Gerardo Rocco “Gerard“ Damiano fue uno de los directores fundamentales de la “edad de oro del cine porno”. Suyas son “Garganta profunda” y “The Devil in Miss Jones”, dos exitosos clásicos del género. La mafia solía producir las películas de Damiano, quien aspiraba a dar “respetabilidad artística” al cine xxx y él mismo consideraba su obra como “cine de autor”. De alguna manera, Damiano convenció a la mafia para que aporte el dinero para “Legacy of Satan”, que originalmente iba a ser otro film porno, pero el director, inexplicablemente, recortó todas las escenas sexuales, incluso las escenas de desnudos, dejando un metraje que alcanza apenas los 68 minutos.
Maya es una joven y aburrida esposa que se convertirá en el objetivo de una secta conformada por ocultistas ¿vampiros?, que quiere convertirla en la reina de su culto al demonio. Hay cuadros que sangran, una espada que brilla, mujeres que tienen orgasmos psíquicos, y una horrible partitura de sintetizador.
Todo es barato, mal rodado, mal iluminado. Los decorados y el vestuario son muy coloridos, típicamente setenteros, algunas escenas son surrealistas y desopilantes, y el reparto es sacado del casting para rodajes pornos. Damiano forever.
Miguel Arkangel
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Gerardo Rocco “Gerard“ Damiano fue uno de los directores fundamentales de la “edad de oro del cine porno”. Suyas son “Garganta profunda” y “The Devil in Miss Jones”, dos exitosos clásicos del género. La mafia solía producir las películas de Damiano, quien aspiraba a dar “respetabilidad artística” al cine xxx y él mismo consideraba su obra como “cine de autor”. De alguna manera, Damiano convenció a la mafia para que aporte el dinero para “Legacy of Satan”, que originalmente iba a ser otro film porno, pero el director, inexplicablemente, recortó todas las escenas sexuales, incluso las escenas de desnudos, dejando un metraje que alcanza apenas los 68 minutos.
Maya es una joven y aburrida esposa que se convertirá en el objetivo de una secta conformada por ocultistas ¿vampiros?, que quiere convertirla en la reina de su culto al demonio. Hay cuadros que sangran, una espada que brilla, mujeres que tienen orgasmos psíquicos, y una horrible partitura de sintetizador.
Todo es barato, mal rodado, mal iluminado. Los decorados y el vestuario son muy coloridos, típicamente setenteros, algunas escenas son surrealistas y desopilantes, y el reparto es sacado del casting para rodajes pornos. Damiano forever.
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