Una película flojita flojita que básicamente nos cuenta la historia de un Profesor de Arte y su hija, que se mudan a Estiria, una de las regiones de Eslovenia, a vivir en una mansión antigua donde el padre tiene que estudiar unas pinturas. La hija, Lara, conocerá a una chica de su edad, llamada Carmilla, a la que al parecer está persiguiendo un general de la zona.

La película cuenta con una fotografía muy buena, así como una buena atmósfera y actores de primer nivel como Stephen Rea y la joven Eleanor Tomlinson. Además, el guión cuenta con algunos detalles francamente buenos. Por ejemplo, el paralelismo que se establece entre los capullos de las mariposas con los cuerpos jóvenes que posee Carmilla para mantenerse siempre con vida, más como espíritu que otra cosa, algo no explorado antes en la temática del vampirismo. O por ejemplo la trama de la relación de la madre loca con Lara, la cual durante toda la película se presenta como una joven emo y con tendencias suicidas, y nos ofrece un clímax vibrante cuando Lara debe decidir si dejar que Carmilla la domine y arrojarse al vacío o regresar con su padre.

Cuando la película termina, te queda la sensación de que has visto una muy buena historia, muy emotiva, pero mientras la ves durante la hora y media que dura resulta muy soporífera. Solo en los últimos veinte minutos, comienzas a darte cuenta de que todas las piezas que se han ido mostrando a lo largo del film encajan, pero la dirección es tan farragosa que la primera hora resulta muy aburrida y con la sensación de que nunca ocurre nada.

Floja sin más.

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