Controversial y legendaria coproducción italobritánica, a cargo del reconocido director de cine erótico, Tinto Brass.

El decrépito y senil emperador Tiberio vive sus últimos días al mando de Roma. Tratando de asegurar la sucesión de su dinastía, despertará la ambición de su sobrino e hijo adoptivo Calígula, cuyo ascenso al poder se traducirá en un reinado de perversiones, vejaciones y orgías de todo tipo.
Gaius Iulius Caesar Augustus Germanicus (12-41 D.C.), mejor conocido como Calígula, fue el tercer emperador romano entre 37 y 41 D.C. Hijo de Germánico, uno de los más grandes generales romanos de la historia, le acompañó de niño en sus expediciones militares por Germania (14-16 D.C.), donde se calzaba las caligas (sandalias de cuero) de los legionarios, ganándose el cariñoso apodo de “Calígula” (“Botitas”). Luego de sortear cierta enemistad entre su familia y el emperador Tiberio, logró que éste le considerara como sucesor junto a su nieto de sangre Tiberio Gemelo. Tras deshacerse de Tiberio y Gemelo, tomaría las riendas del imperio con una administración eficiente y un periodo de marcada prosperidad, sin embargo, tras una extraña enfermedad incursionaría en una serie de reformas públicas que vaciaron las arcas del imperio, llevándolo a tomar polémicas medidas contra la nobleza romana. De acuerdo a algunos cronistas, durante su reinado, se vería envuelto en una larga lista de escándalos como relaciones incestuosas, legendarias orgías de depravación, delirios de grandeza y paranoia que lo llevaron a ordenar ejecuciones crueles y antojadizas y la prostitución de las mujeres aristócratas esposas de los senadores romanos en un burdel imperial. Todos estos excesos, llevarían a la guardia pretoriana y senadores a conspirar contra su gobierno y asesinarlo.

Los orígenes de este controversial clásico de culto erótico se remontan a las colaboraciones financieras que la revista para hombres Penthouse había realizado a la financiación de algunas películas importantes como “Chinatown” (1974) de Roman Polanski y “The Day of the Locust” (1975) John Schlesinger. No obstante, el fundador de la revista, Bob Guccione, mostraría su intención de producir una película para adultos explícita dentro de una narrativa cinematográfica con altos valores de producción y actores de renombre. Para ello, contrató inicialmente al productor Franco Rossellini, sobrino del cineasta Roberto Rossellini y a la Lina Wertmüller para el borrador de una película sobre el legendario y controversial emperador romano Calígula. Guccione rechazaría el guión de Wertmüller y encargaría otro borrador a Gore Vidal, el cual tendría un fuerte enfoque en la homosexualidad y muy poco en la heterosexualidad, haciendo que el magnate de Penthouse exigiera reescrituras para sortear al máximo la censura y ampliara el público objetivo. En tanto, Guccione ofrecería la dirección a John Huston (“The Maltese Falcon”, 1941) y la ya mencionada Lina Wertmüller (“Pasqualino Siete Bellezas”, 1976), pero ante la negativa de estos y luego de ver la última película de Tinto Brass, terminó contratándolo. Guccione estaba al tanto del difícil carácter de Brass, pero pensó que, a pesar de su fama, el alcance épico del proyecto lo mantendría concentrado en lo importante, el film.

Sin embargo, Brass sacaría rápidamente las garras y exigió rehacer completamente el guión y descartar el trabajo de Gore Vidal, a quien llamó “arteriosclerótico envejecido”. La verdad es que el guión de Gore, aunque sustentaba el mismo principio de corrupción del poder, presentaba a Calígula como un buen hombre que termina pervirtiéndose a medida que va accediendo, concentrando y volviéndose consciente del poder ilimitado que ostenta como emperador. En el fondo, Vidal proponía un viaje a la depravación impulsado por el corrupto contexto sociopolítico de la época. Tinto Brass, por el contrario, estaba totalmente en desacuerdo con esta visión y propondría a Calígula como un monstruo nato en potencia cuyo espíritu y carácter nihilista despertarían sencillamente debido a su propia naturaleza, dormida en aquel momento, sin negar la explícita muestra de los espectáculos inmorales de un no menos degenerado Tiberio que vive sus últimos días como gobernante consumido por la sífilis y la demencia. Cuando Brass incluyó orgías, falos decorativos y mucha desnudez femenina en el guión, a Guccione le pareció que había encontrado al director adecuado para su objetivo original, justificando dicha inclusión por una necesidad de narrativa visual de la película, ya que no alteraban el tono ni el contenido de esta.

