Acongojante visión de la vida en las prisiones británicas sumada a una trama de cine negro a cargo del norteamericano Joseph Losey, de nuevo cosechando éxitos tras su exilio voluntario en el Reino Unido debido al acoso McCarthysta sobre su persona.
Esta película significó el ascenso al estrellato de su protagonista, el brillante y malogrado Stanley Baker, en el papel de un despiadado gángster dispuesto a dar el gran golpe en cuanto sea puesto en libertad, dentro de unas horas. Per su plan fracasará y será devuelto a prisión, donde los hechos se van a precipitar. Como co-protagonistas, el norteamericano Sam Wanamaker - al igual que Losey, otro artista que huía de McCarthy y sus acólitos - como un astuto, cínico y oscuro mafioso que trabaja con Baker y la alemana Margit Saad como la enamorada del prota en una simpática actaución. Entre los secundarios más conocidos tenemos al escocés Patrick Magee, que tuvo un par de importantes papeles con Stanley Kubrick (inolvidable en ¨La naranaja mecánica¨, logró otro papel mayor en ¨Barry Lyndon¨) y que nos brinda con su histrionismo habitual un par de escenas muy tensas con Baker y otras caras conocidas del cine británico ( Jill Bennett, por ejemplo, muy recordada por los fans de la saga Bond por su Jacoba Brink, aparente villana que resulta no serlo en ¨Solo para tus ojos¨).
Ilustrando el sistema penitenciario británico como un órgano incompetente y todo un nido de corrupción donde los criminales violentos mandan más que los aún más violentos pero muy cobardes funcionarios y donde cada palo aguanta su vela mientras sea por su propio beneficio, con las terribles consecuencias a que lleva esto, fue una propuesta valiente, lo que le costó ser prohibida en algunos países. También contiene escenas bastante picantes para lo que era entonces el cine británico.
En el aspecto técnico destaca la bellamente lúgubre fotografía en blanco y negro (que contrasta con la escenografía y ambientación pop de los espacios fuera de la cárcel, que ya nos dan muestras del famoso Swingin¨ London) y la banda sonora a ritmo de jazz.
El bajo presupuesto es aprovechado al máximo para ofrecernos un duro e intenso drama criminal realizado con pulcritud y oficio, a la par que brillantemente interpretado, que forma parte integral de ese cine negro británico que culminaría en la película de culto ¨Asesino implacable¨.
bigladiesman
8
Acongojante visión de la vida en las prisiones británicas sumada a una trama de cine negro a cargo del norteamericano Joseph Losey, de nuevo cosechando éxitos tras su exilio voluntario en el Reino Unido debido al acoso McCarthysta sobre su persona.
Esta película significó el ascenso al estrellato de su protagonista, el brillante y malogrado Stanley Baker, en el papel de un despiadado gángster dispuesto a dar el gran golpe en cuanto sea puesto en libertad, dentro de unas horas. Per su plan fracasará y será devuelto a prisión, donde los hechos se van a precipitar. Como co-protagonistas, el norteamericano Sam Wanamaker - al igual que Losey, otro artista que huía de McCarthy y sus acólitos - como un astuto, cínico y oscuro mafioso que trabaja con Baker y la alemana Margit Saad como la enamorada del prota en una simpática actaución. Entre los secundarios más conocidos tenemos al escocés Patrick Magee, que tuvo un par de importantes papeles con Stanley Kubrick (inolvidable en ¨La naranaja mecánica¨, logró otro papel mayor en ¨Barry Lyndon¨) y que nos brinda con su histrionismo habitual un par de escenas muy tensas con Baker y otras caras conocidas del cine británico ( Jill Bennett, por ejemplo, muy recordada por los fans de la saga Bond por su Jacoba Brink, aparente villana que resulta no serlo en ¨Solo para tus ojos¨).
Ilustrando el sistema penitenciario británico como un órgano incompetente y todo un nido de corrupción donde los criminales violentos mandan más que los aún más violentos pero muy cobardes funcionarios y donde cada palo aguanta su vela mientras sea por su propio beneficio, con las terribles consecuencias a que lleva esto, fue una propuesta valiente, lo que le costó ser prohibida en algunos países. También contiene escenas bastante picantes para lo que era entonces el cine británico.
En el aspecto técnico destaca la bellamente lúgubre fotografía en blanco y negro (que contrasta con la escenografía y ambientación pop de los espacios fuera de la cárcel, que ya nos dan muestras del famoso Swingin¨ London) y la banda sonora a ritmo de jazz.
El bajo presupuesto es aprovechado al máximo para ofrecernos un duro e intenso drama criminal realizado con pulcritud y oficio, a la par que brillantemente interpretado, que forma parte integral de ese cine negro británico que culminaría en la película de culto ¨Asesino implacable¨.
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