Ficha Cold Fish

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Críticas de Cold Fish (11)




Mad Warrior

  • 11 Jan 2022

10



Decía Woody Allen: ¨Para mí la naturaleza son arañas y chinches, y luego eso de que el pez grande se come al chico y plantas carnívoras...¡todo es como un enorme restaurante!¨. Vaya si tenía razón.
Porque vivimos para comernos, porque el hombre es un lobo para el hombre, aunque se disfrace con piel de cordero y quiera pasar desapercibido. Se puede aplicar a esta película del mismo modo que a la vida real.

Cuando descubrí ¨Cold Fish¨ no sabía donde me metía a pesar de conocer algo de Sion Sono; para los que hayan oído hablar de él sabrán que no hay que acercarse así como así a sus siempre sorprendentes y controvertidas obras. Ésta me mantuvo en un estado constante de tensión, me produjo ansiedad, me amargó el día...nunca una película me resultó tan sofocante. Tras el drama ¨Be Sure to Share¨, Sono decidió retornar al estilo que había marcado ¨Exposición de Amor¨, cuyos temas y duración lo convirtieron en su obra maestra.
Aquella sería la primera entrega de la Trilogía del Odio del director, que completarían ¨Guilty of Romace¨ y la que nos ocupa, donde una vez más, y para no romper la costumbre, Sono decidió basarse en hechos reales, concretamente en una serie de brutales crímenes sucedidos en Saitama a principios de los 90 perpetrados por Gen Sekine y su esposa Hiroko, propietaria de una tienda de mascotas, quienes asesinaron a cuatro personas con ayuda de un empleado, por lo que fueron sentenciados a la horca (en Japón se condena bien a los asesinos).

El director, modificando levemente los sucesos, nos presenta a Nobuyuki Shamoto, propietario de una pequeña tienda de peces, un hombre cuya vida está marcada por la insatisfacción y que comparte junto a una joven esposa que no le ama y una hija rebelde y consentida que ni le respeta ni acepta a su nueva mujer. Esa vida ha hecho de él un hombre débil, reprimido, que prefiere habitar el pasado antes que afrontar la cruda realidad, en cuyo interior anhela hallar una vía de escape (quizá de ahí su afición a la astronomía) que le conceda la paz absoluta en un mundo que se la niega de forma reiterada y que, como veremos, le será imposible alcanzar.
Un desafortunado accidente le hará conocer a Yukio Murata, quien también posee una tienda de peces, mucho más grande; éste se perfila como su completa antítesis: ambicioso, seguro de sí mismo y capaz de ganarse la simpatía de su esposa y su hija. Sin embargo ¨Cold Fish¨, y esa es una de sus mayores virtudes, nos advierte que bajo las apariencias se esconden terribles secretos, que hay monstruos con la habilidad de ocultarse entre la gente normal sirviéndose de la hipocresía y la manipulación y de llevarla hacia oscuros inframundos, pues la sociedad sólo es pura corrupción y maldad.

Sono nos sumerge en el drama y en su atmósfera de melancolía y opresión con total naturalidad, acercándose a sus actores con su cámara temblorosa y captando al vuelo las sensaciones al estilo de Iñárritu, por ejemplo, lo que dota al film de cierto aire documental, reforzado por la obsesiva insistencia en la cronología de los hechos (cada segundo es vital en la transformación del protagonista) y sin necesitar mucho tiempo para que nos identifiquemos con los personajes, sobre todo con Nobuyuki, amenazado por los elementos que le rodean. Tras una densa media hora llega la primera sorpresa: Murata empieza a mostrar su verdadero ser sobre la débil Taeko, quien se deja abusar por él (al fin halla el negativo bruto y viril de Nobuyuki).
Esta liberación a través del sexo por parte de la mujer encuentra similitudes con la Amy de ¨Perros de Paja¨ (¨Cold Fish¨ comparte puntos en común con la de Peckinpah). A los 45 minutos Murata se revela. De ahí en adelante el film irá ganando en tensión y violencia atrapando al protagonista y al espectador, que pasará a ocupar su lugar. Sono nos golpea con un giro radical, evaporándose de un plumazo la bien urdida cortina de humo; el bufón excéntrico que era Murata y la simpática Aiko se tornan seres aterradores e imponentes que arrastran a Nobuyuki al subsuelo profundo y siniestro que subyace a la realidad cotidiana.

