Ficha Terremoto en Pájaro Island


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Críticas de Terremoto en Pájaro Island (1)




Mad Warrior

  • 25 Dec 2023

2



Cuando, tras la terrible catástrofe, escuchas algo como “¿No dicen que cuando hay un terremoto debes ponerte bajo el marco de una puerta?...pues se me ha caído encima“, sabes que las cosas no van bien y que, además de la mencionada, hay otras catástrofes importantes que atender...

Y es la que pudo dar origen a esta producción televisiva de baja estofa que nos ocupa, a cargo de Rex Piano, un veterano tanto de la industria como del género de desastres de quien no considero necesario nombrar más obras suyas, baste con rescatar para mi desgracia este título tan agazapado en los confines de mi memoria, “Faultline“, que por no ser un aficionado al arte del “zapping“ “disfruté“ durante una aburrida sesión de tarde de sábado hace ya tal vez más de quince años...y que ha regresado a mí exactamente del mismo modo.
Acto de expiación, pues entonces no tuve oportunidad de exprimirle todo el jugo, y da para mucho, desde la animada introducción en las costas de Florida que pareciera el comienzo de un vídeo pornográfico de los “90, sólo para pasar a algunas escenas bajo el agua calcadas a “Tiburón“. Pero no, es “Un Pueblo llamado Dante“s Peak“ lo que se recuerda cuando un géiser de azufre entorpece las vacaciones de una pareja de turistas...porque el aviso del gran cataclismo siempre tiene que perjudicar a una pareja de turistas; este es el primero de los millones de clichés por los que se distinguirá el guión de Peter Sullivan (otro acostumbrado a los lares de la vergüenza ajena televisiva).

Por ejemplo hacer que el peso del protagonismo y la heroicidad recaigan sobre el clásico geólogo, mal marido y peor padre que nunca está cuando le necesitan (ni para asuntos personales ni profesionales, no se lo pierdan). Este es el muy esforzado Doug Savant, a quien yo sólo relaciono con su papel del sargento O“Neal en “Godzilla“, y encargado de vigilar los temblores de esta soleada población de Pajaro Island, donde, cosa curiosa, todos los extras son negros y todos los protagonistas son blancos, cada uno menos interesante que el anterior.
“Faultline“ es un esfuerzo tedioso, y como siempre los personajes implicados se van presentando poco a poco hasta que sucede la catástrofe, basada en algunos derrumbamientos y un par de movimientos bruscos con la cámara; los expertos hablan luego de un 11 en la escala de Mercali, pero no será tan dramático el terremoto si al terminar los habitantes caminan por las calles con la mayor de las parsimonias. Y el pilar argumental gira en torno al derrumbe de un edificio en construcción donde ha quedado atrapada su arquitecta y ex-mujer del geólogo (Brandy Ledford, otrora sensual modelo de Penthouse y actriz de 6.ª o 7.ª categoría) junto a tres individuos más.

Tres estereotipos más, ¿cómo no?: el joven resolutivo y fuerte al que siempre le pasa de todo, el ricachón/magnate cínico preocupado sólo de los daños económicos (que sabes que fenecerá a mitad de metraje) y la joven sexy que esconde alguna enfermedad y determina la carrera contrarreloj (encomiable cómo la cámara enfoca en primer plano los senos de Catherine Munden cada vez que puede, sólo por eso la película obtiene dos puntos extra). Se supone que todo este drama, entre la peripecia de los atrapados bajo los escombros y los esfuerzos de los que están arriba para rescatarlos, debe generarnos algún tipo de tensión.
Pero con el bajo presupuesto, la nula capacidad interpretativa y la aburrida dirección que hay aquí este tramo se hace larguísimo, e irrita incluso más la repetición de los hechos (el “héroe“ entra al rescate, hay un derrumbe, sale del edificio sin haber logrado nada, vuelve a entrar, sucede otro temblor...); para colmo de males la atención se desvía hacia una especie de planta química (alucinante que una población tan insignificante como esta posea tantas cosas) donde se ha desatado un incendio, y que se conectará (qué sorpresa) a la situación del edificio derrumbado.

De cliché en cliché y sigo porque me aburro, como la intención del guión es devolver la responsabilidad al irresponsable padre y ex-marido, está claro que hará todo lo posible para sacar con vida a los damnificados, y también está claro que sólo el que se lo merece se quedará por el camino (teniendo su minuto de gloria sacrificándose por todos, es obvio).
La manera de interactuar entre los personajes es de lejos lo mejor, que se debate entre diálogos llenos de sarcasmo y chistes sin gracia o grandes peroratas melodramáticas que irónicamente funcionan mejor para provocar la risa involuntaria (las charlas con lágrimas en los ojos sobre los tiempos pasados entre el geólogo y el sheriff, su ex-yerno, son una joya). A pesar de haber pasado rápido, quizás por la agria nostalgia con la que he ido recordando cada una de las escenas, dejaré pasar un tiempo prudencial hasta verla de nuevo...otros quince años serán suficientes.



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