Al igual que las películas de Fantomas, este fue un homenaje sesentero a la magnífica obra de uno de los padres del cine de acción y aventura como Louis Feuillade. Creado por el director francés, Judex es como Fantomas un tipo misterioso, con su capa y su sombrero negros, pero él es un amigo de los desfavorecidos y los desamparados, cosa que le ha dado el epíteto, junto a Maciste, de “santo patrón de los superhéroes”.
Protagoniza Channing Pollock, personaje fascinante pero actor regulero que si embargo funciona bien como Judex, hombre serio, taciturno y clemente con sus posibles víctimas. Pero aquí el peso de la acción lo llevan tres mujeres: las históricas Francine Bergé – excelente villana: una femme fatale bella, elegante y atlética, la clave de la película - y Edith Scob (ambas aún en activo a fecha de 2017) y la aparición especial de una Sylva Koscina (joder, esta salía en todas en esa época ¿no?) que aparece para hacer de deus ex machina.
Franju realiza la película con ingenio estructurándola en cuadros con ocasionales intertítulos, y el guion de Jacques Champreux y Francis Lacassin resume hábilmente el serial original de Feulliade y Bernède, añadiendo algunos chistecillos a cargo del fantasioso detective cocantin. Resultado: una actualización de esos seriales de época. Dinámica, con bastante acción (no os esperéis tampoco un desenfreno) y un aire de película de aventuras familiar llena de trucos, trampas y agujeros argumentales y deus ex machina deliberadamente desvergonzados, al estilo de esos ya centenarios seriales.
Conseguido ambiente retro, destacando el vestuario, el diseño del cubil de Judex (una especie de proto-Batcueva con entradas secretas y gadgets), una elegante fotografía en blanco y negro y una discreta banda sonora de Maurice Jarre que se combina bien con la acción.
Alguno que otro se va a escandalizar por la nota, pero he disfrutado como un enano. Con “Ojos sin rostro”, Franju demostró que el cine de autor europeo de esa época que tanto gustaba a los hípsters de la vida y que a algunos frikazos nos hace rabiar y sacar bilis (exagero un poco, ya lo sé) no iba reñido con el gancho comercial y el entretenimiento masivo, y aquí lo confirmó aún más. Un excelente y entretenido homenaje al maestro Feuillade, con sus virtudes y defectos uno de los padres del cine de acción.
bigladiesman
9
Al igual que las películas de Fantomas, este fue un homenaje sesentero a la magnífica obra de uno de los padres del cine de acción y aventura como Louis Feuillade. Creado por el director francés, Judex es como Fantomas un tipo misterioso, con su capa y su sombrero negros, pero él es un amigo de los desfavorecidos y los desamparados, cosa que le ha dado el epíteto, junto a Maciste, de “santo patrón de los superhéroes”.
Protagoniza Channing Pollock, personaje fascinante pero actor regulero que si embargo funciona bien como Judex, hombre serio, taciturno y clemente con sus posibles víctimas. Pero aquí el peso de la acción lo llevan tres mujeres: las históricas Francine Bergé – excelente villana: una femme fatale bella, elegante y atlética, la clave de la película - y Edith Scob (ambas aún en activo a fecha de 2017) y la aparición especial de una Sylva Koscina (joder, esta salía en todas en esa época ¿no?) que aparece para hacer de deus ex machina.
Franju realiza la película con ingenio estructurándola en cuadros con ocasionales intertítulos, y el guion de Jacques Champreux y Francis Lacassin resume hábilmente el serial original de Feulliade y Bernède, añadiendo algunos chistecillos a cargo del fantasioso detective cocantin. Resultado: una actualización de esos seriales de época. Dinámica, con bastante acción (no os esperéis tampoco un desenfreno) y un aire de película de aventuras familiar llena de trucos, trampas y agujeros argumentales y deus ex machina deliberadamente desvergonzados, al estilo de esos ya centenarios seriales.
Conseguido ambiente retro, destacando el vestuario, el diseño del cubil de Judex (una especie de proto-Batcueva con entradas secretas y gadgets), una elegante fotografía en blanco y negro y una discreta banda sonora de Maurice Jarre que se combina bien con la acción.
Alguno que otro se va a escandalizar por la nota, pero he disfrutado como un enano. Con “Ojos sin rostro”, Franju demostró que el cine de autor europeo de esa época que tanto gustaba a los hípsters de la vida y que a algunos frikazos nos hace rabiar y sacar bilis (exagero un poco, ya lo sé) no iba reñido con el gancho comercial y el entretenimiento masivo, y aquí lo confirmó aún más. Un excelente y entretenido homenaje al maestro Feuillade, con sus virtudes y defectos uno de los padres del cine de acción.
Me gusta (0) Reportar