Karel Zeman fue una de las principales figuras del cine fantástico europeo de mitades del S.XX, y de haber tenido las mismas posibilidades que en Hollywood, hubiera llegado a hacer sombra a George Pal y Ray Harryhausen como técnico de FX. Sin embargo, Zeman se centró más en el cine de animación, realizando curiosos experimentos que recuerdan al Pal de los años 30 y 40, solo que 20 años después como cortos de animación en cristal (“Inspiración”, de 1948) o su actualización de las técnicas y estética de su reverenciado Georges Meliès.
Con esta película se inicia el ciclo de Zeman sobre Julio Verne, re-interpretando las obras del genio francés a su manera. Esta primera vez se trata de una versión libre de “Viaje al centro de la tierra”, donde unos chavales, inspirados por ese mismo libro, deciden hacer su propia expedición, con despatarrantes resultados. La película está narrada por uno de los chicos, ya adulto (pero con voz de niño), que repasa el diario del viaje. Como las obras del escritor de Nantes, esta película tiene una gran vocación educativa, que muestra a los protas viajando del paleolítico a las eras cambrianas en su barquichuela, mostrando las especies y supuestos paisajes de las distintas épocas.
Qué os puedo decir: es una de esas joyitas del fantástico con que de tanto en cuando nos deleitan los países del Este. En color y dotada de unos estupendos FX que incluyen tanto stop-motion como autómatas, marionetas e incluso animales de verdad para representar a la fauna antediluviana, en una propuesta cargada de candidez, un producto 100% familiar de pura evasión. Aquí la acción está supeditada a los FX, y no se puede esperar mucho la calidad de las interpretaciones de los chavales, aunque el que hace de narrador (en la faceta de voz en off; en cuanto a presencia física, normalillo/mediocre como sus compañeros) lo hace con un aplomo ejemplar.
Como defectos, debo señalar que la edición me ha parecido un tanto torpe, con saltos de escena repentinos y fundidos a negro en los momentos más insospechados e inoportunos. También se debe tomar nota de lo repetitivo de la acción: Los cuatro críos observan, se separan del grupo, y se vuelven a encontrar una y otra vez, con muchas peripecias relacionadas con la fauna y flora de la época entre medio.
Así y todo la buena intención de educar deleitando y la impresionante factura técnica suplen con creces los defectos que pueda tener la peli. Y más teniendo en cuenta que tiene casi 60 años y se hizo sin los recursos que había en Hollywood.
bigladiesman
8
Karel Zeman fue una de las principales figuras del cine fantástico europeo de mitades del S.XX, y de haber tenido las mismas posibilidades que en Hollywood, hubiera llegado a hacer sombra a George Pal y Ray Harryhausen como técnico de FX. Sin embargo, Zeman se centró más en el cine de animación, realizando curiosos experimentos que recuerdan al Pal de los años 30 y 40, solo que 20 años después como cortos de animación en cristal (“Inspiración”, de 1948) o su actualización de las técnicas y estética de su reverenciado Georges Meliès.
Con esta película se inicia el ciclo de Zeman sobre Julio Verne, re-interpretando las obras del genio francés a su manera. Esta primera vez se trata de una versión libre de “Viaje al centro de la tierra”, donde unos chavales, inspirados por ese mismo libro, deciden hacer su propia expedición, con despatarrantes resultados. La película está narrada por uno de los chicos, ya adulto (pero con voz de niño), que repasa el diario del viaje. Como las obras del escritor de Nantes, esta película tiene una gran vocación educativa, que muestra a los protas viajando del paleolítico a las eras cambrianas en su barquichuela, mostrando las especies y supuestos paisajes de las distintas épocas.
Qué os puedo decir: es una de esas joyitas del fantástico con que de tanto en cuando nos deleitan los países del Este. En color y dotada de unos estupendos FX que incluyen tanto stop-motion como autómatas, marionetas e incluso animales de verdad para representar a la fauna antediluviana, en una propuesta cargada de candidez, un producto 100% familiar de pura evasión. Aquí la acción está supeditada a los FX, y no se puede esperar mucho la calidad de las interpretaciones de los chavales, aunque el que hace de narrador (en la faceta de voz en off; en cuanto a presencia física, normalillo/mediocre como sus compañeros) lo hace con un aplomo ejemplar.
Como defectos, debo señalar que la edición me ha parecido un tanto torpe, con saltos de escena repentinos y fundidos a negro en los momentos más insospechados e inoportunos. También se debe tomar nota de lo repetitivo de la acción: Los cuatro críos observan, se separan del grupo, y se vuelven a encontrar una y otra vez, con muchas peripecias relacionadas con la fauna y flora de la época entre medio.
Así y todo la buena intención de educar deleitando y la impresionante factura técnica suplen con creces los defectos que pueda tener la peli. Y más teniendo en cuenta que tiene casi 60 años y se hizo sin los recursos que había en Hollywood.
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