Episodio de la ¨Hammer House of mystery and suspense¨, que dirigió Alan Cooke, único de los 13 que dirigió, y que la verdad, tampoco aporta gran cosa...máxime viendo su trayectoria, en la que casi todos sus trabajos se limitan a productos televisivos de escaso interés, salvando algunas honrosas excepciones (hay un film de 1970 titulado ¨La mente del Sr. Soames¨ bastante interesante)...este episodio es ni más ni menos que otro de esos trabajos de mínima repercusión, pero no por ello algo desahuciado.
La actriz norteamericana Michelle Phillips y el neozelandés James Laurenson, son los protagonistas principales de este drama con tintes de suspense y algo de misterio en la que se hace un pequeño alegato al valor del trabajo de un artista con vida, en comparación a cuando ya está muerto. Y de como pueden revalorizarse obras artísticas por el simple hecho de haber sido creadas por alguien que ya falleció...de eso las compañías distribuidoras se hacen continuamente cargo de ello.
Resulta que un pintor cuya obra no tiene demasiada repercusión, muere en lo que parece un suicidio...aunque en realidad no ha muerto y se oculta en el desván de su casa, en una treta con su esposa, para que pueda vender sus cuadros a un valor en alza y poder acumular cuanto más dinero mejor. En la buhardilla sigue trabajando sin cesar en pinturas que se supone ya había pintado...pero la concentración le falla, le juega malas pasadas y solo pinta cuadros tristes, desesperados y con una especie de premonición implícita...como intuyendo lo que va a pasar...y a menudo situaciones de fatalidad.
Este es el único concepto de la película en el que se observan atisbos de misterio e inquietud...pues por lo demás, es un episodio enteramente de suspense, sin nada sobrenatural en él... La temática paranormal abordó parte de los episodios de esta serie...pero no todos, ya que varios de ellos eran enteramente y simplemente historias de suspense.
El argumento toma un trayecto paralelo en dos vertientes: Por un lado la esposa tiene un idilio con el director de la galería de arte que se encarga de vender los cuadros del marido...y por otro, el pintor, que cada vez delira más víctima de su soledad, de no poder salir ante la gente y de sus sospechas de la infidelidad de su mujer.
A todo esto un par de inspectores de policías siguen una pista debido a que sospechan que en realidad, el pintor no ha muerto...
Hay una gran parte del film interesante...pero hacia el final se desborda en un sinsentido. Los policías desaparecen de repente de la trama, y en un instante, después de un momento de tensión en el que tanto la esposa como su amante ven con buenos que el pintor pueda caer desde un montacargas...se hacen los tres tan amigos y le ceden una casa de campo para que se concentre en sus pinturas.
El final del episodio es perfectamente previsible y se adivina bastante antes de que ocurra la secuencia final, que por otro lado es casi lo mejor de la película y resulta hasta poético: El pintor a pintado un cuadro en el que su mujer y el amante de esta, yacen muertos a orillas de una playa después de haberse despeñado por un barranco....justo la misma situación que ocurre en la secuencia final de la película.
Se le puede echar un vistazo para retrotraerse nostálgicamente a lo que fue esta serie, y completar así el visionado de todos los capítulos...pero no es de lo mejor de esta interesante colección de telefilms.
Lowell Freeman
6
Episodio de la ¨Hammer House of mystery and suspense¨, que dirigió Alan Cooke, único de los 13 que dirigió, y que la verdad, tampoco aporta gran cosa...máxime viendo su trayectoria, en la que casi todos sus trabajos se limitan a productos televisivos de escaso interés, salvando algunas honrosas excepciones (hay un film de 1970 titulado ¨La mente del Sr. Soames¨ bastante interesante)...este episodio es ni más ni menos que otro de esos trabajos de mínima repercusión, pero no por ello algo desahuciado.
La actriz norteamericana Michelle Phillips y el neozelandés James Laurenson, son los protagonistas principales de este drama con tintes de suspense y algo de misterio en la que se hace un pequeño alegato al valor del trabajo de un artista con vida, en comparación a cuando ya está muerto. Y de como pueden revalorizarse obras artísticas por el simple hecho de haber sido creadas por alguien que ya falleció...de eso las compañías distribuidoras se hacen continuamente cargo de ello.
Resulta que un pintor cuya obra no tiene demasiada repercusión, muere en lo que parece un suicidio...aunque en realidad no ha muerto y se oculta en el desván de su casa, en una treta con su esposa, para que pueda vender sus cuadros a un valor en alza y poder acumular cuanto más dinero mejor. En la buhardilla sigue trabajando sin cesar en pinturas que se supone ya había pintado...pero la concentración le falla, le juega malas pasadas y solo pinta cuadros tristes, desesperados y con una especie de premonición implícita...como intuyendo lo que va a pasar...y a menudo situaciones de fatalidad.
Este es el único concepto de la película en el que se observan atisbos de misterio e inquietud...pues por lo demás, es un episodio enteramente de suspense, sin nada sobrenatural en él... La temática paranormal abordó parte de los episodios de esta serie...pero no todos, ya que varios de ellos eran enteramente y simplemente historias de suspense.
El argumento toma un trayecto paralelo en dos vertientes: Por un lado la esposa tiene un idilio con el director de la galería de arte que se encarga de vender los cuadros del marido...y por otro, el pintor, que cada vez delira más víctima de su soledad, de no poder salir ante la gente y de sus sospechas de la infidelidad de su mujer.
A todo esto un par de inspectores de policías siguen una pista debido a que sospechan que en realidad, el pintor no ha muerto...
Hay una gran parte del film interesante...pero hacia el final se desborda en un sinsentido. Los policías desaparecen de repente de la trama, y en un instante, después de un momento de tensión en el que tanto la esposa como su amante ven con buenos que el pintor pueda caer desde un montacargas...se hacen los tres tan amigos y le ceden una casa de campo para que se concentre en sus pinturas.
El final del episodio es perfectamente previsible y se adivina bastante antes de que ocurra la secuencia final, que por otro lado es casi lo mejor de la película y resulta hasta poético: El pintor a pintado un cuadro en el que su mujer y el amante de esta, yacen muertos a orillas de una playa después de haberse despeñado por un barranco....justo la misma situación que ocurre en la secuencia final de la película.
Se le puede echar un vistazo para retrotraerse nostálgicamente a lo que fue esta serie, y completar así el visionado de todos los capítulos...pero no es de lo mejor de esta interesante colección de telefilms.
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