Lo que buscaba básicamente Tinto Brass, en sus propias palabras, era realizar “una epopeya sobre la orgía del poder, no sobre el poder de la orgía”. Así, retomando la idea de la semilla de la perversión a punto de germinar, Brass establecerá los principios narrativos del film con dos secuencias iniciales brillantes, pero controversiales. La primera son las escenas en las que mantiene juegos eróticos con su hermana natural Drusilla, naturalizando sus sentimientos incestuosos. La segunda la observaremos cuando pruebe de cerca los placeres de la depravación de Tiberio, como en la secuencia en la que contempla entre fascinado y estupefacto las orgías organizadas por emperador sifílico con hombres, mujeres y niños, personas deformes y enfermos mentales, que dan cuenta del coqueteo de Calígula con lo antinatural y depravado.

Lo que sigue es la germinación de un sentimiento incontrolable de hacerse con el poder en Calígula, alimentado por el descarado intento de Tiberio de envenenarlo, las intrigas de Drusilla, la evidente debilidad de Gemelo y el suicido del senador leal a Tiberio Nerva. Con todo Calígula no tiene las agallas para matar a Tiberio en su lecho de muerte y es macro, jefe de la guardia pretoriana quien ejecuta los deseos de Calígula sin que este se lo haya pedido realmente, siempre en presencia de Gemelo. Con este acto, Macro se ha ganado el favor de Calígula, pero pronto Drusilla temerosa de la influencia que el jefe pretoriano tenga en el emperador, le convence que se deshaga de él utilizando a Gemelo como testigo en un simulacro de juicio. Posteriormente, Calígula también se deshará de Gemelo para asegurar el control del imperio, aunque en la práctica el joven no representa ningún peligro real. Sírvase esta parte del relato como una representación histórica de las conspiraciones, intrigas y asesinatos entre los aspirantes al trono imperial, en donde las lealtades cambian completamente de un segundo a otro y en donde otras instituciones como la Guardia Pretoriana y el mismísimo Senado juegan un papel importante en el apoyo o retiro del mismo al gobernante.

Otro elemento narrativo y digno de destacar es el poder de persuasión y control emocional de Drusilla sobre Calígula. Ningún espectador podrá dudar siquiera de que el emperador está realmente enamorado de su hermana y que este se dejará aconsejar por su amante, quien por cierto aunque gusta de las intrigas, es el cable a tierra del legendario emperador romano. Un punto de inflexión en la historia real, por cierto, replicado en el guión de “Caligula” (1979), es la “fiebre” de la que dan cuenta los médicos del emperador y que los especialistas de hoy creen se trató de una psicosis epiléptica producto de una epilepsia infantil. A partir de “la recuperación” de dicha “fiebre” es que se da en el emperador un brusco cambio en su comportamiento que lo llevará, primero, a desconocer y dudar de la lealtad de Drusilla, a escoger sus propios consejeros más cercanos, Longino y Quérea, a tomar sus propias decisiones, aunque más bien caprichos, y adquirir un comportamiento cada vez más excéntrico e impredecible. Consciente eso sí de poseer el control absoluto de su cargo, dejará aflorar una inusitada crueldad incluso en tiempos en que la violencia brutal era una cuestión naturalizada, que se verá paradójicamente desbocada con la muerte de Drusilla de una enfermedad desconocida y que termina de desquiciar a Caligula.

“Caligula” (1979) es generosa en escenas de violencia extrema, aunque más física que psicológica a diferencia de otro referente del cine italiano más controversial, “Salò o le 120 giornate di Sodoma” (1975) de Pier Paolo Pasolini. Al margen de las escenas de tratamiento de esclavos y tortura sexual, también vale la pena citar secuencias como en la que ordena a que se obligue a un soldado ebrio a beber vino hasta el hartazgo para luego destriparlo; aquella en la que decide ejecutar a Macro y a otros personajes importantes de la política romana como senadores o generales presuntamente como desleales con una surrealista e icónica máquina guillotina con forma de muro y con largas cuchillas que se desplaza hacia las victimas enterradas hasta la cabeza para decapitarlas; y el abusivo tratamiento a una pareja recién casada, él un soldado centurión y ella una dama cortesana que rechaza las miradas lascivas de Caligula, a quienes el emperador termina violándolos a ambos, a ella con su miembro viril por la vagina y a él con un puño cubierto completamente grasa por el ano; y, por supuesto, el epílogo de Caligula y su familia, conformada su última esposa Milonia Cesonia y su hija Julia Drusilla, siendo masacrada en las escaleras a la salida del estadio luego de presenciar el ensayo de una obra de teatro de temática egipcia.

