otra copia de madmax a la italiana de la mano de castellari con un reparto conocido, tiene fallos garrafales y risibles a la vez, de esas peliculas que tan malas es buena .
rayos lazeres, autos futuristas, zonas deserticas y todo lo que podes esperar de un sucedaneo de madmax nivel cutre.
entretiene y la pelea final deja mucho que desear... creo que lo que uno mas recordara de esta pelicula sera el ritual de iniciacion.
Otra vez el director italiano Enzo Castellari con sus copias baratas, y cómo no, tan oportunista como siempre lo ha sido. Por el título ya os habréis imaginado de que va la cosa... Sí, una imitación de ¨Mad max¨, con sus toques a lo ¨1997, rescate en New york¨.
Todo rodado en una especie de cantera abandonada (o algo parecido), en el que el argumento es básicamente: -¨venga, coged vuestros coches destartalados, e iros a liarla por ahí¨. El resultado es un desdichado fracaso, aunque contenga cierta simpatía. Eso sí: al menos no aburre (del todo), puesto que en general está repleta de una acción mas bien barata, pero a ratos eficaz. El reparto es para reír, y encima los FX son simples, típicos, y estereotipados a tope; la verdad es que no vais a ver nada que no se haya visto antes. Así que ya lo sabéis: Si gozasteis con ¨El exterminador de la carretera¨, o ¨1990, los guerreros del Bronx¨, y otros subproductos de la misma calaña, esto es ideal para vosotros; a los fanáticos de la saga Mad Max no se la recomiendo.
Para mi gusto personal: Pasable y poco más. -RESERVADA A FANÁTICOS DE GUERREROS FUTURISTAS (sobretodo italianos, jejeje). Puntuación: 5.
Siguiendo con la moda de copiar y sacar el máximo partido a los modelos de películas que estaban teniendo éxito desde finales de los 70 hasta mediados los 80 por parte de directores y productores italianos, Enzo G. Castellari en la dirección, y Frabrizio de Angelis en la producción, decidieron aprovechar el tirón de Mad Max (1979) y Mad Max 2 (1981), que dirigiera George Miller en esos años, y que dieron pie a un concepto nuevo dentro del cine apocalíptico, al combinar acción, road movie y parajes desérticos.
Castellari afrontó esta película con muy pocos medios pero con ganas e imaginación...y pese a que la falta de medios sea latente en todo el film, no deja de ser simpática y entretenida...e incluso nostálgica para los que recordamos cintas como esta, que en nuestra niñez abundaban en las estanterías de los video clubs.
La película nos sitúa en un hipotético año 2019, donde ha habido una gran guerra mundial y la Humanidad ha sido casi devastada. Hay unos títulos de crédito iniciales y un plano secuencia bastante gracioso, al mostrarnos un par de esqueletos (de un hombre y una mujer) ataviados con una especie de traje futurístico de combate.
Cuando nos enfrentamos a un film sobre un hipotético futuro, yo siempre digo que hay que ponerse en el contexto de cuando se rodó la película y situarnos en ese futuro alternativo que en dicha historia, es así...un futuro alternativo inventado, que nada tiene el porqué ver con el presente actual. El film se rodó en 1983 y y se muestra lo que en esta historia ocurrió 36 años después...en el 2019.
El caso es que Castellari nos pone en situación y nos muestra un futuro donde no hay ciudades sino campamentos...donde todo son descampados y donde un grupo de exaltados dirigidos por un iluminado, quieren acabar con toda la Humanidad. El líder está interpretado por el carismático George Eastman (Luigi Montefiori) que la verdad es que deja alguna que otra frase filosófica y apocalíptica bastante digna.
Por otro lado tenemos a los “buenos” de la historia… Scorpion, que es un lobo solitario con un vehículo bastante estrafalario (atención a la cúpula de plástico que lleva incorporada), Nadir , interpretado por el sempiterno Fred Wiliamson y que porta un arco con flechas explosivas...y luego la chica, Alma...y un niño que es un manitas y que todo lo arregla.
Hay grupos de nómadas que van en caravanas y que buscan señales de signos de vida, algún atisbo de asentamientos de ciudades o estructuras organizadas...y que son arrasados por el grupo de los Templar, bajo el mando de One (George Eastman).
