Extraño que no haya críticas anterioores sobre erste dramático film. Dos patanes suben a un tren de medioanoche y aterrorizan a cada pasajero que se encuentra en el último carro, ell que ha sido bloqueado del resto por parte de ellos. Lo interesante, aparte de las actuaciones de los protagonistas, es la frialdad y distancia que toma el director (Larry Pearce) con respecto a la situación descrita. No solo los dos delincuentes son seres vacíos, desalmadsos y egoístas. Cada uno de los pasajeros anida en su interior los mismos sentimientos de maldad y degradación (cada uno en distinta escala), de sus torturadores, pero sin que éstos hayan aflorado a la superficie, pero están ahí latentes para ser deesencadenados. Odio, cobardía, desprecio por los demás y por si mismo. Sin concesiones, esta película podría ser considerada entre las mejores de los años 60. Tony Musante y Martin Sheen, insuperables en sus detestables papeles. Secundados por actores de la talla de Ruby Dee, Beau Bridges. Si tiernen oportunidad de visionarla, no lo piensen dos veces. Para poner los pelos de punta, sin ser de terror fantático.

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