Que un fotograma de una película rusa se use como ilustración de la acepción “animación” de una enciclopedia hecha durante la España franquista, no puede ser una cualquiera. Ésta de la que hablaremos aparece (en la vetusta “Monitor” de Salvat), lo que da idea de su calidad.
Si en 1939 vimos la convincente respuesta de Paramount y los hermanos Fleischer al binomio Disney/RKO, aquí vemos una respuesta Soyuzfilm/Politburo, basada en un cuento de Hans Christian Andersen, con lo que tendremos lagrimilla fácil y un final feliz y aleccionador, como casi siempre era el caso en las inmortales obras del genio del romanticismo danés (que no tan solo fue un gran escritor de cuentos, sino que sobresalió también en la literatura descriptiva de viajes).
Desde el principio vemos que no estamos ante una producción de segunda: se usan técnicas avanzadas (copiadas de la Disney: creo que se usa la técnica de las capas de cristal) que dan sensación de profundidad, acompañando a un bello colorido, una animación suave (parece que hayan usado rotoscopia) y unos diseños de paisajes y personajes de lo más estlizado. Además, el guion es excelente, manteniendo la inocente historia de amor entre un niña y un niño, tentado por la malvada diablesa que es la Reina de las Nieves (que tiene un considerable sex-appeal, como la madrastra de Blancanieves) para ser un ser (valga la redundancia) absolutamente chiflado y sin sentimientos. A partir de aquí empieza la épica aventura de la pequeña Gerda que recorrerá Escandinavia entera – desde Dinamarca hasta Laponia, con un “showdown” final en una Groenlandia bastante irreal - para recuperar a su “amiguito especial”, en la que tendrá que pasar varias pruebas. La acción es rápida y llena de dinamismo: la criaja no los tiene tan solo bien puestos, sino que tiene como aliada a la Naturaleza, con la que perece tener una especial conexión (las golondrinas vigilan para ella, los lagos crean corrientes para ella… Bueno, es un cuento de hadas ¿no?).
La película tiene poco humor, por no decir, ninguno: es un cuento serio, de aventuras y sentimientos, dirigido indistintamente a público infantil y adulto, al igual que “Rebelón en la granja”, pero sin las lecturas políticas de ésta (algo raro siendo una peli soviética).
En conjunto una brillantísima película de animación, me atrevería a decir que incluso adelantada a su época que a pesar de su simplicidad (o precisamente por ella) – la eterna lucha entre lo que representa la bondad y la maldad, sin ambigüedades – logra funcionar y se instala sin duda entre las más magnas obras de la animación europea.
bigladiesman
9
Que un fotograma de una película rusa se use como ilustración de la acepción “animación” de una enciclopedia hecha durante la España franquista, no puede ser una cualquiera. Ésta de la que hablaremos aparece (en la vetusta “Monitor” de Salvat), lo que da idea de su calidad.
Si en 1939 vimos la convincente respuesta de Paramount y los hermanos Fleischer al binomio Disney/RKO, aquí vemos una respuesta Soyuzfilm/Politburo, basada en un cuento de Hans Christian Andersen, con lo que tendremos lagrimilla fácil y un final feliz y aleccionador, como casi siempre era el caso en las inmortales obras del genio del romanticismo danés (que no tan solo fue un gran escritor de cuentos, sino que sobresalió también en la literatura descriptiva de viajes).
Desde el principio vemos que no estamos ante una producción de segunda: se usan técnicas avanzadas (copiadas de la Disney: creo que se usa la técnica de las capas de cristal) que dan sensación de profundidad, acompañando a un bello colorido, una animación suave (parece que hayan usado rotoscopia) y unos diseños de paisajes y personajes de lo más estlizado. Además, el guion es excelente, manteniendo la inocente historia de amor entre un niña y un niño, tentado por la malvada diablesa que es la Reina de las Nieves (que tiene un considerable sex-appeal, como la madrastra de Blancanieves) para ser un ser (valga la redundancia) absolutamente chiflado y sin sentimientos. A partir de aquí empieza la épica aventura de la pequeña Gerda que recorrerá Escandinavia entera – desde Dinamarca hasta Laponia, con un “showdown” final en una Groenlandia bastante irreal - para recuperar a su “amiguito especial”, en la que tendrá que pasar varias pruebas. La acción es rápida y llena de dinamismo: la criaja no los tiene tan solo bien puestos, sino que tiene como aliada a la Naturaleza, con la que perece tener una especial conexión (las golondrinas vigilan para ella, los lagos crean corrientes para ella… Bueno, es un cuento de hadas ¿no?).
La película tiene poco humor, por no decir, ninguno: es un cuento serio, de aventuras y sentimientos, dirigido indistintamente a público infantil y adulto, al igual que “Rebelón en la granja”, pero sin las lecturas políticas de ésta (algo raro siendo una peli soviética).
En conjunto una brillantísima película de animación, me atrevería a decir que incluso adelantada a su época que a pesar de su simplicidad (o precisamente por ella) – la eterna lucha entre lo que representa la bondad y la maldad, sin ambigüedades – logra funcionar y se instala sin duda entre las más magnas obras de la animación europea.
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