ser más pero quedó en el camino. Le faltan momentos de tensión, algún tratamiento oscuro, y cómo no, algún elemento de riesgo, algún sello personal del director, alguna toma atípica, o iluminación tétrica, o cualquier cosa que la desmoldaran de lo que se hacía en su momento. Había mucho, mucho potencial y todo quedó en la corrección, el apuro, y quizá en las limitaciones de un director novato.
El reparto me parece genial, en su mayoría actores conocidos, muchos de ellos esos secundarios ¨de los cuales nunca recordamos sus nombres¨. El ritmo es bueno, entretiene sin atrapar y el final es bien pensado, aunque no tiene ese toque épico que le hubiera sentado tan bien.
Walken y Sheen, geniales como siempre.
Entretiene, y poco más, pero es mucho mejor que la basura de ahora. Es de esas pelis que se miran en su momento con cierta torcedura de boca, pero con los años, al compararlas con el promedio del mercado del cine (yanki) uno aprende a valorar.
Extraordinaria adaptación de la novela de Stephen King que supuso la primera película de estudio del canadiense David Cronenberg.
Tras varias y destacadas producciones en su Canadá natal, Cronenberg, ya con un estilo visual más depurado y un mayor dominio de la narración cinematográfica, puso en imágenes con gran brillantez un magnífico guión de Jeffrey Boam, que sintetiza de forma ejemplar los mayores logros de la novela que le sirve de base. El hecho de rodar un material ajeno, no impide que algunas de las obsesiones del genial cineasta queden reflejadas en la película, especialmente a la hora de detallar la dificultad del personaje protagonista por aceptar los cambios que se producen dentro de su cuerpo (en este caso, más bien de su mente). Aunque genéricamente la historia se sitúa más en el terreno de la ciencia-ficción que en el del terror, Cronenberg nos ofrece algunas de las secuencias más escalofriantes y atmosféricas del cine fantástico de los 80 (especialmente aquella visión en la que el protagonista “ve” como un asesino en serie actúa para acercarse a su siguiente víctima), siempre apoyado por la magnífica y envolvente partitura de Michael Kamen. Christopher Walken está, simplemente perfecto, transmitiendo una constante sensación de angustia provocada por sus dificultades para gestionar su nuevo don (bendición o maldición). La eficiente y atractiva Brooke Adams y el siempre eficaz Martin Sheen (esta vez dentro de un repulsivo personaje) le dan buena réplica.
En el lado negativo, casi nada, tan sólo decir que la historia tarda lo suyo en focalizarse en un hilo narrativo principal (hasta la aparición del personaje que interpreta Martin Sheen), y que quizá los fans del primer Cronenberg se sientan decepcionadas ante su falta de gore, pero, sinceramente, la historia no lo requería.
En resumen, un excelente e inquietante thriller fantástico, con una sólida base literaria y un soberbio trabajo de dirección e interpretación.
Pues he leído la novela, y la película me parece un resumen bastante correcto de esta, pero si no la hubiera leído, me hubiera parecido una película sosa, con muchos fallos de guión y cosas inconclusas.
El problema que tiene es ese, que es una peli-resumen, en dosnde las escenas saltan de unas a otras, dejándose cosas muy importantes del libro sin exponer. Por lo pronto, en los primeros 10-15 minutos te cuentan casi una tercera parte del libro, así que podéis haceros una idea.
De todas formas la película en general no está mal, el prota lo hace bastante bien, y la música acompaña divinamente.
Personalmente, lo que menos me ha gustado es la parte del ¨niño rico¨, que en el libro tenía unos 20 años y aqui tendrá 12... Toda esa parte es más ¨épica¨ en el libro.
Sin embargo, también hay que decirlo, me ha gustado mucho la parte final, con Johnny comprobando el futuro de Stillson antes de morir, y con Sara metida en el follón.
Notable adaptación del libro de Stephen King. Cronenberg retrata la historia como el drama de un hombre que, tras cinco años en coma, ve como pierde todo lo que tenía. Su poder le permite ver cosas (pasadas, presentes y futuras) de la gente que toca, siempre relacionadas con la muerte, lo que lo convierte a la vez en don y maldición. Deprimido y mermado físicamente, busca un propósito para su existencia y su poder.
La trama es buena, entretenida. Envuelta en un manto de melancolía y cierta inquietud. Se podría decir que está compuesta de varias historias relacionadas con las visiones del protagonista, lo que también le pasa factura, pues no llega a desarrollar muy profundamente ninguna de ellas.
Christopher Walken hace una gran interpretación, le queda bien el papel. Y mención especial a la música de Michael Kamen, bonita, con fuerza, lúgubre, muy adecuada.
Merece la pena verla. Amena, personajes creíbles, una historia consistente, y da para meditar sobre su contenido.