Como él, reaccionamos consternados, impactados por el delirante aluvión de violencia que estamos presenciando: la casa con la iconografía cristiana, las velas, los cuchillos...todo fruto de una pesadilla, una falsa realidad tan palpable y auténtica, no obstante, como el propio Nobuyuki, quien se va hundiendo en ella poco a poco y aceptándola sin posibilidad de salvación (Taeko pretende llamarle pero Murata se adelanta). La continua presión a la que es sometido y la dura confrontación que le plantea Murata derivará en el cambio de personalidad más brutal y radical jamás visto (lo detallaré más abajo), que ocupará la última y frenética media hora.
Sono, como de costumbre, estruja a sus actores hasta sacar lo mejor de ellos, bien demostrado por unos Mitsuru Fukikoshi y Yoshihiro ¨Denden¨ Ogata absolutamente magistrales y reveladores durante toda la película (y más aún en el tramo final) acompañados del genial Tetsu Watanabe y Megumi Kagurazaka, mujer del director en su primera y más memorable colaboración. Asuka Kurosawa y Hikari Kajiwara me sacan de mis casillas. La puesta en escena, contundente y agobiante, se equilibra a la perfección con la fotografía de Shinya Kimura y la música de Tomohide Harada, que impregnan al film de una atmósfera envolvente y oscura, atravesada por una paleta de fuertes sensaciones (que va desde la extrañeza al malestar y el desaliento) unidas a un humor negro de lo más retorcido.

Descorazonadora y difícil de digerir, sobre todo si se es novato en la filmografía del director, ¨Cold Fish¨ tiene la habilidad de coger por sorpresa al espectador para luego enroscarle en su interior, irritándole, asfixiándole, revolviéndole las tripas, acabando con su paciencia...
Pocos ¨thrillers¨ logran agotar física y mentalmente con tanta eficacia como el del sr. Sono, que se gana a pulso el estar entre los mejores de la Historia del cine.
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Seguramente, el cambio más radical y destructivo (incluso autodestructivo) que se ha visto hasta el momento en la Historia del cine (junto con el del David de ¨Perros de Paja¨), sea el de Nobuyuki.

Este hombre reprimido, incapaz de tomar decisiones, de hacerse respetar en su propia casa, siempre está rodeado sin poder escapar, cual pez pequeño al que los grandes acorralan (presenciado de manera directa cuando Mitsuko echa al pez en la pecera y es devorado por los otros). Lógicamente, se siente inferior al enérgico, risueño y decidido Yukio Murata, su completo negativo.
Tres cuartos de hora. Sono ha conseguido que nos pongamos en el lugar del desgraciado protagonista, por el que sentimos lástima. Irrupción brutal: sorprendido, es testigo del terrible ser que emerge del otrora simpático Murata, la criatura perversa que escondía en su interior y que le conduce a un negro abismo; parece que está en una espantosa pesadilla de la que sólo quiere despertar...sin embargo todo es real, y Murata se lo hace ver una y otra vez (¨¡La Tierra es una pila de rocas!¨).

Una hora. Somos Nobuyuki, está tan aterrado y cohibido como él por el monstruo de Murata, que le humilla sin compasión, recordándole lo miserable de su existencia. Momento significativo: Murata le asusta (¨me recuerda a mí de niño, nervioso y miedoso¨); si hacemos memoria, poco antes, en la casa, aquél le hablaba de los abusos que cometía su padre en ese lugar. Cambian las tornas: Murata sustituye al padre y Nobuyuki es el hijo cobarde; encarnación paradójica de la autoridad que pronto le someterá, como hacía Frank con Jeffrey en ¨Terciopelo Azul¨.
Ese siniestro sustitutivo lo hallamos en la relación entre Murata y Nobuyuki, Murata y Mitsuko (encuentra a una figura paterna que la comprende y la anima), Murata y Taeko (halla a un amante viril y bruto, lejos del romántico patético con el que está casada) y, finalmente, retornará a Nobuyuki, aunque sufriendo un gran intercambio de roles, que llegará a las dos horas de película, en las que el protagonista se ha visto arrastrado al psicótico mundo de Murata y Aiko, el cual parece estar aceptando poco a poco. Segunda confrontación: ¨Es hora de aceptar la realidad¨.

