Otro estupendo episodio de la recordada serie “Misterio”, posiblemente el de tono más clásico, tanto por su estructura y argumento como por la puesta en escena. Y es que viendo los responsables de este capítulo resulta del todo lógico, ya que tenemos a Peter Sasdy (“Las manos del destripador”) -otrora uno de los directores estrella de la Hammer- tras las cámaras, y como responsable del guión nada menos que al gran Brian Clemens, autor, entre otros, de los guiones de esas dos joyas de terror psicológico que son “Y de repente la oscuridad” y “Terror ciego”; además de ser el creador de la excelente serie “Tensión” (Thriller), igualmente en un estilo muy similar al de esas películas. Como era de esperar, todo esto se se puede apreciar en “El dulce aroma de la muerte” y aunque siempre suele ser algo de agradecer, también se nota en demasía que estamos ante algo familiar. Ante algo que cualquier aficionado a los thrillers psicológicos de la Hammer conoce bien. Esto implica que, a pesar de que los motivos para los sucesos estén muy bien elaborados por Clemens, los giros y sorpresas que hay en la historia se vean venir desde lejos y que el desenlace sea algo predecible. Con todo, el manejo que hace Sasdy de las secuencias clave y especialmente del clímax final, equilibra bastante bien esa previsibilidad y logra elevar el interés para que la historia no decaiga en ningún momento. Si a ello le sumamos un buen reparto con un puñado de interpretaciones eficaces, el resultado final es incluso notable. Y es que el cast tiene un atractivo indudable: Shirley Knight (“Sueños siniestros”) es la protagonista femenina sobre la que se ciernen todas las amenazas. A su lado y como esposo está el otro norteamericano de este episodio, Dean Stockwell (“Terror en Dunwich”). Mientras que por parte inglesa destacan el siempre inquietante Michael Gothard (“Lifeforce”), Robert Lang (“Una hora en la noche”) en uno de sus habituales papeles de policía, y Carmen Du Sautoy (“Praying Mantis”) dando vida a uno de esos personajes enigmáticos en los que suele brillar, aunque en esta ocasión su presencia es demasiado corta.
No estamos ante el mejor episodio de “Misterio” (honor que recae en “Poseídos”) pero si ante un ejemplo claro del buen nivel de esta serie que merece todos los reconocimientos.
lokis
8
Otro estupendo episodio de la recordada serie “Misterio”, posiblemente el de tono más clásico, tanto por su estructura y argumento como por la puesta en escena. Y es que viendo los responsables de este capítulo resulta del todo lógico, ya que tenemos a Peter Sasdy (“Las manos del destripador”) -otrora uno de los directores estrella de la Hammer- tras las cámaras, y como responsable del guión nada menos que al gran Brian Clemens, autor, entre otros, de los guiones de esas dos joyas de terror psicológico que son “Y de repente la oscuridad” y “Terror ciego”; además de ser el creador de la excelente serie “Tensión” (Thriller), igualmente en un estilo muy similar al de esas películas. Como era de esperar, todo esto se se puede apreciar en “El dulce aroma de la muerte” y aunque siempre suele ser algo de agradecer, también se nota en demasía que estamos ante algo familiar. Ante algo que cualquier aficionado a los thrillers psicológicos de la Hammer conoce bien. Esto implica que, a pesar de que los motivos para los sucesos estén muy bien elaborados por Clemens, los giros y sorpresas que hay en la historia se vean venir desde lejos y que el desenlace sea algo predecible. Con todo, el manejo que hace Sasdy de las secuencias clave y especialmente del clímax final, equilibra bastante bien esa previsibilidad y logra elevar el interés para que la historia no decaiga en ningún momento. Si a ello le sumamos un buen reparto con un puñado de interpretaciones eficaces, el resultado final es incluso notable. Y es que el cast tiene un atractivo indudable: Shirley Knight (“Sueños siniestros”) es la protagonista femenina sobre la que se ciernen todas las amenazas. A su lado y como esposo está el otro norteamericano de este episodio, Dean Stockwell (“Terror en Dunwich”). Mientras que por parte inglesa destacan el siempre inquietante Michael Gothard (“Lifeforce”), Robert Lang (“Una hora en la noche”) en uno de sus habituales papeles de policía, y Carmen Du Sautoy (“Praying Mantis”) dando vida a uno de esos personajes enigmáticos en los que suele brillar, aunque en esta ocasión su presencia es demasiado corta.
No estamos ante el mejor episodio de “Misterio” (honor que recae en “Poseídos”) pero si ante un ejemplo claro del buen nivel de esta serie que merece todos los reconocimientos.
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