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Film no tan en la linea de este director peculiar y extremo, como otros tantos del lejano Oriente, quizás defraude un poco por no ser gore como nos tiene acostumbrados, pues aqui nos presenta un slasher que bien podría ser norteamericano por el prototipo de los protagonistas, pero que gracias al elemento de la máscara de rata y otros, nos demuestra que seguimos en Japón. Y se agradece. Es una forma distinta y divertida de ver un slasher.

No es una joya, es un simple entretenimiento, que con los tiempos que corren, no está nada mal.

Toques bizarros, frases un tanto ridiculas y a la par graciosas y el hecho de que no de pie a ¨reirnos¨ de las pintas del killer son tantos a su favor, al igual que la música melosa, que hace que lo tomemos más en serio de lo que merece.

Le perjudica una falta de presupuesto que hace que los efectos no pasen de serie b con sus pros y contras.

Si quieres ver una pelicula japonesa de venganzas que te haga pensar y tenerte con el corazon en un puño, no veas esta y sí Confessions... Pero si solo quiere pasar 75 minutos distriados, esta es tu peli sin duda.

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