Finalmente, un último elemento narrativo fuertemente presente en el relato de Brass es la concepción de responsabilidad hacia la constitución del poder romano, un componente clave en el largo y sólido reinado de Roma como potencia transcontinental en Europa, Asia y África. Si se analiza el destino trágico y violento de la mayoría de los gobernantes romanos, dictadores y emperadores por igual que fueron consumidos por el poder y la corrupción, que traicionaron los ideales de la sociedad y cultura romana o se desviaron siquiera de la búsqueda y concreción del bienestar de Roma, no faltó la “necesaria” conspiración orquestada generalmente por el Senado romano, la Guardia Pretoriana y, en algunos casos, el mismísimo Ejército, para salvaguardar el poder de Roma. Le pasaría al gran Julio César y, también, a Caligula. En el film, cuando el emperador se proclama como dios y profana la religión, desperdicia recursos en invasiones ficticias a Britania y le declara la guerra al Senado confiscando las propiedades de los senadores y prostituyendo a sus esposas en un burdel estatal para alimentar las arcas del imperio, surge la necesidad imperiosa de eliminar el cáncer y preservar la constitución del poder.

Visualmente, “Calígula” (1979) tiene cierta fastuosidad que recuerda a los grandes peplums del cine italiano de antaño de los 50, gracias a los decorados del diseñador de producción Danilo Donati, doble ganador del Oscar al mejor diseño de vestuario, quien también diseñó el vestuario, las joyas, los peinados, las pelucas y el maquillaje de la película. Como fue habitual en todos sus trabajos entre los que destacan “Romeo e Giulietta” (1968) de Franco Zeffirelli, “I racconti di Canterbury”, 1972) de Pier Paolo Pasolini y “Amarcord” (1973) de Federico Fellini en donde recreó la Italia Medieval, Renacentista y Fascista, Donati muestra gran habilidad además para reconstruir esta vez la Roma Imperial con sobriedad, pero eficiencia y credibilidad. El trabajo del fotógrafo de Brass “Salon Kitty” (1975) Silvano Ippoliti, también, representó un tremendo aporte para la recreación de las orgías romanas especialmente, con un inteligente uso de la luz y una paleta de colores adecuada para combinar y, al mismo, discriminar a los participantes de las secuencias, esclavos y cortesanos entregándose a los vicios de la carne mientras el emperador se pasea fascinado de ser el artífice de tal impresionante espectáculo.

Guccione y Brass se aseguraron de contar con un reparto competente y al menos dos o tres nombres de peso. Inicialmente se contempló a Orson Welles (“Citizen Kane”, 1941) para interpretar a Tiberio, pero el legendario director y actor rechazó la oferta de US$1 millón por cuestiones morales. En su lugar, Peter O’Toole (“Lawrence of Arabia”, 1962) se hizo con el papel de Tiberio y Malcolm McDowell (“A Clockwork Orange”, 1971) con el protagónico de Caligula, siendo las interpretaciones de ambos destacadas por la crítica. La talentosa Helen Mirren (“Excalibur”, 1981) aceptó el papel de Caesonia, cuarta y última esposa de Caligula y Sir John Gielgud (“Arthur”, 1981), a quien se le había ofrecido ser Tiberio también, finalmente aceptó encarnar al Senador Nerva, amigo y consejero de Tiberio. María Schneider, actriz francesa que había sufrido un episodio traumático en la escena de violación de “Last Tango in Paris” (1972) de Bernardo Bertolucci, que la hizo sentir ultrajada y humillada por no estar en el guión, había aceptado el personaje de Drusilla, sin embargo, debió abandonar el set cuando vio la gran cantidad de escenas de desnudos que debía hacer. En su lugar, entró Teresa Ann Savoy (“Salon Kitty”, 1975), quien regaló una actuación destacable.

Guido Mannari (“Il Decameron”, 1971) como Macro, Giancarlos Badessi (“Coronel Buttiglione”, 1973) como Claudio, Bruno Brive como Gemelo, John Steiner (“Tenebrae”, 1982) como Longino, Paolo Bonacelli (“Salò o los 120 días de Sodoma”, 1975) como Casio Quérea, Adriana Asti (“Ludwig”, 1973) como Ennia esposa de Macro y Leopoldo Trieste (“A Bay of Blood”, 1971) como Caricles, entre otros, engrosaron el elenco. Tinto Brass eligió a sus propios conocidos como senadores y nobles, incluidos ex convictos, ladrones y anarquistas, mientras que Guccione eligió a Penthouse Pets como extras femeninas en las escenas sexuales. Por cierto, Brass decidió intencionalmente mantener a las bellas chicas de Penthouse en un segundo plano durante las escenas de sexo, y a veces las ignoró en absoluto. Esto molestaría fuertemente a Guccione, quien tenía ya problemas legales por el 10% de ganancia con el guionista Gorew Vidal, y quien quería que la película tuviese un fuerte contenido sexual, de preferencia no simulado, que a Brass no le interesaba incluir.

