Erich Von Stroheim dirige y protagoniza este original film, uno de los útimos de la época de oro del famoso austriaco.
Stroheim interpreta a Gabbo, un neurótico ventrílocuo incapaz de mantener una relación afectiva normal con ningún ser humano, menos con una mujer, enfocando sus afectos en su inquietante muñeco.
Gabbo maltrata y humilla constantemente a su mujer y compañera de función, quien finalmente lo abandonará. Desde entonces Gabbo se encierra en su mundo donde solo existen él y su muñeco, alcanzando paradójicamente la fama y el dinero en Broadway gracias a su fantástico número de ventriloquismo.
El film me pareció interesante destacando obviamente el personaje de Gabbo, con un Stroheim que realiza una especie de parodia- homenaje a sus personajes aristocráticos que le dieron la fama en la época del cine mudo y no olvidemos a ese muñeco que en realidad me parece perturbador e inquietante.
Las escenas musicales son bastantes estrambóticas, resaltando de largo el número musical de la araña, aunque le quitan algo de ritmo a la trama principal.
Un film interesante y extraño, al que hay que valorar teniendo en cuenta su año de estreno: 1929.
Miguel Arkangel
6
Erich Von Stroheim dirige y protagoniza este original film, uno de los útimos de la época de oro del famoso austriaco.
Stroheim interpreta a Gabbo, un neurótico ventrílocuo incapaz de mantener una relación afectiva normal con ningún ser humano, menos con una mujer, enfocando sus afectos en su inquietante muñeco.
Gabbo maltrata y humilla constantemente a su mujer y compañera de función, quien finalmente lo abandonará. Desde entonces Gabbo se encierra en su mundo donde solo existen él y su muñeco, alcanzando paradójicamente la fama y el dinero en Broadway gracias a su fantástico número de ventriloquismo.
El film me pareció interesante destacando obviamente el personaje de Gabbo, con un Stroheim que realiza una especie de parodia- homenaje a sus personajes aristocráticos que le dieron la fama en la época del cine mudo y no olvidemos a ese muñeco que en realidad me parece perturbador e inquietante.
Las escenas musicales son bastantes estrambóticas, resaltando de largo el número musical de la araña, aunque le quitan algo de ritmo a la trama principal.
Un film interesante y extraño, al que hay que valorar teniendo en cuenta su año de estreno: 1929.
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