Gus Van Sant es de esos genios que se niega a repetir los viejos esquemas del cine tradicional. Y no podemos negarle su talento. Paranoid Park, en donde vuelve a abordar el tema de la soledad y la desconexión, es una de esas películas que nos muestran su peculiar estilo. Luego de verla recuerdas planos, escenas completas, que no se te quitan de la cabeza, gracias a un dominio extraordinario de la fotografía, del plano y del plano secuencia, y esa sensibilidad tan especial, para con solo imágenes transmitirnos los sentimientos del personaje.
Basta con los planos del rostro de Alex, (un típico personaje adolescente de Van Sant, con sus rasgos de chico/chica) para que podamos comprender lo que siente por el divorcio de sus padres, su soledad (aun teniendo una hermosa chica como novia), su búsqueda de sí mismo, lo que siente frente a su familia, por el skate, su introversión, aun con el sexo, y que ahora además, por una tragedia, deberá enfrentar y cargar con un sentimiento de culpa que lo atormenta y sin saber qué hacer ni a quién acudir.
“Paranoid Park” es otra obra en la que Van Sant se acerca, desde su personalísimo estilo, a los adolescentes desconectados, incapaces de adaptarse a un mundo que no sea el suyo interior, aquí representado en un parque de skaters, único lugar donde puedes ser libre, donde solo importan tus propias reglas y al que sólo los iniciados pueden acceder. Sí, también es la historia de un crimen, pero en realidad es sobre el mundo interior de un adolescente desenfocado, para el que la vida es una interrogante para la cual no tiene respuestas, un enigma sin resolver. Sumergido en la culpa, quizás al final, una carta escrita para el fuego, sirva de desahogo y catarsis.
Paranoid Park.
Una cinta humilde narrada desde el punto de vista de protagonista, Alex, de una manera ciertamente interesante con elegancia y sutilidad en un tono intimista y cercano.
La música, los planos, la fotografía, el estilo de la dirección, todo ello exhibe deliberadamente un estílo único, un viaje por la anatomía del sentimiento adolescente, por sus luces y sus sombras. No pretende impresionar, brilla por sí sola, otorga solo sutiles pinceladas de las características del entorno que determinan la situación de Alex sin caer en la necesidad de recurrir a sensacionalismos, no le hace falta y eso la hace una cinta muy única.
Cinta simplona, lenta y que rellena su duracion con multiples eescenas de jovenes montando sus skaters.
La historia es buena y se pudo haber realizado algo con un mejor resultado, la historia se centra en alex, un chico skater que por accidente asesina a un guardia de seguridad el cual muere siendo arrollado por el tren.
Las actuaciones no son de lo mejor ya que la mayoria de sus protagonistas son principiantes.
La historia daba para algo de mejor calidad pero la idea no fue bien llebada a cabo y el resultado es una cinta mediocre que pasa al olvido rapidamente sin dejar una huella en el espectador.
Críticas: 4
[email protected]
7
Buena película de Gus Van Sant.
Si bien el film es extraño, con tiempos muy pausados y no sigue el esquema de la estructura cásica de un guión, si te dejás llevar en la trama, no aburre en ningún momento.
Tiene una historia simplista pero que no deja de ser existencial.
Las actuaciones están todas muy bien ya que son sobrias.
La música me gustó.
Recomendable!
Me gusta (0) Reportar