Don Siegel tuvo que trabajárselo mucho desde que golpeó con primera vez con “La invasión de los ladrones de cuerpos”; teniendo que codirigir incluso una españolada para el lucimiento de los cantantes Carmen Sevilla y José Guardiola. Sin embargo, a pesar de ofrecer siempre productos de calidad, su carrera erraba entre la tele y el cine, donde la serie B con productos de mediano presupuesto e incluso con alguna que otra producción de gran presupuesto. Esta pertenece a la segunda categoría
El adelantado a su tiempo Don Siegel no lograría establecerse definitivamente como director estrella hasta 1968, cuando sus películas llenas de acción y suspense lo pusieron al fin en su sitio.
Protagonizada por el ídolo del cine de aventuras Cornel Wilde como un valiente ayudante de sheriff, la película tiene un reparto con muy buenos intérprtes de carácter: la australiana Victoria Shaw (que hace su papel con mucha gracia; es muy pizpireta). , Mickey Shaughnessy, los televisivos Edgar Buchanan y Dabbs Greer y uno de los grandes secundarios de la época: Jack Elam, siempre excelente en sus papeles de villano, además de ser un brillantísimo actor cómico (de hecho siempre me ha gustado más como comediante que en papeles dramáticos o de acción).
Bellamente fotografiada en cinemascope en pleno Gran Cañón de Colorado (y el equipo se recrea en ello hasta el punto de que se abusa de las escenas panorámicas, lo que ralentiza la acción) por el dos veces ganador del Oscar Burnett Guffey, que también nos sabe ofrecer excitantes escenas de acción. La ambientación de pueblo minero dejado de la mano de dios en el Desierto de Mojave está muy conseguida (casi todo el filme está filmado en exteriores). Las escenas finales son épicas, añado. Verlo en el cine debió ser la recoña.
Más que correcta película de suspense con buenas escenas de acción y algunas sorpresas que intenta emular sin conseguirlo el estilo de Alfred Hitchcock.
bigladiesman
7
Don Siegel tuvo que trabajárselo mucho desde que golpeó con primera vez con “La invasión de los ladrones de cuerpos”; teniendo que codirigir incluso una españolada para el lucimiento de los cantantes Carmen Sevilla y José Guardiola. Sin embargo, a pesar de ofrecer siempre productos de calidad, su carrera erraba entre la tele y el cine, donde la serie B con productos de mediano presupuesto e incluso con alguna que otra producción de gran presupuesto. Esta pertenece a la segunda categoría
El adelantado a su tiempo Don Siegel no lograría establecerse definitivamente como director estrella hasta 1968, cuando sus películas llenas de acción y suspense lo pusieron al fin en su sitio.
Protagonizada por el ídolo del cine de aventuras Cornel Wilde como un valiente ayudante de sheriff, la película tiene un reparto con muy buenos intérprtes de carácter: la australiana Victoria Shaw (que hace su papel con mucha gracia; es muy pizpireta). , Mickey Shaughnessy, los televisivos Edgar Buchanan y Dabbs Greer y uno de los grandes secundarios de la época: Jack Elam, siempre excelente en sus papeles de villano, además de ser un brillantísimo actor cómico (de hecho siempre me ha gustado más como comediante que en papeles dramáticos o de acción).
Bellamente fotografiada en cinemascope en pleno Gran Cañón de Colorado (y el equipo se recrea en ello hasta el punto de que se abusa de las escenas panorámicas, lo que ralentiza la acción) por el dos veces ganador del Oscar Burnett Guffey, que también nos sabe ofrecer excitantes escenas de acción. La ambientación de pueblo minero dejado de la mano de dios en el Desierto de Mojave está muy conseguida (casi todo el filme está filmado en exteriores). Las escenas finales son épicas, añado. Verlo en el cine debió ser la recoña.
Más que correcta película de suspense con buenas escenas de acción y algunas sorpresas que intenta emular sin conseguirlo el estilo de Alfred Hitchcock.
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