Esta aparentemente pequeña disputa tomaría ribetes serios cuando Guccione ordenó que Brass se apartará de la edición de la película y encargara a varios editores, entre ellos, Nino Baragli y Russell Lloyd que montaran la película, cambiando su tono y estructura significativamente al eliminar y reorganizar muchas escenas, usando diferentes tomas, un estilo de edición más lento y música diferente a la que pretendía el director Tinto Brass. Un par de semanas después, Guccione y Giancarlo Lui regresaron a Roma junto con varias de las chicas de Penthouse y filmaron un par de escenas de sexo duro, entre ellas secuencias lésbicas, felación y cunnilingus, que pretendían agregar a la edición, logrando con ello que el director de “La vacanza” (1971) repudiara el film y exigiera la eliminación de sus créditos como director y manteniendo solo los de fotógrafo principal. Para colmo, la película había sido rodada sin sonido porque se esperaba realizar el doblaje al inglés al tratarse de un estreno internacional, siendo el mayor problema que la mayoría de los actores eran italianos. Anecdóticamente, Peter O’Toole se mostró reacio a grabar de nuevo sus líneas y los productores lo “persiguieron” hasta Canadá hasta que lo obligaron a hacerlo.

De esta forma, aunque la película terminó de rodarse en diciembre de 1976, pasaría tanto tiempo en posproducción que el coproductor Franco Rossellini llegó a dudar que nunca se estrenara. Por tanto, decidió rentabilizar los costosos decorados y el vestuario de Calígula de Danilo Donati usándolos en la comedia sexual “Messalina, Messalina (1977) de Bruno Corbucci, que se estrenaría dos años antes “Calígula” (1979). Incluso, fiel a las mañas de los productores italianos, en algunos países la película de Corbucci sería estrenada después de “Caligula” (1979) y presentada como una falsa secuela.
Finalmente, una versión editada del film fue estrenada en un pequeño pueblo cerca de Forlì, Italia, antes de estrenarse en Roma el domingo 11 de noviembre de 1979. En la capital italiana se convirtió en la película más taquillera del fin de semana, con una recaudación bruta de 59.950 dólares en 6 salas. Sin embargo, sería confiscada por la policía italiana el 15 de noviembre y el Pubblico Ministero calificó muchas escenas de la película como ¨flagrantemente obscenas¨. En Estados Unidos, en tanto, Guccione se negó a presentar “Calígula” (1979) a la MPAA a sabiendas que la calificaría con la más baja X o de plano la rechazaría. Fiel a su estilo, no se complicó y aplicó su propia clasificación para “público maduro” mayor de 18 años. La película se estrenaría en los Estados Unidos el 1 de febrero de 1980, en el Trans Lux East Theatre, que Guccione había alquilado exclusivamente para proyectarla, cambiándole el nombre al teatro incluso, a Penthouse East. Guccione, además, acordó con el distribuidor alquilar salas especializadas en películas extranjeras y artísticas para proyectar “Calígula” (1979) exclusivamente y así evitar que llegara a las salas de cine pornográfico.

“Calígula” (1979) recaudó US$23 millones en taquilla, siendo un éxito financiero en Francia, Alemania, Suiza, Bélgica, los Países Bajos y Japón. En 1981 se lanzó una versión con clasificación R de 105 minutos sin material sexual explícito. No obstante, Guccione volvería a la carga cinco años más tarde, en 1984, y produjo una “versión sin cortes”, incluyendo escenas pornográficas de coitos, relaciones hetero y homosexuales, eyaculaciones, lluvia dorada, referencias de zoofilia y sadomasoquismo, escenas que había filmado sin el conocimiento ni el consentimiento Tinto Brass. En honor a la verdad y habiendo visto ambas versiones, la de 1979 y 1984, he de comentar que si bien contiene bastante escenas explícitas y pornográficas, salvo la secuencia en primer plano en la que una chica practica sexo oral a un chico hasta que este eyacula en un burdo intento por mostrar el máximo grado de libertad sexual y/o pornografía romana, o como quiera llamársele, estas escenas no influyen mucho más allá de la idea de la depravación de la sociedad romana y, en particular, de Caligula que el film muestra originalmente.