La trama es bastante simplona y carece de un guión de interés, ya que prácticamente no ocurre nada destacable, nada que que lleve a la historia a dar un giro o que pueda sorprender. Todo se basa en persecuciones, enfrentamientos, disparos y explosiones.
Lo que sí que llama de alguna manera la atención son algunos elementos curiosos que posee el film. Por ejemplo, que los malos vistan de blanco...blanco inmaculado...y los “buenos” de negro… La escena del ritual de iniciación de los templar...que la verdad que no esperaba… One, el líder, somete a Scorpion a un acto homosexual como humillación y tortura...(¿que le pasaría a Castellari por la cabeza para querer ofrecer esta escena?) El caso es que Scorpion tiene sexo dos veces en el film, y de las dos maneras posibles: sexo hetero con la chica, Alma….y luego sometimiento homo con One. , casi nada…
En conjunto, como he dicho, el film no queda mal del todo por el efecto nostalgia y porque es entretenido, pero hay que reconocer que le faltó algo más para poder tener ese aura de culto, que sí rodean a otras películas. Por ejemplo, los paisajes no están del todo explotados...faltaron escenas en zonas donde se mostrara más esa sensación de apocalípsis. Parece ser que las localizaciones fueron en los alrededores de Roma. Tal vez faltaron parajes desérticos, áridos...alguna zona boscosa, algo distinto que no los descampados que aparecen en la película.
Mucho decorado de hojalata, algunas viviendas semi destruidas que fueron aprovechadas y los vehículos...que no son otra cosa que coches adaptados, transformados para dar la sensación de futurismos. Lo que sí es todo un referente, y es por lo que más recordaba a la película desde niño cuando la vi por primera vez, son esos artilugios que poseían los vehículos. Esas cuchillas volátiles, taladradoras, lanzallamas… son una verdadera gozada, aunque a veces hay que admitir que producen risa...parecen como de juguete.
Y no mucho más que destacar, lo único tal vez lo que se muestra que hace referencia al título : Los bárbaros que asolan la tierra. Igual que ocurrió en la caída del Imperio Romano, cuando hordas de bárbaros del norte de Europa arrasaban el supuesto mundo civilizado. Solo que en el film no van con caballos, armaduras y espadas...sino con coches futuristas, trajes blancos y modernas armas. En realidad, solo cambia el exterior...el Ser Humano guarda dentro un bárbaro que asoma cuando hay cualquier atisbo apocalíptico, caída del orden o descontrol...
Película del rollo Mad Max, futuro post-apocalíptico con gente que se pasea en coches con tuneados paranóicos (la cúpula de luz verde del coche del prota es lo más absurdo que he visto en mi vida), y con un grupo de ¨bárbaros modernos¨ que se dedican a... exterminar a todo el que se encuentran porque... sí. Ejem.
Mucha acción, escenas muy tontas, otras bastante guays (las armas de los coches molan, sobre todo la cuchilla cortacabezas), luego tenemos a un prota que no sabemos muy bien del rollo que va... un niño que es un supermecánico ¿¿?? y un par de buenorras (uno se esperaría que en una película de este tipo, salieran más, pero... parece que está dirigida a otro tipo de público... y si no que se lo digan al prota y como le dejan el pompis xDDDD).
Actores que van de lo malucho a lo peor, y una banda sonoro electro-rallante que la mayoría del tiempo brilla por su ausencia...
En fin, cutre pero entretenida.
¡Oh,como olvidar las copias italianas post-apocalipticas de los 80!Esta bastante bien a pesar de su cutrez,como siempre Castellari mezclando varios éxitos de taquilla en EE.UU. y copiando exageradamente ¨Mad Max 2,vuelve con sus simples y violentos argumentos que solo conllevan al rancio ejercicio de engañar al publico,por su parecido con los originales.Vuelve a trabajar con el Fred Williamson,estrella del ¨Blacksplotation¨ con un look para no perdérselo. Entretiene,pero es un descaro.
Con aspecto ¨demasiado futurista¨ y una trama tipica de la epoca.
El estilo de los trajes,armas,vehiculos,etc.,parece una mezcla entre ¨Star Wars¨,¨Power Rangers¨ y ¨Mad Max¨ que los italianos se dedicaron a explotar mucho por los ¨80.
