Tercera entrega de las entretenidas peripecias de Matt Helm, o, mejor dicho, de Dean Martin haciendo de caricatura de si mismo bajo el nombre del serio agente secreto literario Matt Helm.

Dean Martin, pues, vuelve a pasearse por la película como Pedro por su casa, apropiándose de ésta sin rival aparente pues los malosos son aquí bastante vulgares. Lo acompaña Janice Rule, una actriz de carácter muy mona, como su compañera en ICE Sheila Sommers, agente secreto y piloto espacial a la que los malos volvieron loca y, recuperada, clama venganza. Senta Berger, que el año anterior había hecho otra peli de espionaje, la muy seria “Conspiración en Berlín”, interpreta a una agente rival.

Dirige de nuevo Henry Levin y guion vuelve a ser de Herbert Baker. Este es el peor de los tres que firmó el guionista: el argumento no tiene sentido alguno, los chistes son más malos que nunca y hay pocas escenas excitantes. De nuevo son Levin y Martin los que llevan en volandas la película con su espíritu divertido.

Técnicamente destacan unos nefastos FX, un vestuario post-ye-yé bastante chulo y la excelente banda sonora de Hugo Montenegro.

Película entretenida y que se ve de un tirón, pero que es de lejos la peor de las tres que se iban haciendo: no tiene el encanto de sus antecesoras, y Dean Martin se divierte, sí, pero solo Rule sabe darle de verdad la réplica y eso hace que la película se centre demasiado en la pareja protagonista. Tengo que ser justo con la nota.

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