Murata quiere despertar al otro ¨yo¨ de Nobuyuki, la bestia que esconde tras esa fachada de debilidad e hipocresía. Actúa de catalizador, vuelve a humillarle, a tratarle como un niño (como su padre le trataba): ¨¡Imagine que soy su padre, venga, pégueme!¨. La presión alcanza cotas inimaginables. Nobuyuki no puede hacer nada salvo proferir desgarradores llantos, y el espectador pide a gritos un cambio, una reacción. Al fin somos complacidos; con un bolígrafo comienza Nobuyuki su cruzada de venganza.
Shock. Cada puñalada sobre Murata es un estallido de rabia, un paso más a la liberación. El protagonista se arranca sus demonios con violencia, la misma que le impregnaron; el dolor transportará a Murata a su infancia (¨papá, déjame...me haces daño¨) mientras Nobuyuki pasa a ser el ¨padre¨ maltratador. Acepta en lo más profundo de su psique la violencia que antes rechazaba, y acaba moldeado a imagen y semejanza de Murata, primero como aprendiz, luego como sustitutivo; ha cruzado al ¨otro¨ lado y ya no será nunca más el mismo (o a lo mejor es él mismo por primera vez...).

Lo consiguiente es puro frenesí. Adiós a las máscaras, un mundo nuevo se abre ante Nobuyuki, a quien seguimos en esa espiral de violencia y liberación radical. Queremos que viole a Taeko, pegue a Mitsuko y acuchille a Aiko, queremos verle gritar, revolverse, revelarse contra todos los seres de la creación.
Nos convertimos en sus cómplices del mismo modo que él lo era antes de Murata, y no podemos hacer nada para evitarlo. La actuación de Fukikoshi produce escalofríos, llega a la médula cuando exclama por última vez ¨¡La vida...es dolor!¨. Si algo nunca rechazó Nobuyuki era su deseo de paz interior, cosa que sólo en la muerte podrá alcanzar.

Magistral.



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Ivan Saldivia

  • 16 Feb 2019

9


Cuando se ve el nombre de SIon Sono detrás de un film, uno ya espera algo distinto y de calidad. Lo raro e increíble, es que el tipo siempre cumple con esa premisa, se establece una especie de ¨contrato social¨ entre Sono y el espectador, y nunca se rompe.

Cold Fish es la historia de un tipo común y corriente (demasiado corriente) que tiene una tienda de peces. Luego de casualidad se hace amigo y socio de un Murata y todo se va de a poco al joraca.
Es la primera vez que Sono intenta realizar un ¨thriller mas occidental¨, sumado a elementos y obsesiones típicas del director (en especial el final).

Es para destacar una y otra vez el excelente guion. Como retrata la vida desgraciada de Shamoto (la cual entendemos que es a su vez una ejemplificacion de la vida de muchos japoneses), es genial. Una nueva esposa que no esta enamorada de el, su hija que no respeta ni a su nueva madre ni su padre, un trabajo monótono y sin futuro, etc; todo esto hace de Shamoto un ser hiper reprimido (como muchos japoneses) y con un fanatismo por la astronomía, el cual evidencia su deseo oculto de salir de esa rutina.
Toda la parábola que hay en la película de lo que es la sociedad japonesa, es un gol de media cancha

Pero no solo tiene critica social y reflexiones, el guion. Como todo thriller y mas de Sono, la trama va subiendo de nivel de turbia a super turbia, y esos procesos, esa evolución esta hecho con una maestría, digno de los mejores thriller hollywoodenses.
Obviamente después tenemos un elemento un poco mas cliche, el cual es la ¨moralidad del personaje¨, o los limites morales. Por mas que sea un tema que se ha tocado infinitas de veces, no deja de estar bien retratado.