Muy cutre esta cinta futurista y ¨ciberpunk¨ digna de cualquier estanteria de un antiguo videoclub.
Que pelicula!es pura accion(y risas).Desde que empiezan hasta que acaba son tiros,masacres,persecuciones...menos alguna pausa para mostrarnos una escena guarreta(jeje,estos italianos).Con los titulos de credito ya dice bastante;una maqueta de alguna ciudad y un currante hechandole humo simulando la hecatombe nuclear.El grasiento George Eastman y sus secuaces son de lo mas originales.Vestidos con trajes de blanco espacial.Uno de ellos lleva un look con cresta y trenzas y el otro un rubiales con coleta recogida por la mitad al mas puro ochentero.Los coches que llevan mas horribles no pueden ser.Son cochecitos de Golf que no alcanzan ni los 40km por hora,haciendo un ruidito insoportable,todo ello maqueados con cartones y chapas de aluminio con artilugios mortales para hacer la vida imposible a todo dios,y no se sabe ni porque.El prota y compañia otros que no se salvan en este festin de barbaridades(En especial el coche del prota y la estetica de Fred Williamson).Los decorados son todo rodados en vastos descampados de algun pueblecillo a las afueras de Roma.Y bueno,lo mejor de todo es que hay sangre,desmembramientos,explosiones humanas y maniquis,muchos maniquis.Todo un festin que vale la pena ver si te gusta el cine apocaliptico italiano y no tomartelo muy en serio
Italia de nuevo en acción, esta peli es otro de esos émulos de Mad Max, salvajes de la autopista con bastante violencia y siguiendo muy fielmente el esquema de Mad Max 2,el guerrero de la carretera como solía ser habitual en estas imitaciones. La mejor de ellas fue "2019: Tras la caida de Nueva York".De esta destacar la presencia de Giovanni Frezza, el niño de "aquella casa al lado del cementerio" por lo demás héroes y villanos de carton piedra, mucha violencia y una peli que imagino, gustará a los fans de éste tipo de filmes futuristas.
Críticas: 9
Mad Warrior
5
Se levanta el Sol. Una tierra donde sólo hay cadáveres, y también aparecen chiflados, con armas y ansias de matar o con la fe de que debe de haber algo más que destrucción y caos.
Nadie se salva de la locura...
La locura llegó un 18 de Agosto de 1.982, cuando la secuela de ¨Mad Max¨ aterriza en la cartelera italiana, revolucionando el concepto de ¨aventura en futuro apocalíptico¨, tanto que se convertiría en una sensación a explotar durante toda la década; no sólo sucedió en la tierra de los espaguetis, claro, pero sí fue donde se realizaron las imitaciones más divertidas, en opinión de un servidor. Y si bien hubo quienes lo intentaron con algún o ningún éxito, jamás superarían al que sí logró Enzo Castellari (¿y cómo no lo iba a lograr siendo el mejor director de acción de su país?).
En efecto, compatriotas suyos ligados a la explotación de bajo estrato se dedicaron uno o dos años a ello; él no obstante pasó a la Historia gracias a su hoy legendaria Trilogía del Futuro tras la oferta del sr. Fabrizio de Angelis, quien le dio esa buena idea de ¨hacer algo parecido a las películas americanas¨. La presente se llevó a cabo en unas semanas tras disfrutar de la enorme fama cosechada por ¨1.990: Los Guerreros del Bronx¨, esta vez en el extrarradio y espacios abiertos de su tierra natal; así empieza ¨Los Nuevos Bárbaros¨, entre el polvo del desierto y los cuerpos descompuestos de aquellos que no pudieron sobrevivir a la última guerra nuclear.
Se nos sugiere durante los créditos, acompañados de una de esas melodías ¨techno¨ tan entrañables de la época (una ovación para Claudio Simonetti); ahora, como siempre, reinan los bastardos entre los restos que han quedado de la civilización, luchando por llegar a una Tierra Prometida lejos de ellos. Pero todo atisbo dramático, que da para estas historias, es demolido de un plumazo por el descaro y el sentido del humor del director, además de su fértil imaginación, que juega a ver cómo puede superar el nivel de esperpento de una secuencia tras otra.