No sería extraño que la película fuese prohibida por “inmoral y desagradable” en varios países, por ejemplo, en Gran Bretaña, la “versión original” fue un fracaso rotundo (sólo la autorizó por su interés histórico) y la “versión sin censura” ni siquiera llegó a exhibirse por la censura. Si bien la crítica la destrozó y la trató de basura, al mismo tiempo suscitó críticas positivas en el público y quedó registrada en la memoria popular más como un hito del cine erótico que del histórico. No obstante, más allá de la insistencia de Guccione de que fuese una película pornográfica de alto costo, con actores de renombre y competente factura técnica, en mi opinión en el discurso del film es posible advertir elementos interesantes respecto a la degradación moral, la ambición desmedida, la corrupción del poder y la defensa de la constitución del Estado y del poder por sobre cualquier cosa que le amenace.
El score estuvo a cargo de Bruno Nicolai bajo el nombre de Paul Clemente y se caracteriza por ser una partitura notablemente dramática capturando tanto la atmósfera decadente de la Antigua Roma como la retorcida tragedia de su protagonista. La partitura también contó con música de Aram Khachaturian (de “Spartacus”, 1960) y Sergei Prokofiev (de “Romeo e Giulietta”, 1968). Como era de esperarse, Guccione también haría su propia versión de la banda sonora y en noviembre de 1980, después de fundar Penthouse Records, lanzó una banda sonora de álbum doble de Calígula, que incluía la partitura de Nicolai y dos versiones, una en estilo disco ridículo, de un tema de amor titulado ¨We Are One¨, que afortunadamente no apareció en la película.
El guión sería adaptado a una novelización escrita por William Johnston bajo el seudónimo de William Howard. En 2018, en tanto, Penthouse anunció que Alexander Tuschinski estaba editando una nueva versión de Tinto Brass, con la aprobación de la familia del fallecido director, pero ello no se concretó. Dos años más tarde, se anunció el lanzamiento de otra versión del film en el otoño de 2020, editada por el autor e historiador Thomas Negovan para seguir más de cerca el guión original de Gore Vidal, en lugar de la visión de Tinto Brass o Bob Guccione, también pendiente.

En resumen, una película polémica, brutal y desagradable por momentos de visionar, no aptas para estómagos débiles y mentes cerradas, que muestra a través de una mezcla entre historicidad y derechamente pornografía que “el poder absoluto corrompe absolutamente”.

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La polémica antigua.

Caligula es de esas películas que con los años causó controversia a mi me parece del montón aunque todo lo del imperio romano tiene mi atención en el caso de Caligula me ha parecido demasiado larga y en momentos aburrida obviamente típico de película de época.

Mucho se habla del erotismo aquí hay sexo explícito en ocasiones y seguramente eso es lo que pasaba allá en estos tiempos, buen papel de Malcom Mcdowell siempre sacandose buenos personajes.

Al final se puede ver queda en esas pelucas de época romana para ver una vez pero con el tiempo se ha envejecido bien.

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El emperador Calígula ha pasado a la Historia como un depravado psicópata, y sin duda es un personaje que no deja de ejercer cierta fascinación por su maldad, su locura y su representación del poder sin límites, por lo los liberales años 70s abrieron la oportunidad para que su vida fuere adaptada al cine.

Así que, en 1979, Bob Guccione puso dieciséis millones de dólares para financiar la biopic del sádico emperador, adaptando un guión escrito por Gore Vidal. El polémico Tinto Brass fue encargado de la dirección y se escogió un reparto que incluía a Malcolm McDowell (que encarnaría a un Calígula inolvidable), a Helen Mirren, (sí, la misma que ganaría un Oscar muchos años después), a la bella Teresa Ann Savoy ( que también está perfecta como Drusila), y a Peter O¨toole, (que renegaría hasta el último día de su vida de haber aceptado participar).

Y bueno, se podría escribir un voluminoso volumen con todas las anécdotas que rodearon este film, que varias de las actrices pusieron el grito en el cielo y demandaron judicialmente al ver el resultado final, que Gore Vidal exigió que no se lo acredite, que se le adicionaron escenas porno, que Tinto Brass se creía Pasolini y terminó rodando un pastiche por lo que fue despedido durante el rodaje, que fue censurada y prohibida en muchos países, que fue un fracaso comercial, que McDowell y Brass discutían casi a los golpes por el contenido de las escenas…En fin, son innumerables las anécdotas.

Con los años las cosas se han calmado, y hoy puedo decir que Malcom McDowell está sensacional, en una película audaz, bizara, ultrarrealista, como debía ser el reflejo de un emperador, y una etapa histórica, cruel, morbosa y decadente.

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Indiscutible clásico de culto de los 70.

Dirigida por el maestro del erotismo Tinto Brass, y con guión dee escritor Gore Vidal, la película nos adentra en la fascinante figura del emperador Calígula, que ha pasado a la posteridad como ejemplo de gobernante enloquecido por el poder, famoso por sus muchas anécdotas de depravación y crueldad, quedando como el mas perfecto ejemplo de governante tiránico cruel, déspota y monstruoso.

