Denis Villeneuve se había tomado un descanso (que duró nueve años) para regresar, en 2009, al puesto de director con “Polytechnique”, un retrato duro y sombrío de la masacre perpetrada por Marc Lépine, que dejó catorce mujeres inocentes muertas en la Escuela Politécnica de la Universidad de Montreal en 1989.
Utilizando nombres ficticios, por respeto a las víctimas, “Polytechnique” captura el terror de verse atrapado en una situación horrible, además de ser una fuerte declaración contra la violencia hacia las mujeres. Lepine era un chiflado que odiaba a las mujeres en general, y a las feministas en particular, logró ingresar con un rifle de asalto a la escuela y asesinó mujeres porque les atribuía sus fracasos en la vida y arruinar el dominio del hombre en la sociedad.
La película parte de la perspectiva del asesino, que luego se intercala con la de otros personajes, quien en una voz en off narrativa habla de su odio hacia las mujeres. Villeneuve imbuye una sensación de tensión interna e insinúa la ausencia de salida para que el solitario deje salir su ira destructiva, pero mantiene una postura de observación distanciada. La cinematografía en blanco y negro recrea fielmente los acontecimientos y las escenas de la masacre están rodadas con estupendo pulso, sin caer ni en el morbo ni en el sensacionalismo.
El cierre, con la cámara boca abajo atravesando el techo, es una excelente toma que se desvanece en negro, y que nos exige reflexionar sobre la terrible violencia de la que es capaz el ser humano
Miguel Arkangel
7
Denis Villeneuve se había tomado un descanso (que duró nueve años) para regresar, en 2009, al puesto de director con “Polytechnique”, un retrato duro y sombrío de la masacre perpetrada por Marc Lépine, que dejó catorce mujeres inocentes muertas en la Escuela Politécnica de la Universidad de Montreal en 1989.
Utilizando nombres ficticios, por respeto a las víctimas, “Polytechnique” captura el terror de verse atrapado en una situación horrible, además de ser una fuerte declaración contra la violencia hacia las mujeres. Lepine era un chiflado que odiaba a las mujeres en general, y a las feministas en particular, logró ingresar con un rifle de asalto a la escuela y asesinó mujeres porque les atribuía sus fracasos en la vida y arruinar el dominio del hombre en la sociedad.
La película parte de la perspectiva del asesino, que luego se intercala con la de otros personajes, quien en una voz en off narrativa habla de su odio hacia las mujeres. Villeneuve imbuye una sensación de tensión interna e insinúa la ausencia de salida para que el solitario deje salir su ira destructiva, pero mantiene una postura de observación distanciada. La cinematografía en blanco y negro recrea fielmente los acontecimientos y las escenas de la masacre están rodadas con estupendo pulso, sin caer ni en el morbo ni en el sensacionalismo.
El cierre, con la cámara boca abajo atravesando el techo, es una excelente toma que se desvanece en negro, y que nos exige reflexionar sobre la terrible violencia de la que es capaz el ser humano
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