Ficha Simbad: El Quinto Viaje

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Críticas de Simbad: El Quinto Viaje (1)




Raúl Rubio Peñas

  • 14 Apr 2015

2



Película armenia de bajo presupuesto sobre uno de los viajes de Simbad el marino. La película es todo un homenaje a las antiguas películas de Simbad, ya que, entre otras cosas, los monstruos se nota que son maquetas de cartón insertadas mediante cromas y están hechos a la manera de los años 50, tal y como las hacía Ray Harryhausen.

Es de suponer que la decisión de usar monstruos de cartón y no hechos por CGI fue tomada por el director para ahorrar presupuesto y de paso hacer un homenaje a las antiguas películas de monstruos, con interés de causar nostalgia en quienes vieron esas películas. Estos efectos en los monstruos le dan a la película el aspecto cutre que se merece, pero son sin duda lo mejor que tiene el film.

¿Y por qué digo esto? Pues simplemente porque no son los efectos especiales lo que hacen mala a esta película. Esta película es mala porque está mal actuada, mal escrita, mal editada y mal iluminada. Como digo, los efectos son excelentes en comparación con el resto de ella.

El argumento es simple: Simbad vuelve a su reino y descubre que la princesa a la que él amaba ha sido raptada por un brujo, para lo cual se embarca en un viaje con intención de rescatarla. En su viaje, encuentra todo tipo de criaturas contra las que lucha y también nos muestra de vez en cuando unos aburridos flashbacks de cómo conoció a la princesa, se enamoraron y demás, cosa que poco importa al espectador.

La película no dura más de una hora y cuarto, y aun así contiene más aventuras y más monstruos que muchas películas de Hollywood. Entre otras cosas, nos muestran al principio una especie de demonio azulado hecho de plastilina, luego una estatua viviente con seis brazos contra la que pelea Simbad y también un ave Roc que me dio bastante verguenza ajena. Entonces aparece el claro homenaje: de debajo del suelo se desentierra un enorme escarabajo que pone a Simbad en aprietos y cuando está a punto de matarlo llega un cíclope con una porra y los dos monstruos luchan a muerte, acabando todo con la victoria del cíclope. Quizá la mejor escena de la película porque está hecha de pura nostalgia de las viejas películas de monstruos.

Pero luego volvemos al cutre film de siempre. Tenemos una minitrama en la que Simbad a todos sus hombres a manos de unas vampiras que les habían dado cobijo en su palacio, al más puro estilo Circe en la Odisea. Luego Simbad se encuentra también a la Muerte, que tiene la voz de Isaac Singleton Jr, y más tarde da con una lámpara mágica de la que sale un genio asiático que le concede tres deseos con la condición de que cuando acabe de decirlos tendrá que morir y que ¨un deseo¨ no será suficiente para salvarlo. Simbad decir malgastar dos de los deseos para pedirle al genio que lo salve, en una de las pocas escenas algo meritorias e ingeniosas que escribió el guionista del film.

Por último, Simbad llega a la guarida del brujo, donde se enfrenta a esqueletos absolutamente desproporcionados, en clara referencia a Jasón y los Argonautas (aunque en esa película los esqueletos estaban mucho mejor que en esta, claro está). Simbad llega hasta donde están la princesa y el brujo, el cual tiene un dragón que le sirve de mascota, al estilo del dragón de la película El séptimo viaje. Total, que Simbad se carga al dragón con una lanza como quien caza a un jabalí y va entonces a por el brujo.

Entonces aquí llega un nuevo homenaje, en este caso a nada más ni nada menos que a Terminator (o a Regreso al Futuro, también podría ser). El brujo se da cuenta de que la única forma de matar a Simbad es matarlo antes de que nazca y viaja en el tiempo a la época en la que su madre estaba embarazada, pero Simbad se carga al brujo de otro lanzazo cuando la puerta temporal aún estaba abierta. Luego se queda con la princesa y fin.

Al margen de sus efectos, como digo, la película está pobremente actuada, dirigida y tiene un montaje y una iluminación que da auténtica risa. Toda ella está grabada en un estudio y se nota a la legua que el fondo es siempre un croma sobre una pantalla verde. Por si fuera poco, las actuaciones son lamentables, en especial la de Simbad, que se pasa todo el film abriendo mucho los ojos como única forma de expresividad.

De mala que es, resulta entretenida, aunque no la vería una segunda vez.



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