Otro de los muchísimos “krimis” alemanes basados en obras del británico Edgar Wallace, este está basado en una de sus más famosas obras, “El arquero verde”, uno de los coloristas asesinos en serie tipo supervillano de cómic que creo este coloso de la novela popular, esta vez una especie de ninja que se supone que va vestido de verde (la peli es en blanco y negro, qué queréis) y que se carga a sus víctimas a flechazo limpio. Ya adaptada como serial en los años 20 y de nuevo en los 40, esta peli está dirigida por uno de los mejores directores televisivos de la historia, Jürgen Roland, y está producida por la Rialto, lo que da ciertas garantías.
El protagonista es Klausjürgen Wussow, junto a la bella morena Karin Dor y el gran Gerd Fröbe en una histérica interpretación que no se si está hecha para asustar o para hacer reír.
El guion destaca por su humor, y por jugar con el cuarto muro, cosa de la que se encarga el eterno secundario cómico de los krimis Eddi Arent: falsos apartes con los espectadores o autorreferencias al trabajo previo de Roland. Es más lioso que una telenovela, intentando comprimir, a veces con torpeza, muchas cosas en poco tiempo pero creo que se trata de eso: ragedias familiares, casas llenas de entradas secretas y trampas, polis listos y polis tontos, asesinatos, conspiraciones… No falta nada.
La banda sonora, como ya era estándar en los krimis, es de jazz, bastante animada. Tanto que a veces no acaba de acompañar, pues llama mucho la atención. Solo esto es destacable en el aspecto técnico en mi opinión.
Uno de tantos krimis hechos como en una cadena de montaje, y como la mayoría de éstos es un producto divertido, poco pretencioso, competente y hecho para pasar el rato. Cumplidor.
bigladiesman
6
Otro de los muchísimos “krimis” alemanes basados en obras del británico Edgar Wallace, este está basado en una de sus más famosas obras, “El arquero verde”, uno de los coloristas asesinos en serie tipo supervillano de cómic que creo este coloso de la novela popular, esta vez una especie de ninja que se supone que va vestido de verde (la peli es en blanco y negro, qué queréis) y que se carga a sus víctimas a flechazo limpio. Ya adaptada como serial en los años 20 y de nuevo en los 40, esta peli está dirigida por uno de los mejores directores televisivos de la historia, Jürgen Roland, y está producida por la Rialto, lo que da ciertas garantías.
El protagonista es Klausjürgen Wussow, junto a la bella morena Karin Dor y el gran Gerd Fröbe en una histérica interpretación que no se si está hecha para asustar o para hacer reír.
El guion destaca por su humor, y por jugar con el cuarto muro, cosa de la que se encarga el eterno secundario cómico de los krimis Eddi Arent: falsos apartes con los espectadores o autorreferencias al trabajo previo de Roland. Es más lioso que una telenovela, intentando comprimir, a veces con torpeza, muchas cosas en poco tiempo pero creo que se trata de eso: ragedias familiares, casas llenas de entradas secretas y trampas, polis listos y polis tontos, asesinatos, conspiraciones… No falta nada.
La banda sonora, como ya era estándar en los krimis, es de jazz, bastante animada. Tanto que a veces no acaba de acompañar, pues llama mucho la atención. Solo esto es destacable en el aspecto técnico en mi opinión.
Uno de tantos krimis hechos como en una cadena de montaje, y como la mayoría de éstos es un producto divertido, poco pretencioso, competente y hecho para pasar el rato. Cumplidor.
Me gusta (0) Reportar