Después de Noroi y Grotesque, cualquier cosa de Koji Shiraishi genera mucha expectativa. Lamentablemente Teke Teke solo queda en la promesa.
En este film se cuenta, la leyenda urbana del fantasma de una mujer con un torso nomas de su cuerpo, que ataca a personas y las corta por la mitad.
Como no podía ser de otra forma, hay dos clásicos de los ponjas: leyendas y bizarreadas.
Acá tenemos a la idol Yuko Oshima, que mas allá de tener mucha simpatía, como ¨scream queen¨ se muere de hambre.
Alguna escena mas o menos lograda (incluyendo el bizarrismo obvio), y otro gran punto a favor es su corta duración, pero no mucho mas.
Una pena que la historia sea tan simple, podía haber dado mas de si. Y Yuko que tampoco da la talla.
Creo que es bueno avisar que cuando supuestamente la peli ha acabado y empiezan sus créditos finales. Están así poco más de un minuto, y posteriormente la peli continúa unos 3 minutos más.. Pocas veces he visto esto en una peli. Aparte de que creo que eso no está bien pues la gente, lógicamente, viendo que ha ¨acabado¨ pues la quita. Centrándome ya en lo que es el film: Para lo corta que es y se me ha hecho ligeramente algo pesada. No digo que sea mala, pero sí la considero mas bien floja. Todo el rollo ese de la leyenda del `Teke Teke´ está muy bien, pero a la peli le falta chispa; para tres veces que sale el bicho y tres muertes.... No sé, pero no me ha terminado de convencer.
Si algo me llama la atención del director de esta película es la facilidad con la que cambia el modo de realizar sus cintas de terror. En 2005 debutó con Noroi (maldición en japonés) que abarcaba el terror nipón desde otro espectro y alejado del “virus” de la niña de pelo largo. Al poco realizó su polémica Grotesque donde la matanza, cercenación y gore se repetían una y otra vez por la pantalla. Y poco antes de eso incurrió en el mundo de las leyendas urbanas con Carved (Kuchisake onna), donde podríamos resumirlo en una especie de slasher vengador. Como vemos, distintos tipos de terror y aún dentro de uno, lo puede a su vez, enfocar de maneras distintas (la “trilogía” found footage: Noroi, Occult, Shirome).
Esta obra es una continuación de su mujer con la boca cortada de un par de años atrás, plasmar en el cine una famosa leyenda urbana japonesa. De Kuchisake Onna cierto es que hay variedad de producciones (de baja calidad/presupuesto, todo sea dicho) que ya abordaron antes que Kôji a esa misteriosa mujer, pero con TekeTeke no es el caso. Dicho sea esto esta obra es lo único que tenemos en formato cinematográfico y uno espera ver algo…eso…que impacte.
Cerrando lo que comentaba al principio, este cineasta es para mí una caja de sorpresas en cuanto a su estilo (lo que he dicho más arriba), pero al mismo tiempo empiezo a cansarme de tener que aguantar obras pasables en su mayoría que no llegan a encandilarme del todo, TekeTeke es otra de ellas.
Lo que a primera instancia marca el paso de esta obra del terror nipón es la calidad visual, de carácter totalmente televisivo y/o de una productora con pocos recursos económicos donde en este caso son tres: Art Port, Honda y Tsurubaya; siendo la última una constante en este tipo de films (haciendo de suport en la saga de Kazuo Umezu). En lo personal y como ya he citado en varias críticas, este factor para otros indispensable, no me resulta un estorbo ni una incomodez, hasta podría decirse que me agrada el V-Cinema. Pero claro, aún con cuatro chelines y tres rupias puedes sacar decentemente un buen trabajo.
No solo la falta de profesionalidad de nuestros actores, los efectos especiales del monstruo o la propia incongruencia del guión; terminan por derrumbarse uno sobre otro haciendo insostenible el esquema donde se sujeta: la credibilidad. El que una película de terror tenga que ser o no creíble lo discutimos otro día, pero creo que aunque sea solo una pizca, una ínfima porción de veracidad en lo que muestra debe tener, y con ello aparece el elemento estrella: terror. Al fin y al cabo estamos viendo una película de miedo, ¿tenemos que asustarnos, no? No sé vosotros pero yo lejos de pasar miedo, taparme la cara o mirar para otro lado me he reído a carcajadas, tal cual. ¿El motivo? Los tres factores que he escrito hace poco provocan el efecto contrario al que debe tener, porque la película se toma en serio, tanto que cae en el ridículo más de una vez (o en el cliché, que también hay).
Tenemos también fallos técnicos entre otras cosas y la estupidez como conductor en más de una ocasión (me pregunto si el director lo hizo a propósito). De todas formas, si estás pensando verte la película después de haber escuchado/leído la leyenda de este aterrador personaje y buscas ese clásico terror japonés tan bien hablado por todos, que no te extrañe después una sensación de estafa al finalizar la peli.
Lo mejor: Las sangrientas muertes
Lo peor: Poca seriedad
Lejos del slasher tipo “monstruo va matando uno a uno a un grupo de adolescentes”, no hypearse…
4/10, placer culpable.
Filme basado en una leyenda japonesa que habla del fantasma vengativo de una mujer que muere al ser cercenada en dos partes por el tren y se aparece para matar sus víctimas cortándoles a la mitad imitando sus propias heridas…El filme en particular cuenta la experiencia personal de un grupo de chicas y su encuentro con ese fantasma, hasta ahí todo bien, pero como es usual en la producciones provenientes de este país, se toman su tiempo para contar la historia y aunque muy interesante, no deja de ser lenta en desarrollo y para algunos probablemente hasta cansada, afortunadamente los momentos de tensión son buenos y algunos sustos también lo son y en lo personal ,siempre se agradece ver plasmada en la pantalla la cultura de es místico país oriental…En general, el “Teketeke” es un buen filme japonés de terror que aunque le falta un poco de producción no deja de ser atractivo al “fan” de este tipo de cine…Recomendable.