El reparto está repleto de leyendas del cine: Malcom Mcdowell, haciendo una actuación llena de fuerza, inspirando con su sola mirada toda la brutalidad, sadismo y locura del personaje, en una interpretación para la historia que bien debería haber sido premiada, Peter O Toole, bestial como Tiberio, produce repulsión y muestra bien la decadencia de su personaje, sumido en un completo abismo de excesos y degeneración.

También destacan las bellezas Helen Mirren como Cesonia, por desgracia algo desaprovechada y con una actuación que no es de sus mejores, y Teresa Ann Savoy, como la dulce Drusilla, la única capaz de mantener cierta cordura a Calígula, y cuya muerte termina de desatar completamente a este. También aparece el mítico John Gielgus en un rol muy secundario.

Visualmente el film es una delicia, fascinante, con esos decorados teatrales recreando el lujo y el exceso de la roma imperial, con una mas que perceptible estética oriental muy acertada, pues lo oriental era considerado lo mas refinado y bello para los romanos, en especial para Calígula.

Es asombroso también lo chocante que rsulta el film tantos años después de su estreno, con imágenes y escenas grotescas, sexuales bizarras y sangrientas que no dejan indiferente a nadie y como muestra de forma real y exacta la sociedad romana, lejos de las ridículas representaciones de Hollywood, una Roma pagana,donde no existía la ética judeocristiana ni absurdos puritanismos, se vivía al límite, sin pudor, se gozaba de la carne, del vino y de la sangre, sin la falsa moralidad hipócrita de nuestros días que nos impuso el cristianismo.

La película pues, nos muestra de manera magistral como un hombre, víctima en el fondo de unos instintos que no puede controlar ni reprimir, como el amor su propia hermana, se ve abocado a una destrucción de la que es consciente, causada por un poder sin límites, que ningún ser humano a vuelto a alcanzar jamás, del cual está dispuesto a gozar, cayendo en un descontrol absoluto que solo puede acabar con su propia muerte.

Es impresionante la escena de la orgía, donde podemos comprobar el delirio total de la mente de Calígula, donde apenas diferencia ya la realidad de las fantasía de su mente, pero también causa simpatía el echo de que rara vez ataca al pueblo, sino que sus ataques y humillaciones van dirigidos a la oligarquía romana, a la que odiaba y la que se enfrentó con fatales consecuencias, pues esta primero lo asesinó cobardemente y después denigró su nombre e imagen hasta convertirlo en una absoluto monstruo, a pesar de que el pueblo, y esto es algo que muchos desconocen, siempre lo quiso y lo adoró, al igual que ocurrió con Nerón, que también era muy querido por el pueblo romano,pero no por la, en aquellos tiempos, corrupta e inútil élite senatorial, que también acabó con el por querer deshacerse de ellos.

Un film realmente magnífico, de bella factura técnica, excelentemente dirigida, y con una actuación colosal de McDowell, que ha sido muy infravalorada y que realmente es una obra maestra y una de las mejores películas de la historia.

Imprescindible.

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Finalizo mi visión por algunas de las películas del reportaje ¨Las 26 Películas más polémicas de la Historia¨ que me ha dejado unas cuantas buenas y otras malas, a la vez que perturbadoras.

¨Calígula¨ es junto con ¨Saló o los 120 Días de Sodoma¨ de las más polémicas y explícitas de la historia, sin ninguna duda. La que nos ataña en esta ocasión, trata el oscuro y perverso reinado del emperador romano Calígula, cuando el Imperio Romano se encontraba en su momento de mayor expansión y gloria. Un emperador atroz, que sólo reinó para su disfrutar propio, y que poco a poco, fue enloqueciendo aún más. Esto demuestra junto con otros muchos acontecimientos de la Historia, que todos los poderes no pueden estar en manos de una sola persona. Tanto poder enloquece a cualquiera.

El film muestra sin ningún pudor o censura todo el delirio sexual y violento que se produjo en esa época bajo las órdenes de Calígula. Por todas las escenas sexuales que podemos ver en el film, se podría decir que hablamos de una película porno. Aunque yo no la calificaría de esa forma, sino que para contar una historia que sucedió realmente con total detalle han recurrido a verdaderas escenas porno.

Todo esto, lo tenemos acompañado por actores de gran reputación en la actualidad como Hellen Mirren o Malcolm McDowell. Grandes actores que lo han ido demostrando con los años, pero que en esta producción, en sus tiempos mozos, también estaban excelentes. Malcolm McDowell se come con papas a todo el reparto. Su interpretación en el papel de Calígula es bestial, aterradora y perfecta. Ha sabido representar a la perfección a dicho emperador. Aunque el resto de actores - quitando a los actores porno claro - también están muy pero que muy correctos.