Un párrafo aparte se merece los últimos treinta minutos. Lo ultimo es ¨Sono en éxtasis¨, pone toda la carne al asador, y es una hermosa locura.
La fotografía es impecable. Y las actuaciones estuvieron a la altura, aunque quedan un poco opacadas por el protagonista, Shamoto.



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Daybeat

  • 8 May 2018

10


Excelente!! lo que hace Sion Sono.
Una historia basada en hechos reales, donde nos muestran un protagonista que sufrirá un cambio radical a lo largo de la película. Llena de violencia, toque únicos de gore, misterio, drama, suspenso, que no puedes perderte por nada.



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Miguel Arkangel

  • 5 Jul 2016

7


De un hombre tímido, bondadoso, leal a su familia, pero débil y sin carácter, nacerá el más violento mal…

Sono Sion está empeñado en rodar filmes que nos cuentan historias demenciales, con personajes extremos que son exigidos al máximo por las circunstancias, y con una línea que separa la locura de la cordura cada vez más difusa.

En Cold Fish la trama por momentos es incoherente y bizarra, las acciones de los personajes pueden no tener lógica, a veces ni siquiera verosimilitud…pero eso es parte del estilo de Sion y los fans de este Director ya deben estar acostumbrados.

La violencia, física y verbal, aparece de manera directa, inesperada y brutal, así como un gore de pesadilla pero con estilo, casi podríamos decir que mostrado con una finalidad realmente artística.

Le pesa al film el mismo defecto de las otras obras de Sion, su excesivo metraje, pero aquí lo positivo y lo negativo, así como el gore, el humor negro, el terror, el sexo, la ambición, la venganza, se entremezclan en una violenta y bizarra promiscuidad.

Excesiva para algunos, genial para otros, Cold Fish es un film absolutamente recomendable, si tienes la paciencia y el estómago fuerte para aguantarla hasta el final.



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LluísS.

  • 19 Oct 2015

7


Me gustó básicamente por dos razones, más allá de su sadismo y locura, consigue retratar la situación de una familia vacía y sin ilusiones, profundizando en cada uno de sus personajes hasta conseguir el propósito deseado y hasta cierto punto previsible; su desenlace lógicamente igual de loco y sádico.

Por contrapartida se une la familia opuesta, exitosa, con una vida cómoda, influyente y poderosa pero con un secreto que al salir a la luz cambia la percepción entre un concepto y otro del mundo familiar.

Entonces de produce esa mezcla de absoluta y contagiosa locura que cambia la perspectiva del protagonista, o la reafirma, quizás es es su punto final fuerte.



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Tsuki

  • 21 Mar 2013

9



Con Cold Fish termino de ver esta interesante trilogía. Las tres películas tienen su encanto (todas me han encantado y mantenido a la expectativa con sus curiosos personajes), pero Cold Fish, se convierte en mi favorita. Es interesante ver como una tienda de peces, se convierte en la fachada de los más sanguinarios asesinatos.

El personaje de Yukio resulta ser un hombre carismático, cruel, sádico, repulsivo, pero que arrastra una infancia llena de maltratos por parte de su padre. Noboyuki (como los protagonistas de Love exposure y Romance of guilty) es orillado a cruzar los limites de la cordura, obligado a tomar las riendas de su vida y a quitarse la venda de los ojos (pero lo que ven los llena de horror, llevándolos a la locura), aspecto que caracteriza a los protagonistas de las películas de Sion Sono.

Mis escenas favoritas son las que ocurren en el observatorio. La banda sonora esta conformada por música clásica, sello característico de esta trilogía; que se escuchan en el momento preciso.

Las frases finales me parecieron conmovedoras y con un desenlace triste.

De las dos, Cold Fish es las más pausada, pero también la más sangrienta.