De hecho nada nos haría pensar que esta fábula ¨crazypunk¨ tiene lugar en un planeta post-nuclear, cuyo escenario se basa en amplios páramos verdes con sus limpias lagunas, nada que ver con aquellos desiertos rojos, sofocantes y desoladores de la obra capital de Miller. Aquí parece que una panda de amigos un tanto imbéciles se han disfrazado, pasado por el taller a ¨tunear¨ sus coches y salido a las afueras a representar un espectáculo ¨freak¨; y ellos son los Templars, clásico grupo de sádicos liderado por un fanático pasado de vueltas de destructiva filosofía, al estilo del ¨Humungus¨, pero menos imponente y más patético (Luigi Montefiori repelente en extremo, y con una fuerza brutal: ¡descuajaringa una biblia por la mitad!).
La falta de explicación sobre cómo tras la destrucción de la civilización se tiene acceso a recursos, alimentos y armas de alto calibre permite regodearnos en la ilógica ¨pop-nuke¨ desplegada por Castellari a lo largo de escenas donde deja sus conocidas ¨marcas de la casa¨ (sus lentos planos ¨peckinpahnianos¨ en especial) y disfruta de la ultraviolencia más excesiva, como si plasmara las páginas de alguno de los cómics de 2.000 A.D.. Siguiendo los esquemas de ¨Mad Max II¨, pone a un pobre grupo de supervivientes, aquí de fe cristiana, contra el nihilismo caníbal de One y sus idiotas, y a un estereotipado héroe en mitad del enfrentamiento.
Este duelo entre dicho líder y el protagonista, Scorpion (muy soso Giancarlo Prete), uno de sus soldados reciclado en héroe cínico que huye de su pasado, remite a los ¨spaghetti westerns¨ que el de Roma realizaba años antes, pero dejando en el aire aquello que realmente les une, al igual que al último y a Nadir (¡¿pero por qué en este desierto se conoce todo el mundo?!), ni más ni menos que Fred Williamson interpretándose a sí mismo y disfrutando como un niño con las cosas que el director le pone encima, quien (ayudado de Antonio Visone, Mario Giorsi y Germano Natali) nos regala todo un impresionante catálogo en cuanto a parafernalia baratera-futurista se refiere.
Lo que usted desee en el mercadillo del páramo post-nuclear: arcos con miras telescópicas y flechas que explosionan, armaduras de materiales ultra-resistentes, armas de munición infinita (las cuales, gracias a los divertidos trucos de sonido, pareciera que disparan lásers) y sobre todo esos vehículos surrealistas con luces de discoteca y un equipo que va desde metralletas y lanzallamas a cuchillas, redes, torretas y lanzacohetes (¡ni John Rambo soñó con algo semejante!). Es desde luego lo más destacado en esta historia sin historia sólo sujeta a la venganza recíproca y unos personajes que primero van, luego se marchan y después regresan y se matan.
Así sin rumbo fijo ni verdaderos objetivos (el personaje, nunca mejor dicho, de Williamson, es un claro ejemplo de que disfrutar del sinsentido injustificado es lo mejor), más o menos como el romance entre Scorpion y la explosiva ¨Miss Italia¨ Anna Kanakis o la participación del niño que está cuando más se le necesita (Giovanni Frezza, habitual de la ¨exploitation¨). Pero no es necesario pensar para dejarse arrastrar por el frenesí psicotrópico de esta aventura que no disfraza su condición de comedia descarada, a pesar de tanta masacre, tanto cuerpo atropellado o reventado...
Y de hacernos sufrir con el castigo más patético, sádico y cruel que se haya concebido para el héroe, algo inédito en la Historia del cine, como también ese pequeño aparato que éste conecta a su coche para escuchar música; el visionario Castellari se adelanta en décadas al pendrive y su peripecia es amada al momento por los fanáticos de la fantasía ¨freak¨.
Ninguno de sus coetáneos hará algo tan colorido, tan deliciosamente descacharrante, dejando claro que son los italianos quienes filman los mejores ¨rip-offs¨ de los 80. ¿Hay dudas? Inmediatamente después haría la secuela de ¨Los Guerreros del Bronx¨, por si fuera poco.
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