Para que vamos a engañarnos. La película es todo un clásico, una obra maestra del séptimo arte por aquel entonces, ya que en la actualidad, probablemente hubiese ido directamente a las estanterías de las películas porno de cualquier videoclub y hubiese sido tratada como tal, sin mirar o fijarse en otros muchos factores que convierten a esta película en película. Aunque, esta claro que hay muchas de esas escenas agradables de ver.

El principal problema que le atribuyo a la película es su duración. Debido a que tiene partes lentas y aburridas, por lo que la película se puede hacer bastante larga. Sin embargo, hay otras que cogen fluidez y hacen que una media hora se pase volando.

No es tan perturbadora y atroz como otras de las consideradas polémicas, ya que se centra en mostrar escenas más sexuales que de violencia o repulsión, por tanto no es tan difícil de ver, aunque para algunos lo sea...

Puntuación: 6,5.

Un saludo. David B.

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Esta película la vi como hace ocho años y lo que me suscito a realizar tal curiosidad fue que fue y creo sigue siendo una de las más polémicas dentro de la cinematografia a nivel mundial. Astutamente el productor inserto filmaciones porno hardcore a lo largo de esta, complicando un tanto el objetivo de la narración, que a mi ver no eran necesarias o ser tan explicitas, vamos, a lo que voy es que, podría haber orgías romanas pero digamos un tanto ¨encubiertas¨ que no se les diera tanto ¨exhibicionismo¨. Y no creo tanto que los actores principales no estuvieran al tanto de lo que pasaba, porque si están dentro del proyecto, algo se tiene que dejar al ¨descubierto¨. Con todo esto , una película aceptable y más aun si se tiene el criterio necesario para verla. Actuaciones correctas, sobretodo los actores principales; la actuación en particular de Helen Mirren me dejo cautivado. Música también correcta, llegando a evocar de manera más que un sueño prohibido de incesto y surrealista la relación entre caligula y una encantadora bruseila (Teresa Ann Savoy). Decorados al uso, o sea de perversión, muy ornamentales, oscuros decadentes y cayendo un poco en lo meramente teatrales. Como mencione, recomendable para cinéfilos de amplio criterio, con un 8.5 de puntuación.

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Sinceramente he visto esta película por pura curiosidad, jamás me espere semejante espectáculo de orgías y demás actos carnales, luego de verla leí sobre toda la controversia que generó el film, todas las escenas cortadas, las versiones censuradas en diferentes países, entre otras cosas, me pareció una completa aberración e insulto al cine, prácticamente es una porno dramática.

La “película” nos narra la llegada al poder y la consecuente caída del emperador romano Gaius Lulius Caesar Augustus Germanicus, mejor conocido como Calígula, pero en vez de irse hacia la parte biográfica y mostrar una historia decente sobre un emperador, prefirieron adaptar la historia de la forma más cruda posible, mostrando todo tipo de actos, obscenidades y morbosidades que se practicaban en aquella lejana época, de la forma más explícita que existe, incluso añadiendo pornografía.

El crédito es para el director italiano de nombre Tinto Brass, quien había realizado algunos productos soft-porn, también estuvo involucrado en la producción y en la grabación de las escenas pornográficas el fundador de la revista Penthouse, Bob Guccione, quien debido a la baja audiencia, tuvo que rentar algunas salas para que rodaran el filme. Caligula es considerado el primer film en tener actores reconocidos participando en escenas pornográficas, también es considerado el film de culto mas horrendo que se haya hecho, y hasta la fecha sigue estando prohibido en una gran cantidad de países.

Amigos y amigas sinceramente este despropósito no aporta nada, no van a encontrar una buena trama, o por lo menos interesante sobre la vida de un emperador romano, tal vez una buena ambientación y un buen vestuario, al parecer lo único en que se dedicaron, el resto es pura morbosidad, sexo, violencia, pornografía, etc, que lo único que logran transmitir es asco y disgusto en el espectador, el cual difícilmente llegue a las 2 horas sin haberse dormido.

Las actuaciones fueron correctas, pero erróneas las decisiones de los actores por participar en semejante despropósito, Malcom McDowell hace un imponente trabajo, solo él podía encarnar al enfermizo y lunático emperador, venia de realizar papelazos como el de Alex DeLarge en A Clockwork Orange, luego tenemos a otra actriz reconocidísima como lo es Helen Mirren, desaprovechada hasta decir basta, también participa el legendario actor Peter O’Toole, en mi opinión un elenco completamente desperdiciado, ya que dicha película no meritaba tantos actorazos.

Para culminar, Caligula es la supuesta adaptación de una historia sobre un emperador romano, donde se muestran cantidad de actos carnales y violencia gráfica, no hay nada que buscar en esta película, pero si quieren ver sexo, oral, anal, lésbico, mutilaciones, y otras cosas, si son así de depravados no duden en verla, les puede servir para satisfacer sus necesidades fisiológicas.