Buena película, basada en la novela del genial escritor Stephen King, buen argumento hasta el final y buenas actuaciones, película entretenida de principio a fin. La recomiendo. Le doy un 7.
Comienza con una propuesta correcta y el ritmo de su historia se mantiene en esa línea hasta que finaliza, todo es absolutamente correcto, así que no tengo demasiados reproches al resultado final, salvo que con esta historia podría¨haberse visto algo más allá de lo correcto.
Vistas ya todas las películas anteriores a Vidreome, ya no tengo nada que dudar que todo lo que vino antes no superaba lo interesante, esta en particular era su película más sólida hasta el momento, es más, parece que se recogen ciertas ideas de su anterior película ¨Scanners¨ pero con un guión más sólido de la mano de la novela de Stephen King y con mucho menos riesgo, pero eso sí, siempre yendo por el camino correcto.
La historia no deja de ser fascinante, aunque con el paso del tiempo el hecho de que este hombre tenga un poder psíquico parece algo de andar por casa y que no se sabe por qué camino quería terminar hasta que aparece el personaje de Martin Sheen, creo yo que demasiado tarde ya que para mi gusto la película pasa por cierta laguna, no se si para terminar la construcción del personaje que interpreta Christopher Walken y la evolución de su entorno pero que vamos, ya sea por eso igualmente se me hizo algo lenta.
También tengo que destacar lo mal que ha envejecido con el paso de los años. Aun los medios que empleaba Cronenberg eran muy pobres y se nota en su aspecto final tanto por la mala calidad de la imagen, música e incluso del guión, dando un aspecto de telefilm.
Puede que esta película fuera realmente un paso antes de iniciar los proyectos de mayor calidad que estaban por venir que combinaban el interés hacia lo extraño y el concepto de la nueva carne que ya inició años atrás y esta fuera simplemente una película de encargo dotándola de cierto aspecto pobre que ya tenían sus anteriores películas pero que en esta ocasión debería haber desembocado en algo de mayor calidad por su flamante historia.
Pero bueno, a pesar de todos esos lastres en prácticamente todo lo que se refiera al apartado técnico e incluso a la dirección, es una película curiosa y cuando el ritmo no juega una mala pasada (Que creo que viene afectado por las pocas ganas de adaptar el guión y dirigirla) tiene suficientes detalles como para no dejar una mala impresión final a pesar de ser una película irregular.
Y lo mejor, su final, aunque fuera el típico final que gira sus tuercas un montón de veces para que no acabe de la forma más fácil, esa forma de ¨complicarse¨ la vida termina mereciendo la pena porque finaliza de forma muy aceptable para el que recibe el correctivo.
Pero exijo una nueva adaptación de esta historia porque merece matizar todo como se merece, ya que no hace falta olvidarse del interés inicial del poder psíquico con los consiguientes apartados de acción.
Chocante el comienzo donde cuenta la historia del jinete sin cabeza de Sleepy Hollow al que interpretaría bastantes años después... su papel de visionario le viene al pelo con esta anécdota.
Una de las pocas obras de King que se llevan al cine de una manera correcta.
Cierto es que no envejece muy bien y necesitaría una buena remasterización.
Walken está ideal en su personaje mientras que Sheen está totalmente desaprovechado.
Igual criticaría la manera en la que entrelazan todas las historias ya que parecen un ¨corta y pega¨ sin mucha conexión, pero por lo demás todo es muy aceptable.
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Mad Warrior
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¨Los profetas son la encarnación del Mal, aún profetas, pájaros o demonios, por el cielo que cubre nuestras cabezas, por el Dios al que adoramos...¨.
No son héroes, van arrastrando con gran melancolía una sabiduría que rechazan sin dudar, pues les consume hasta en lo más profundo de su ser.
Por esto un profeta puede formar parte del marco de protagonistas que pueblan las novelas de Stephen King, ya que reúnen todas las condiciones para no ser vistos como héroes, sino como seres poseedores de un gran poder apartados de la sociedad precisamente por la existencia de éste; ¨The Dead Zone¨, una de sus primeras obras, es la perfecta muestra de ello. Cuando ¨Carrie¨ fue llevada a la gran pantalla se desató una fiebre por adaptar sus trabajos; el que aquí nos atañe formó parte de un complicado proceso en el seno de la industria cinematográfica, iniciado poco después de su publicación en 1.979.