Críticas: 5
mahotsukai
7
Correcto film nipón del interesante director Kôji Shiraishi, que ya había incursionado en el cine de terror basado en leyendas urbanas del Japón, con ¨口裂け女¨ (Kuchisake onna, la mujer con la cara cortada) en 2007, y antes con dos películas con críticas favorables como ¨ノロイ¨ (Noroi, 2005) y ¨グロテスク¨ (Grotesque, 2009) estrenada sólo dos meses antes que este film.
Kana es una estudiante de secundaria conmocionada cuando su mejor amigo es encontrado brutalmente asesinado. Investigando al respecto, se enterará de una oscura leyenda urbana local que habla del fantasma de una mujer sin piernas, conocida como Teketeke, cuyo cuerpo fue descuartizado por un tren, décadas atrás. Sabiendo que quienes tienen la suerte de huir de ella sólo tienen 3 días para salvarse, Kana deberá encontrar la forma de evitar su horrible destino.
Shiraishi nos trae una de las leyendas urbanas más populares y macabras que andan en boca de los millones de estudiantes japoneses de secundaria. Una maldición de muerte en la que el fantasma de una mujer que fue cortada por la mitad por un tren, regresa en las noches, a los puentes aledaños al metro de Tokio, para vengarse de todos quienes se pasean por esos lares, y convertirlos en otros Teketekes, cortándolos furiosa y brutalmente con sus garras. Se supone que el engendro se presenta con la parte de arriba de su cuerpo y al desplazarse por el piso con las manos hace un ruido parecido a un ¨tektektektek¨, de ahí su nombre, escrito en Katakana, el silabario que se usa para escribir onomatopeyas.
Hay varias teorías sobre el origen de esta leyenda urbana, siendo las más populares la que habla que “テケテケ” (Teketeke) fue una colegiala que se cayó a la línea del metro –no se sabe si desde un andén o un puente- y a la que nadie ayudó antes de que el tren le pasara por encima. Otros hablan también de otra colegiala muy tímida a la que unos bromistas compañeros de colegio asustaron en el andén del Shinkansen (tren bala) cayendo a las vías, siendo cercenada por la mitad.
Concretamente en la película, el guión de Takeki Akimoto no presenta una teoría muy completa sobre su origen, pero sí entrega algunas características interesantes. En cuanto a su origen, se limita a dejar algunos cabos sueltos, haciendo sólo referencia a que Teketeke fue una mujer que estuvo involucrada en un crimen (sin detallar) y que la vida se encargó de castigar de la forma más brutal, sin especificar en que murió en un accidente o cometió suicidio.
No obstante, involucra otros elementos del folcklore japonés, lo que le permite darle también una referencia legendaria en el que el espectro aparece en libros antiguos y tiene una antigua tumba (o altar, que Chile llamamos “animita”) cuya lápida fue removida y que para aplacar la sed de venganza del engendro requiere reponerse en su sitio original. También, el director agrega más elementos referenciales como el hecho que Teketeke asesina a quienes llevan algún elemento rojo encima, ya que le recuerda la sangre.
Un gran mérito de este film es contar con bastante oficio una historia con un ritmo constante y que genera mayor interés en el espectador al introducirlo en la investigación, sin olvidar ni abusar de las buenas dosis de terror que se refquieren, en especial con las apariciones de Teketeke, en las sombras, en la tenebrosidad de la noche, si bien jamás se enfoca el rostro. Las escenas en las que Teketeke persigue a sus víctimas, desde el enfoque del mismo monstruo como desde un cuadro único (una perspectiva determinada) son convincentes si bien se hubiese podido explotar más la perspectiva del propio espectro persiguiendo implacable y velozmente a sus víctimas.
Otro punto a favor, y quizás esto dé para una saga (y de verdad espero que no degenere en algo demasiado superficial) es el hecho de que nadie puede escapar de Teketeke. Sólo se podrá esquivar sus ataques, sin embargo, no es un mal que pueda ser controlado y, más aún, erradicado para siempre. Tarde o temprano, el fantasma se los cargará a todos, por lo que el sentimiento de angustia de la gente es perceptible. Una vez que te respira en la oreja, estás perdido.
Los efectos especiales a cargo de Yoshihiro Nishimura y Daichi Nagisa son correctos y efectivos mas no impresionantes, especialmente en las rápidas persecuciones a las víctimas, desde la perspectiva de éstas pero mejor aún del monstruo. Sin embargo, hay que admitir que las muertes podrían haber sido más reales, porque el espectador no deja de preguntarse ¿si este monstruo te parte por la mitad, no debería saltar sangre a chorro? Probablemente, la censura también tiene bastante que ver.
La fotografía de Shu Momose resulta competente y aprovecha bien la oscuridad obvia que debería existir en las vacías escalinatas del metro de Tokyo en la noche, y realiza un buen contraste de la urbanidad con otros escenarios “más naturales”, como el bosque, una referencia constante de los japoneses.
El film cuenta con actuaciones correctas considerando el variopinto origen de los actores, comenzando por la cantante Yuko Oshima como Kana, la modelo Mami Yamasaki, la modelo gravure idol Mai Nishida y la experimentada Kaoru Mizuki (“Ju on”; 2003).
En conclusión, una buena película de horror y suspenso, que explora una de las leyendas urbanas de terror más populares y espeluznante del país del sol naciente, sin llegar a encandilar, y que tuvo una secuela el mismo año, “テケテケ 2” (2009).
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