No me considero ningún puritano y apoyo que las cosas se muestren tal y cual como son, pero no puedo darle méritos a un filme que muestra demasiado para no dejar nada, que probablemente fue hecho solo por morbosidad... sin escrúpulos y del cual sus protagonistas se sintieron avergonzados.

Le doy un 4 por los decorados, el vestuario, y la actuación de McDowell que se come al personaje.

Mi puntuación 4/10

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Los ¨70 fueron la decada que dio vuelta la torta,tanto en el cine como en la musica.
He de aceptar que Caligula es sin dudas controversial,excentrica,y lo sera por siempre,pero para mi criterio flojeo en algunos puntos.
El sadismo,los excesos sexuales y el abuso de poder que se vivia en esos años esta reflejado casi naturalmente.
Considerando que se trata (supongo) de una pelicula tambien biografica,esta bien adaptada,a pesar de no conocer la historia de la Roma Pagana.Pero sera que McDowell realizo tan bien el papel,que de a ratos parecia actuar sin ganas,o casi infantilmente.A lo que voy es que si lo que se quizo mostrar fue el miedo y respeto que le tenian a Caligula,quedo mas como gente complaciendo los caprichos de un niño.Las demas actuaciones estan bien,casi de relleno,daba lo mismo los actores que participaran.
He de rendirme ante tan exquisita fotografia,tan particular de los ¨70.Vestuarios y puestas en escena muy admirables.La musicalizacion tambien es digna de reconocimiento.
Otros tambien han dicho que el ritmo es denso y que hay varias escenas de relleno.
Cumple todo lo que promete:distintas facetas del sexo muy explicitas,crudeza,crueladad y todo lo propio de esa epoca.Aunque llegue a pensar que en el afán por retratar tanto acto carnal,se iban de tema olvidando el argumento principal.Digo esto por los casi 5 minutos de dos mujeres haciendo sexo oral a un hombre.
Tiene sus tramos de emocion,pero por mas que no me haya resultado ni por mas ¨de culto¨,Caligula es mucho mas que una pelicula pornografica.Y me adhiero a muchos:De obligado visionado,al menos una vez.
Un 6.Interesante

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Una obra de culto del cine Italiano es a la vez una de las películas mas enfermizas de la historia del cine, la misma adaptación real histórica lo requería en mi opinión. Cuenta la historia de uno de los Cesares mas carismáticos a la vez que temido por su propio séquito del antiguo Imperio Romano, un loco con delirios de grandeza como lo definiríamos en nuestros tiempos, que daba a su pueblo lo que esperaba de el, espectáculo, pero en detrimento de sus mismos súbditos, en este caso senadores y cargos militares no estaban a salvo ellos ni sus respectivas familias bajo su mandato, si la frase que se le decía a los emperadores cuando estos eran elegidos como tal mostrándose ante tal echo histórico mientras estos eran aclamados por su pueblo de “No olvides que no eres mas que un hombre” hubiera tenido justificación personificada ese era el caso del mismo Caligula. Con una interpretación soberbia por parte de Malcom McDowell en la protagonización del emperador que da titulo al film y unas excelentes por parte del resto del reparto. Llena de escenas violentas, gore y sobre todo sexuales realmente fuertes para la época.
Abro Spoiler: La escena del centinela que bebe vino de puesto y su posterior castigo es la que mas me impacto en su día cuando vi por primera vez la película, pero hoy día creo que la que impacta mas es el burdel que montó con las mujeres de los senadores, por supuesto sin el consentimiento de estos últimos. Cierro Spoiler.
No es apta para todos los estómagos, no es una película que defina ninguna batalla legendaria ni escritos sagrados bíblicos, es la realidad de lo que se vivió en Roma bajo el mandato de este personaje inhóspito.

*9/10 en puntuación (De culto)

-Lo mejor: Cuenta la historia de una época como fue y no como se pretende que sea recordada.
-Lo peor: Vestuario y fotografía buenos pero que se le queda pequeña ante tal obra, puede parecer una película directamente para la televisión.

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es una exclente pelicula que mas bien es biografica de la torcida vida de este perverso emperador, y de lo enfermos que tambien estaban en su familia como hermanas, tios y su abuelo tiberio que tambien era cruel y despiadado, bueno caligual lo supero, el tema de la pelicula es complicado por todos los momentos eroticos que pasaron en ese momento y muchos la catalogan como pornografica, yo e leido el libro y esta pelicula no le pide nada, para mi es la mejor pelicula erotica que e visto y miren que yo si e visro muchas.

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