Richard Johnson vuelve como Bulldog Drummond, superagente de seguros, en una secuela de tono algo más paródico que “Más peligrosas que los hombres”.
Johnson vuelve a estar lucido como Drummond: sigue siendo irónico, lenguaraz y solvente en las escenas que requieren acción física. James Villiers es un maloso experto en disfraces, la americana reina del euro-aerobic Sydne Rome – conocida aquí por su muy publicitado romance con Julio Iglesias, con el que incluso grabó un dúo - es la descerebrada Flicky en su debut cinematográfico, y el showman Ronnie Stevens es Peregrine Carruthers, sufrido ayudante de Drummond. Daliah Lavi y Robert Morley, co-estrellas del reparto, aparecen en papeles más bien secundarios.
Escrita por la pareja ayudante de Jimmy Sangster en la anterior entrega, David Osborn y Liz Charles-Williams, nos presenta una película en líneas generales más divertida que su predecesora, pero que no resulta tan satisfactoria a largo plazo.
Aspecto técnico muy competente pero, como el guion, no tan lucido como el de la primera parte. La manera en que el equipo convierte los lujosos pueblos costeros de Begur y SAgaró (Girona, en plena Costa Brava) en Marruecos es muy lograda, y la música de fondo a cargo del productor de música pop Charles Blackwell es excelente, con partes que son puro rock guitarrero con pedal wah-wah y todo, lo que aún era algo complicado de encontrar en cine (el año siguiente a estrenarse la peli, este tipo de bandas sonoras pasaría a ser mucho más habitual).
Se complementa bien con su antecesora: mientras esa era mejor en términos generales, esta resulta más entretenida de ver, lo que las deja empatadas y en una notable contribución al mundo del Eurospy.
bigladiesman
6
Richard Johnson vuelve como Bulldog Drummond, superagente de seguros, en una secuela de tono algo más paródico que “Más peligrosas que los hombres”.
Johnson vuelve a estar lucido como Drummond: sigue siendo irónico, lenguaraz y solvente en las escenas que requieren acción física. James Villiers es un maloso experto en disfraces, la americana reina del euro-aerobic Sydne Rome – conocida aquí por su muy publicitado romance con Julio Iglesias, con el que incluso grabó un dúo - es la descerebrada Flicky en su debut cinematográfico, y el showman Ronnie Stevens es Peregrine Carruthers, sufrido ayudante de Drummond. Daliah Lavi y Robert Morley, co-estrellas del reparto, aparecen en papeles más bien secundarios.
Escrita por la pareja ayudante de Jimmy Sangster en la anterior entrega, David Osborn y Liz Charles-Williams, nos presenta una película en líneas generales más divertida que su predecesora, pero que no resulta tan satisfactoria a largo plazo.
Aspecto técnico muy competente pero, como el guion, no tan lucido como el de la primera parte. La manera en que el equipo convierte los lujosos pueblos costeros de Begur y SAgaró (Girona, en plena Costa Brava) en Marruecos es muy lograda, y la música de fondo a cargo del productor de música pop Charles Blackwell es excelente, con partes que son puro rock guitarrero con pedal wah-wah y todo, lo que aún era algo complicado de encontrar en cine (el año siguiente a estrenarse la peli, este tipo de bandas sonoras pasaría a ser mucho más habitual).
Se complementa bien con su antecesora: mientras esa era mejor en términos generales, esta resulta más entretenida de ver, lo que las deja empatadas y en una notable contribución al mundo del Eurospy.
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