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Zoilosborne

  • 20 Aug 2012

7


A lo largo de casi dos horas y media asistimos a la transformación de un pacífico hombre corriente, padre de familia incapaz de enfrentarse a los problemas que ahogan su matrimonio y a una hija malcriada, en un hombre ¨nuevo¨ que emplea la violencia como forma de asumir ¨que la vida es dolor¨. Todo gracias a la insistente ayuda de, en un primer momento, simpático desconocido que se empeña en ¨poner en orden¨ su vida. Y vaya si lo consigue, al cabo de una semana le da la vuelta como un calcetín a su cotidiana existencia.
Cold Fish no es una película de terror, sería un equivocación por tu parte esperar de ella una experiencia en la línea de I Saw The Devil, Guinea Pig o Audition, en Cold Fish también aparece un asesino despiadado, hay escenas de descuartizamientos y mucho sexo; pero es un drama familiar y un thriller ultra violento mostrado sin rodeos, a veces con humor negro y otras haciendo que los actores se revuelquen chapoteando en la sangre.
Las dos horas y media se pasan volando, sin apenas bajadas de ritmo, recreándose en un montón de situaciones extremas con la maestría que caracteriza al cine oriental.
Cold Fish forma parte junto a Love Exposure y Guilty of Romance de la ¨Saga del odio¨ del director japonés Shion Sono



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noriko

  • 13 Jan 2012

8



Sencillamente genial, no llega a obra maestra como Suicide Circle o Love Exposure pero tiene ese toque tan característico de Sion Sono.

Los personajes están muy bién definidos, sobre todo el del malo de la tienda de peces grande, es tan manipulador y absorvente que llega a crear verdaderamente una atmosfera axfisiante.

El guión como siempre genial, muy buena historia que cada vez se va complicando mas y profundizando en la psicología de los personajes.

Mantiene la tensión hasta el final y no sabes lo que va a suceder hasta el último momento te tiene intrigado, el final no me gustó demasiado, aunque es brutal como algunas escenas donde hacen invisibles a la gente, al final me dió pena el prota.



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thebaduel20

  • 31 Oct 2011

9


El arte de la invisibilidad.
Me tope con “Cold Fish” sin expectativas y realmente me pareció interesante, momentos muy buenos, aunque su duración es exagerada, sin duda lo mejor es el desenlace, los últimos minutos del film son realmente apreciables y plausibles, por el contrario el inicio de la película es interesante, pero demasiado estirado.
Muy interesante, recomendable para el que quiera ver algo diferente, algo inusual, aunque me parece que el cine oriental tiene más que ofrecer, pero esta película se defiende con brutalidad.
El guión y las actuaciones son aceptable, el ritmo inicial es cansado, pero al mismo tiempo te enreda con unos personajes complejos y con situaciones curiosas, pero se desarrolla de forma sublime.



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ultraviolento

  • 8 Sep 2011

6


No es la maravilla que muchos me habían comentádo ,pero tampoco es tan mala como otros tantos indican.. A mi parecer es de esas lentas que enganchan pero que ya sabes en que va a parár todo.. Pienso que con 1 hora y media hubiera bastádo.. creo que deja un cabo suelto.. que jurába iban a aclarár en cualquier momento y me quedé esperando jeje.... Prefiero mil veces más ¨ The man from nowhere¨ que esta.. le pongo 6 de pansazo por algunas escenas sádicas...



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ilustrador.tk

  • 12 Jul 2011

9


Sion Sono demuestra una vez más lo excelente director que es, en esta obra muy bien llevada, que escala desde la correcta timidez, hasta la ultraviolencia brutal.

El director de ¨Exte¨ (parodia de los fantasmas pelilargos) esta vez nos adentra en la aparentemente tranquila vida de un apacible vendedor de peces, que es sobrepasado por los agobios de la vida, pero sin quererlo, se involucra con un mafioso asesino, de cruel e insano, y que en apariencia es un simpático empresario...
Con su familia amenazada, no le queda otra que aceptar participar en todos los asesinatos en los que el corrupto empresario le envuelve.

La narrativa es bastante ágil y a pesar de que dura dos horas y media, se disfruta plenamente, gracias a las situaciones vertiginosas, y aquellos personajes que bordean la locura. El personaje principal es maltratado una y otra vez, física y psicológicamente, y es que su vida es sólo una mascarada.

Con buen movimiento de cámara, a veces fija, a veces al hombro, con buenas interpretaciones y además efectos gore, que aunque hay bastantes, no son lo principal de la película.


Grata sorpresa, de este grande de la dirección... Muy recomendable.

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