Un borrador de Jeffrey Boam iría cambiando de manos hasta llegar a las del productor Dino de Laurentiis, a quien no convenció pidiendo al propio King una nueva adaptación, también rechazada. Con Debra Hill en el proyecto junto a un David Cronenberg recién salido de la ardua producción de ¨Videodrome¨, y que cubría los puestos de los expulsados Stanley Donen y John Badham, se recurrió de nuevo a Boam, en lo que fue un trío ejecutivo revisando la historia a conciencia antes de iniciar el rodaje; como en toda adaptación de una novela del autor, el guión final, revisado a seis manos, dejaría a un lado (sin más remedio, ya que consta de más de 400 páginas) muchos elementos, personajes y sucesos que daban a ¨The Dead Zone¨ una dimensión más profunda y dramática.
Cambios que el lector puede apreciar desde el mismo principio con la supresión del extraño prólogo que ofrecía King, empezando el film con la noche en que el acomodado y apacible profesor John Smith ve su vida hecha pedazos en un accidente de tráfico que le deja en coma por cinco años. Sin trabajo, sin su novia Sarah, con la que se iba a casar, y sin sus piernas...pero John parece haber ganado algo tras la desgracia: un poder psíquico especial que le permite observar el pasado, el presente y el futuro y la oportunidad de cambiar éste. Con precisión narrativa, Cronenberg se mueve raudo en la historia.
Pronto descubrimos que en ella no hay ciencia-ficción, ni fantasía, ni suspense. Hay por encima de todo un inconsolable drama, el de un hombre de existencia abrasada por la desdicha, incomprendido y tratado por los demás como un fenómeno de circo para su beneficio y cuya mente resulta ser una brecha abierta en el tiempo y el espacio, en cuyas fisuras puede penetrar, mientras el mundo se muestra falso y doloroso ante sus ojos; será la propia Sarah la que venga a confirmar esto en una descorazonadora secuencia en la que Johnny se prepara para cenar junto a una familia que no es la suya, que desea con toda su alma, pero que no puede tener.
Boam entonces recurre a un sistema, a todas luces fallido, que elimina la más apropiada sucesión de acontecimientos paralelos propuesta por King en su obra: un asesino aparecerá, y luego un niño que se convierte en pupilo de Johnny, y más tarde un político con ansias de poder llamado Stillson.
Esto da pie a una extraña estructura de varias pequeñas tramas sujetas con un hilo muy fino (o, mejor dicho, con esparadrapo) orbitando alrededor del protagonista, quien sin desearlo se halla acorralado entre ellas. Pareciera que estamos ante el piloto de una serie de televisión que nunca se realizó; rechazando la violencia visceral y el horror demencial que cruza por sus obras y ateniéndose a cánones más comerciales y comedidos, Cronenberg se maneja en el suspense (con la historia del asesino en serie, nada aprovechada) y el drama (con la de Chris) haciendo concesiones a la ficción y al terror psicológico.
Todo para acabar con una intriga política con aroma a cine de Pollack o Frankenheimer (más concretamente, a la paranoia de ¨El Mensajero del Miedo¨) donde el ¨héroe¨ se enfrenta a su destino y a Stillson, superficie de proyección apenas maquillada del presidente Reagan (¿o Kennedy?) y personaje mucho más desarrollado en la novela. El hecho de narrar la historia desde un único punto de vista, el de Johnny, permite al canadiense construir un ¨thriller¨ intenso en el que los rebotes ilógicos del suspense son absorbidos por otra lógica:
La expresión impasible que el director siempre ha elegido para sus propias interpretaciones como narrador, y que Boam reproduce a cada situación, es también la misma que todos adoptamos en nuestras fantasías o pesadillas.
El protagonista está atrapado en la suya y, del mismo modo, el espectador. Aun así, el resultado final no es tan satisfactorio ni completo, obviamente, como en la novela.
Christopher Walken se convierte, por obra y gracia de una magnífica encarnación, en el pilar fundamental en el cual se apoyan todas las situaciones (normales y paranormales) y los demás personajes, destacando la presencia de grandes actores como Tom Skerrit, Herbert Lom, Anthony Zerbe y un Martin Sheen histriónico, inquietante y de lo más detestable. Michael Kamen se pone al frente de una banda sonora aceptable en sustitución de Howard Shore, eterno colaborador de Cronenberg.
Éste, por otro lado, se separa de su habitual estilo facturando una obra de atmósfera enrarecida y sombría cuyo motor no es sino la motivación y sentimientos de los personajes y la radiografía, ácida a más no poder, de esa América profunda y bienpensante a través de sus anomalías. Un éxito a medias; a los más puristas no les entusiasmó, la taquilla respondió con unas buenas pero no escandalosas cifras, la mitad de la crítica se deshizo en halagos por el trabajo del cineasta y al parecer Stephen King estuvo encantado.
Hay que decir que, de todas las adaptaciones de sus novelas, y más aún de las realizadas en la década de los 80, la de ¨The Dead Zone¨, pese a sus muchos fallos, es una de las más eficaces.
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