Soporífero y decepcionante film del desconocido Brandon Slagle, que toma engañosamente el legendario caso del asesinato de la Dalía Negra como elemento narrativo sobrenatural con resultados muy pero muy pobres.
La trama se centra en Holly, una mujer que viaja a Los Ángeles a visitar a su hermanastro ciego, internado en un psiquiátrico por haber asesinado a sus padres. Tras entrevistarse con el extraño psiquiatra que lo trata, Holly se dará cuenta que el médico tiene una extraña conexión con lo que parece ser una entidad demoníaca, que se asocia a Elizabeth Short, una bella mujer aspirante a actriz que fue brutalmente asesinada y descuartizada en 1947, y cuyo caso nunca se cerró.
Un intento bastante pretencioso y realmente irregular es que el director y actor Brandon Slagle presenta en este thriller sobrenatural que carece fuertemente de suspenso y tensión, principalmente por tener un guión muy disperso, confuso y lleno de diálogos vacíos y amateurs, y que desperdicia de forma absoluta la idea de poner una entidad demoníaca como fuerza narrativa que guíe los hechos. El guión naufragia en todos los sentidos, sin abordar ni concentrarse en ninguna de las insinuaciones que hace y perdiéndose en un limbo argumentativo que cansa e irrita al espectador. Y es que no ahonda en –ni siquiera explica- el publicado y legendario enigma del asesinato de Elizabeth Short, ni aborda la psique del asesino que emula al perpetrador del crimen de la Dalía Negra, ni tampoco se esfuerza por concentrarse en las relaciones entre los personajes principales y sus traumas, como es el caso de la extraña relación de Holly y Tyler. En fin, un guión muy básico que se queda en nada. Ni hablar de los incontables errores como por ejemplo como los supuestos dibujos del hermanastro ciego de Holly, Tyler, son en realidad impresiones de fotografías; que la calidad de la “investigación” por parte de Holly y el raro Dr. Owen se reduzca a consultar la Wikipedia; o que el mismo Tyler parezca ver cuando su hermanastra se va de la clínica por la ventana, cuando no debemos olvidar que es ciego.
El bajo presupuesto de la película, pero por sobre todo la baja creatividad, porque estamos claros que un film puede ser pobre en cuanto a recursos pero no en cuanto a creatividad, sigue condenando a esta cinta, cuyos irrisorios efectos especiales demuestran que el “equipo técnico” no se craneó mucho para presentar la neblina negra que representa al espectro de Short, al parecer hecho con una acuarela o el Paint, o el pobre maquillaje de las muy pocas escenas en que muestran a Short siendo violentada.
Finalmente, señalar que la película termina por hundirse con sus paupérrimas interpretaciones, comenzando con una protagonista, Devanny Pinn, que nunca convence y que debería haberse visto confundida, contrariada, por último intrigada. Un sonso y lineal Britt Griffith es el Dr. Owen, un personaje que a los pocos minutos de metraje aparece y cuya pésima interpretación ya te anuncia que esto viene mal, debe ser uno de los peores villanos del último tiempo. Finalmente, Brandon Slagle, el director, también actúa, interpretando a un psicótico vidente, que también se ve influenciado por el espectro de Short, y que se dedica a simular ataques epilépticos que ni su abuela le creería.
En resumen, una verdadera pérdida de tiempo, un vil engaño de uno de los casos de asesinato más mediáticos del siglo pasado, que puede irritarte o hacerte bostezar, en el mejor de los casos.
mahotsukai
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Soporífero y decepcionante film del desconocido Brandon Slagle, que toma engañosamente el legendario caso del asesinato de la Dalía Negra como elemento narrativo sobrenatural con resultados muy pero muy pobres.
La trama se centra en Holly, una mujer que viaja a Los Ángeles a visitar a su hermanastro ciego, internado en un psiquiátrico por haber asesinado a sus padres. Tras entrevistarse con el extraño psiquiatra que lo trata, Holly se dará cuenta que el médico tiene una extraña conexión con lo que parece ser una entidad demoníaca, que se asocia a Elizabeth Short, una bella mujer aspirante a actriz que fue brutalmente asesinada y descuartizada en 1947, y cuyo caso nunca se cerró.
Un intento bastante pretencioso y realmente irregular es que el director y actor Brandon Slagle presenta en este thriller sobrenatural que carece fuertemente de suspenso y tensión, principalmente por tener un guión muy disperso, confuso y lleno de diálogos vacíos y amateurs, y que desperdicia de forma absoluta la idea de poner una entidad demoníaca como fuerza narrativa que guíe los hechos. El guión naufragia en todos los sentidos, sin abordar ni concentrarse en ninguna de las insinuaciones que hace y perdiéndose en un limbo argumentativo que cansa e irrita al espectador. Y es que no ahonda en –ni siquiera explica- el publicado y legendario enigma del asesinato de Elizabeth Short, ni aborda la psique del asesino que emula al perpetrador del crimen de la Dalía Negra, ni tampoco se esfuerza por concentrarse en las relaciones entre los personajes principales y sus traumas, como es el caso de la extraña relación de Holly y Tyler. En fin, un guión muy básico que se queda en nada. Ni hablar de los incontables errores como por ejemplo como los supuestos dibujos del hermanastro ciego de Holly, Tyler, son en realidad impresiones de fotografías; que la calidad de la “investigación” por parte de Holly y el raro Dr. Owen se reduzca a consultar la Wikipedia; o que el mismo Tyler parezca ver cuando su hermanastra se va de la clínica por la ventana, cuando no debemos olvidar que es ciego.
El bajo presupuesto de la película, pero por sobre todo la baja creatividad, porque estamos claros que un film puede ser pobre en cuanto a recursos pero no en cuanto a creatividad, sigue condenando a esta cinta, cuyos irrisorios efectos especiales demuestran que el “equipo técnico” no se craneó mucho para presentar la neblina negra que representa al espectro de Short, al parecer hecho con una acuarela o el Paint, o el pobre maquillaje de las muy pocas escenas en que muestran a Short siendo violentada.
Finalmente, señalar que la película termina por hundirse con sus paupérrimas interpretaciones, comenzando con una protagonista, Devanny Pinn, que nunca convence y que debería haberse visto confundida, contrariada, por último intrigada. Un sonso y lineal Britt Griffith es el Dr. Owen, un personaje que a los pocos minutos de metraje aparece y cuya pésima interpretación ya te anuncia que esto viene mal, debe ser uno de los peores villanos del último tiempo. Finalmente, Brandon Slagle, el director, también actúa, interpretando a un psicótico vidente, que también se ve influenciado por el espectro de Short, y que se dedica a simular ataques epilépticos que ni su abuela le creería.
En resumen, una verdadera pérdida de tiempo, un vil engaño de uno de los casos de asesinato más mediáticos del siglo pasado, que puede irritarte o hacerte bostezar, en el mejor de los casos.
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